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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Pedro 4 - Nacar-Colunga

    Buenos administradores de la gracia de Dios

    1. (TEXTO OMITIDO)

    2. para vivir el resto del tiempo no en codicias humanas, sino en la voluntad de Dios.

    3. Basta ya de hacer, como en otro tiempo, la voluntad de los gentiles, viviendo en desenfreno, en liviandades, en crápula, en comilonas y embriagueces y en abominables idolatrías.

    4. Ahora, extrañados de que no concurráis a su desenfrenada liviandad, os insultan;"

    5. pero tendrán que dar cuenta al que está pronto para juzgar a vivos y a muertos.

    6. Que por esto fue anunciado el Evangelio a los muertos, para que, condenados en carne según los hombres, vivan en el espíritu según Dios.

    7. El fin de todo está cercano. Sed, pues, discretos y velad en la oración.

    8. Ante todo tened los unos para los otros ferviente caridad, porque la caridad cubre la muchedumbre de los pecados.

    9. Sed hospitalarios unos con otros sin murmuración.

    10. El don que cada uno haya recibido póngalo al servicio de los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

    11. Si alguno habla, sean sentencias de Dios; si alguno ejerce un ministerio, sea como con poder que Dios otorga, a fin de que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén."

    Padeciendo como cristianos

    12. Carísimos, no os sorprendáis como de un suceso extraordinario del incendio que se ha producido entre vosotros, que es para vuestra prueba;"

    13. antes habéis de alegraros en la medida en que participáis en los padecimientos de Cristo, para que en la revelación de su gloria exultéis de gozo.

    14. Bienaventurados vosotros si, por el nombre de Cristo, sois ultrajados, porque el espíritu de la gloria, que es el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.

    15. Que ninguno padezca por homicida, o por ladrón, o por malhechor, o por entrometido;"

    16. mas si por cristiano padece, no se avergüence, antes glorifique a Dios en este nombre.

    17. Porque ha llegado el tiempo de que comience el juicio por la casa de Dios. Pues si empieza por nosotros, ¿cuál será el fin de los que rehusan obedecer al Evangelio de Dios?

    18. Y si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y el pecador?

    19. Así, pues, los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden al Creador fiel sus almas por la práctica del bien.