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miércoles, julio 17, 2024
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    Mateo 26 - DuTillet - Solo Mateo - Hebreo

    El complot para prender a Jesús

    1. Cuando Yeshúa terminó de decir todas estas palabras, les dijo a sus talmidím:

    2. «Ustedes saben que dentro de dos días es el Pésaj, y al Hijo del Hombre van a traicionarlo, y a atarlo, para que lo crucifiquen.»

    3. Entonces los kohaním y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Kohén Gadól, que se llamaba Kayafá,

    4. y consultaron para arrestar a Yeshúa con engaño y matarlo.

    5. Pero decían: «No lo hagamos en la Fiesta, para que no se forme una conmoción en el pueblo.»

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    6. Estando Yeshúa en Bet Anyah, en casa de Shimón el leproso,

    7. se le acercó una mujer que traía un frasco de aceite costoso, y lo derramó sobre la cabeza de él, mientras estaba sentado a la mesa.

    8. Cuando sus talmidím lo vieron, se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro?

    9. Porque ese aceite pudo haberse vendido a un alto precio y habérselo dado a los pobres.»

    10. Como Yeshúa se dio cuenta, les dijo: «¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una buena obra conmigo.

    11. Porque los pobres estarán siempre con ustedes, pero yo no estaré siempre con ustedes.

    12. Pues al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella me ha preparado para la sepultura.

    13. En verdad les digo que dondequiera que se proclame esta buena nueva en todo el mundo, allí se contará lo que ha hecho esta mujer, para renombre y memoria de ella.»

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    14. Entonces fue uno de los doce talmidím, el que se llamaba Yahudah de Keriot, y fue donde los principales kohaním

    15. y les dijo: «¿Cuánto me pueden dar para que yo se los entregue?» Ellos le estipularon treinta piezas de plata;

    16. y desde entonces él buscaba un momento conveniente para entregarlo.

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    17. El día anterior a la Fiesta de los Inleudos, los talmidím se acercaron a Yeshúa diciendo: «¿Dónde vas a comer el Pésaj?»

    18. Y Yeshúa dijo: «Vayan a la ciudad, donde Fulano, y díganle: 'El Maestro dice: 'Mi tiempo está cerca; y contigo voy a celebrar el Pésaj con mis talmidím.'»

    19. Los talmidím hicieron como Yeshúa les mandó y prepararon el Pésaj.

    20. Al caer la tarde, él estaba sentado a la mesa con sus doce talmidím,

    21. y mientras comían, dijo: «En verdad les digo que uno de ustedes me va a traicionar.»

    22. Ellos, se enojaron muchísimo, y comenzaron a preguntarle, uno por uno: «¿Seré yo, Maestro?»

    23. Pero él respondió y dijo: «El que mete la mano conmigo en el plato es el que me traicionará.

    24. Ciertamente el Hijo del Hombre se va, como está escrito de él, pero ¡pobre del hombre por cuya mano va a ser traicionado el Hijo del Hombre! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido.»

    25. Entonces intervino Yahudah, el que lo iba a entregar, y dijo: «¿Seré yo, rabí?» Él le dijo: «Tú lo has dicho.»

    26. Y sucedió que mientras ellos comían, Yeshúa tomó pan y dio la bendición; lo partió y lo dio a sus talmidím, diciendo: «Tengan, coman esto que es mi cuerpo.»

    27. Después cogió una copa, y dio la bendición, y se la dio a ellos diciendo: «Beban de ella todos;

    28. porque esto es mi sangre de la nueva alianza, la cual se derrama por muchos para expiar por los pecadores.

    29. Y les digo que desde ahora no beberé del fruto de la vid, hasta ese día en que lo beba nuevo con ustedes en el reino de mi Padre que está en el cielo.

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    30. Y después de recitar la Alabanza, salieron al monte de los Olivos.

    31. Entonces Yeshúa les dijo: «Todos ustedes me fallarán esta noche, porque está escrito: 'Hiere al Pastor, y se dispersará el rebaño.'

    32. Pero después que haya resucitado, iré delante de ustedes al Galil.»

    33. Kefá respondió y le dijo: «Aunque todos te fallen, yo no te fallaré.»

    34. Y Yeshúa le dijo: «En verdad te digo que esta noche, antes que cante el gallo, tú me negarás tres veces.»

    35. Kefá le dijo: «Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.» Y todos los talmidím dijeron lo mismo.

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    36. Entonces llegó Yeshúa con ellos a una aldea que se llama Gue Shemanim, y les dijo a sus talmidím: «Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar.»

    37. Se llevó a Kefá y a los dos hijos de Zavday, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.

    38. Entonces les dijo: «Tengo una tristeza de muerte. Espérenme aquí, y velen conmigo.»

    39. Pasando un poco más adelante, se postró sobre su rostro, y oró diciendo: «Padre, si es posible que no tenga que pasar este trago, que así sea; pero que no sea como yo quiero, sino como tú quieras.»

