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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 14 - DuTillet - Solo Mateo - Hebreo

    Muerte de Juan el Bautista

    1. En aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó el informe concerniente a Yeshúa,

    2. y dijo a sus criados: «¡Este es Yojanán el inmersor! El ha resucitado de los muertos, y por eso operan en él estos poderes.»

    3. Porque Herodes había apresado a Yojanán, lo había atado, y lo había puesto en prisión delante de Herodíah, la mujer de su hermano.

    4. Porque ella le decía: «Yojanán no es digno de estar contigo.»

    5. Y él quería matarlo, pero le temía al pueblo, porque él era un profeta a los ojos de ellos.

    6. Pero en el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíah danzó en medio, y ganó aprobación a los ojos de Herodes,

    7. Y él se comprometió bajo juramento a darle cualquier cosa que ella le pidiera.

    8. Y ella, instruida por su madre, dijo: «Dame aquí, en un plato, la cabeza de Yojanán el inmersor.»

    9. Y eso entristeció al rey; pero por causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la dieran.

    10. Mandó decapitar a Yojanán que estaba en la fortaleza,

    11. que trajeran su cabeza en un plato, y que se la dieran a la muchacha. Y lo hicieron así. Y se la dieron a la muchacha, y ella se la trajo a su madre.

    12. Entonces llegaron sus talmidím, tomaron el cuerpo y lo enterraron. Luego sus talmidím fueron y se lo contaron a Yeshúa.

    Alimentación de los cinco mil

    13. Y cuando él lo oyó, escapó de allí a un desierto, solo. Cuando las multitudes lo supieron, lo siguieron a pie desde las ciudades.

    14. Cuando él salió, y vio mucha gente, tuvo compasión de ellos, y sanó a sus enfermos.

    15. Cuando llegó la tarde, sus talmidím se le acercaron, diciendo: «El lugar es desolado, y la hora es ya avanzada, despide a las multitudes, pues, para que vayan a las aldeas y se compren comida.

    16. Pero Yeshúa les dijo: «No hay necesidad de que se vayan, denles ustedes de comer.»

    17. Y ellos le respondieron: «Tenemos aquí sólo cinco panes y dos pescados.»

    18. Y él les dijo: «Tráiganmelos acá.»

    19. Luego mandó que la gente se sentara a comer sobre la hierba en el campo. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y alzando los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió, y dio los panes a sus talmidím, y sus talmidím los dieron a la gente.

    20. Todos comieron y se saciaron, y les sobraron doce canastas llenas de los pedazos.

    21. Y el número de los que comieron fue de cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños.

    Jesús anda sobre el mar

    22. Enseguida Yeshúa urgió a sus talmidím a entrar en un barco e ir delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes.

    23. Una vez despedida la gente, él subió solo al monte para orar; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.

    24. Ahora bien, el barco estaba siendo zarandeado por las olas en medio del mar, porque el viento les era contrario.

    25. Y sucedió en la cuarta vigilia de la noche que él fue a ellos caminando sobre el mar.

    26. Pero cuando ellos lo vieron caminando sobre el mar, se aterrorizaron, y dijeron: «¡Es un espíritu vicioso!» y gritaron de miedo.

    27. Pero enseguida Yeshúa les habló, diciendo: «Tengan confianza, que soy yo; no teman!»

    28. Entonces Kefá respondió y dijo: «Maestro, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.»

    29. Y él dijo: «Ven.» Así que Kefá se bajó del barco y caminó sobre las aguas, y fue hacia Yeshúa.

    30. Pero cuando vio el viento fuerte, tuvo mucho miedo de hundirse, y gritó, diciendo: «¡Maestro, sálvame!»

    31. Enseguida Yeshúa extendió la mano, lo sostuvo, y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?»

    32. Y cuando ellos subieron al barco, inmediatamente se calmó el viento.

    33. Cuando estaban en el barco, ellos vinieron y le rindieron homenaje, diciendo: «¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Elohim!»

    Jesús sana a los enfermos en Genesaret

    34. Cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Gue Nesar.

    35. Y cuando los hombres de aquel lugar lo supieron, mandaron a traer donde él de toda aquella región a todos los que estaban enfermos.

    Jesús explica la parábola de la cizaña

    36. Y le rogaban que sólo les permitiera tocar el tsitsi de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanos.