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sábado, agosto 17, 2024
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    Marcos 11 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    La entrada triunfal en Jerusalén

    1. Al acercarse a Jerusalén, a Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos

    2. y les dijo: -Id a la aldea que tenéis enfrente y nada más entrar en ella encontraréis un borrico atado, en el que todavía no ha montado nadie; desatadlo y traedlo.

    3. Y si alguien os dice: "¿Por qué hacéis eso?", respondedle: "El Señor lo necesita y enseguida lo devolverá aquí".

    4. Se marcharon y encontraron un borrico atado junto a una puerta, fuera, en un cruce de caminos, y lo desataron.

    5. Algunos de los que estaban allí les decían: -¿Qué hacéis desatando el borrico?

    6. Ellos les respondieron como Jesús les había dicho, y se lo permitieron.

    7. Entonces llevaron el borrico a Jesús, echaron encima sus mantos, y se montó sobre él.

    8. Muchos extendieron sus mantos en el camino, otros el ramaje que cortaban de los campos.

    9. Los que iban delante y los que seguían detrás gritaban: -"¡Hosanna!" " ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!"

    10. ¡Bendito el Reino que viene, el de nuestro padre David! ¡"Hosanna" en las alturas!

    11. Y entró en Jerusalén en el Templo; y después de observar todo atentamente, como ya era hora tardía, salió para Betania con los doce.

    Maldición de la higuera estéril

    12. Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre.

    13. Viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó por si encontraba algo en ella, pero cuando llegó no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.

    14. Y la increpó: -Que nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y sus discípulos lo estaban escuchando.

    Purificación del templo

    15. Llegaron a Jerusalén. Y, entrando en el Templo, comenzó a expulsar a los que vendían y a los que compraban en el Templo, y volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.

    16. Y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo.

    17. Y les enseñaba diciendo: -¿No está escrito: "Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en una "cueva de ladrones".

    18. Lo oyeron los príncipes de los sacerdotes y los escribas, y buscaban el modo de acabar con él; pues le temían, ya que toda la muchedumbre quedaba admirada de su enseñanza.

    19. Y al atardecer salieron de la ciudad.

    La higuera maldecida se seca

    20. Por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado de raíz.

    21. Y acordándose Pedro, le dijo: -Rabbí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.

    22. Jesús les contestó: -Tened fe en Dios.

    23. En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: "Arráncate y échate al mar", sin dudar en su corazón, sino creyendo que se hará lo que dice, le será concedido.

    24. Por tanto os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo recibisteis y se os concederá.

    25. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad si tenéis algo contra alguno, a fin de que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestros pecados.

    26. (TEXTO OMITIDO)

    La autoridad de Jesús

    27. Llegaron de nuevo a Jerusalén. Y mientras paseaba por el Templo, se le acercaron los príncipes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos,

    28. y le dijeron: -¿Con qué potestad haces estas cosas? ¿O quién te ha dado tal potestad para hacerlas?

    29. Jesús les contestó: -Os voy a hacer una pregunta. Respondedme, y os diré con qué potestad hago estas cosas:

    30. el bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme.

    31. Y deliberaban entre sí: "Si decimos que del cielo, replicará: "¿Por qué, pues, no le creísteis?"

    32. Pero ¿vamos a decir que de los hombres?" Temían a la gente; pues todos tenían a Juan como a un verdadero profeta.

    33. Y respondieron a Jesús: -No lo sabemos. Entonces Jesús les dijo: -Pues tampoco yo os digo con qué potestad hago estas cosas.