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miércoles, julio 17, 2024
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    Amós 8 - Nacar-Colunga

    El canastillo de fruta de verano

    1. El Señor, Yahvé, me dio a ver esto: He aquí que había un cestillo de fruta madura,

    2. y me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amos? Yo le respondí: Un cestillo de fruta madura. Yahvé me dijo: Ha llegado el fin a mi pueblo, Israel. No le perdonaré ya más tiempo.

    3. En aquel día se trocarán en lamentaciones los cantos del templo — oráculo del Señor, Yahvé — ; serán muchos los cadáveres, que serán arrojados en silencio en cualquier lugar."

    El juicio sobre Israel se acerca

    4. Escuchad esto los que aplastáis al pobre y aniquiláis a los desgraciados del país,

    5. diciendo: ¿Cuándo pasará el novilunio para que vendamos el trigo, y el sábado para que abramos los graneros, achicaremos el “efá,” y agrandaremos el siclo, y falsearemos fraudulentamente las balanzas,

    6. compraremos por dinero a los débiles, y a los pobres por un par de sandalias, y venderemos hasta las ahechaduras del trigo?

    7. Yahvé ha jurado por el orgullo de Jacob: ¡No olvidaré jamás vuestras obras!

    8. ¿No ha de estremecerse por esto la tierra? En duelo quedarán cuantos la habitan. Alzaráse toda ella como el Nilo, temblará y se abajará como el río de Egipto.

    9. Aquel día, dice el Señor, Yahvé, haré que se ponga el sol al mediodía, y en pleno día tenderé tinieblas sobre la tierra.

    10. Tornaré en duelo vuestras solemnidades y en elegías vuestros cantos; haré que todos cubran de saco sus ríñones y se rapen las cabezas. Será duelo como el duelo por unigénito, y su remate será un día amargo."

    11. Vienen días, dice Yahvé, en que mandaré yo sobre la tierra hambre, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahvé,

    12. y andarán errantes de mar a mar y de norte al oriente en busca de la palabra de Yahvé, y no la hallarán.

    13. Aquel día las hermosas doncellas y los mancebos desfallecerán de sed.

    14. Los que juran por el pecado de Samaría y dicen: “Vive tu Dios, ¡oh Dan!” y “Vive tu protector, ¡oh Bersabé!” sucumbirán para no levantarse jamás.