    40. Volvió donde sus talmidím y los halló dormidos, y le dijo a Kefá: «¿No han podido velar ni una sola hora conmigo?

    41. Vigilen y oren, para que no caigan [en tentación]. El espíritu, en verdad, es vigilante, pero la carne es débil.»

    42. Por segunda vez se apartó y oró diciendo: «Padre, si no se puede evitar que yo beba este trago, sea como tú quieres.»

    43. Cuando volvió otra vez, los halló durmiendo, porque ellos tenían los ojos pesados.

    44. De nuevo los dejó y se apartó a orar por tercera vez, y dijo la misma oración que había dicho ya.

    45. Luego volvió donde sus talmidím y les dijo: «Ustedes han dormido ya y han descansado; miren, se acerca la hora en que al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los pecadores.

    46. Levántense, vámonos; miren que se acerca el que me traiciona.»

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    47. Todavía estaba él hablando cuando llegó Yahudah, uno de sus doce talmidím, y con él venía un gran grupo con espadas y palos, de parte de los principales kohaním y de los ancianos del pueblo.

    48. Ahora bien Yehudah, el traidor, les había dado una señal a la gente que vino con él, diciendo: «Al que yo bese, ése es; agárrenlo.»

    49. Enseguida se acercó a Yeshúa y le dijo: «Shalom, rabí,» y lo besó.

    50. Pero Yeshúa le dijo: «Amigo, ¡a lo que has llegado!» Entonces ellos se acercaron, le echaron mano a Yeshúa y lo apresaron.

    51. Sucedió que uno de los que estaban con Yeshúa extendió la mano, sacó su espada, y le cortó una oreja a un siervo del kohén gadol.

    52. Entonces Yeshúa le dijo: «Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que empuñan espada, a espada perecerán.

    53. ¿Piensas que no puedo pedirle a mi Padre que envíe ahora en favor mío más de doce legiones de mensajeros?

    54. Pero entonces, ¿cómo se establecerían las Escrituras que han dicho que sucedería de esta manera?»

    55. En ese momento Yeshúa le dijo a la multitud: «¿Ustedes han salido a buscarme como contra un ladrón, con espadas y palos para arrestarme? Cada día me sentaba junto a ustedes y les enseñaba en el templo, y ustedes no me arrestaron.

    56. Pero todo esto ha sucedido para que se establezcan las Escrituras de los Profetas.» Entonces todos los talmidím lo abandonaron y huyeron.

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    57. [Los que habían apresado a Yeshúa lo llevaron ante] Kayafá, el kohén gadol , donde estaban reunidos los escribas y los ancianos.

    58. Y Kefá lo fue siguiendo de lejos hasta el patio del kohén gadol, y entró al bet [din], y se sentó con los criados para ver en que pararía aquello.

    59. Los kohaním guedolím, y todo el Sanhedrín, buscaban falso testimonio contra Yeshúa, para entregarlo a la muerte.

    60. Pero no hallaron ninguno, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos. Por fin se presentaron dos testigos falsos que dijeron:

    61. «Este dijo: 'Puedo derribar el Templo de Elohim y antes de tres días puedo reedificarlo'»

    62. Entonces se levantó el kohén gadol y le dijo: «¿No respondes nada en absoluto sobre esto que testifican ellos contra ti?»

    63. Pero Yeshúa no respondió nada. Entonces el kohén gadol le dijo: «¡Te pongo bajo juramento por el Elohim vivo, para que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Elohim!»

    64. Yeshúa respondió y le dijo: «Tú lo has dicho. Además les digo, desde ahora ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Elohim, viniendo en las nubes del cielo.»

    65. Entonces el kohén gadol se rasgó la ropa y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testigos? Fíjense, ahora mismo han oído ustedes la blasfemia.

    66. ¿Qué les parece?» Y ellos respondieron: «¡Es condenado a muerte!»

    67. Entonces le escupieron la cara y lo golpearon con el puño, y otros lo abofetearon en la cara;

    68. y le decían: «¡Profetízanos, Mesías! ¿Quién fue el que te golpeó?

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    69. Kefá estaba sentado afuera en el patio, y se le acercó una criada diciendo: «¡Tú también estabas con Yeshúa el galilí!»

    70. Pero él lo negó delante de todos, diciendo: «No sé de qué hablas.»

    71. Pero cuando él salió a la puerta, otra criada le vio y les dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Yeshúa el Natsratí.»

    72. Y otra vez lo negó con juramento, y dijo: «Yo no lo conozco.»

    73. Y poco después se acercaron los que estaban por allí y le dijeron a Kefá: «En verdad tú eres de ellos, porque tu acento te descubre.»

    74. Entonces comenzó a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre. Y enseguida cantó el gallo.

    75. Y Kefá se acordó de las palabras de Yeshúa, que había dicho: «Antes que cante el gallo, tú me negarás tres veces.» Y entonces fue afuera, y lloró amargamente.