29.2 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Juan 8 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    1. Jesús marchó al Monte de los Olivos.

    2. Muy de mañana volvió de nuevo al Templo, y todo el pueblo acudía a él; se sentó y se puso a enseñarles.

    3. Los escribas y fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio y la pusieron en medio.

    4. -Maestro -le dijeron-, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.

    5. Moisés en la Ley nos mandó lapidar a mujeres así; ¿tú qué dices?

    6. -se lo decían tentándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, se agachó y se puso a escribir con el dedo en la tierra.

    7. Como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: -El que de vosotros esté sin pecado que tire la piedra el primero.

    8. Y agachándose otra vez, siguió escribiendo en la tierra.

    9. Al oírle, empezaron a marcharse uno tras otro, comenzando por los más viejos, y quedó Jesús solo, y la mujer, de pie, en medio.

    10. Jesús se incorporó y le dijo: -Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?

    11. -Ninguno, Señor -respondió ella. Le dijo Jesús: -Tampoco yo te condeno; vete y a partir de ahora no peques más.

    Jesús, la luz del mundo

    12. De nuevo les dijo Jesús: -Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

    13. Le dijeron entonces los fariseos: -Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.

    14. Jesús les respondió: -Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero porque sé de dónde vengo y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy.

    15. Vosotros juzgáis según la carne, yo no juzgo a nadie;

    16. y si yo juzgo, mi juicio es verdadero porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me ha enviado.

    17. En vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es verdadero.

    18. Yo soy el que da testimonio de sí mismo, y el Padre, que me ha enviado, también da testimonio de mí.

    19. Entonces le decían: -¿Dónde está tu Padre? -Ni me conocéis a mí ni a mi Padre -respondió Jesús-; si me conocierais a mí conoceríais también a mi Padre.

    20. Estas palabras las dijo Jesús en el gazofilacio, enseñando en el Templo; y nadie le prendió porque aún no había llegado su hora.

    A donde yo voy, vosotros no podéis venir

    21. Jesús les dijo de nuevo: -Yo me voy y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy vosotros no podéis venir.

    22. Los judíos decían: -¿Es que se va a matar y por eso dice: "Adonde yo voy vosotros no podéis venir"?

    23. Y les decía: -Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo.

    24. Os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.

    25. Entonces le decían: -¿Tú quién eres? Jesús les respondió: -Ante todo, lo que os estoy diciendo.

    26. Tengo muchas cosas que hablar y juzgar de vosotros, pero el que me ha enviado es veraz, y yo, lo que le he oído, eso hablo al mundo.

    27. Ellos no entendieron que les hablaba del Padre.

    28. Les dijo por eso Jesús: -Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que como el Padre me enseñó así hablo.

    29. Y el que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.

    30. Al decir estas cosas, muchos creyeron en él.

    La verdad os hará libres

    31. Decía Jesús a los judíos que habían creído en él: -Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois en verdad discípulos míos,

    32. conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

    33. Le respondieron: -Somos linaje de Abrahán y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo es que tú dices: "Os haréis libres"?

    34. Jesús les respondió: -En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado, esclavo es del pecado.

    35. El esclavo no se queda en casa para siempre; mientras que el hijo se queda para siempre;

    36. por eso, si el Hijo os da la libertad, seréis verdaderamente libres.

    37. Yo sé que sois linaje de Abrahán y, sin embargo, intentáis matarme porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.

    38. "Yo hablo lo que vi en mi Padre, y vosotros hacéis lo que oísteis a vuestro padre.

    Sois de vuestro padre el diablo

    39. Le respondieron: -Nuestro padre es Abrahán. -Si fueseis hijos de Abrahán -les dijo Jesús- haríais las obras de Abrahán.

    40. Pero ahora queréis matarme, a mí, que os he dicho la verdad que oí de Dios; Abrahán no hizo esto.

    41. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Le respondieron: -Nosotros no hemos nacido de fornicación, tenemos un solo padre, que es Dios.

    42. -Si Dios fuese vuestro padre, me amaríais -les dijo Jesús-; pues yo he salido de Dios y he venido aquí. Yo no he salido de mí mismo sino que Él me ha enviado.

    43. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra.

    44. Vosotros tenéis por padre al diablo y queréis cumplir las apetencias de vuestro padre; él era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla la mentira, de lo suyo habla, porque es mentiroso y el padre

    45. Sin embargo, a mí, que digo la verdad, no me creéis.

    46. ¿Quién de vosotros podrá acusarme de que he pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creéis?

    47. El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios.

    La preexistencia de Cristo

    48. Los judíos le respondieron: -¿No tenemos razón cuando decimos que tú eres samaritano y estás endemoniado?

    49. Jesús respondió: -Yo no estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis a mí.

    50. Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.

    51. En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi palabra jamás verá la muerte.

    52. Los judíos le dijeron: -Ahora sabemos que estás endemoniado. Abrahán murió y también los profetas, y tú dices: "Si alguno guarda mi palabra, jamás experimentará la muerte".

    53. ¿Es que tú eres más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes tú?

    54. Jesús respondió: -Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada vale. Mi Padre es el que me glorifica, el que decís que es vuestro Dios,

    55. y no le conocéis; yo, sin embargo, le conozco. Y si dijera que no le conozco mentiría como vosotros, pero le conozco y guardo su palabra.

    56. Abrahán, vuestro padre, se llenó de alegría porque iba a ver mi día; lo vio y se alegró.

    57. Los judíos le dijeron: -¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abrahán?

    58. Jesús les dijo: -En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán naciese, yo soy.

    59. Entonces recogieron piedras para tirárselas; pero Jesús se escondió y salió del Templo.