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domingo, agosto 18, 2024
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    Ezequiel 37 - Nacar-Colunga

    El valle de los huesos secos

    1. Fue sobre mí la mano de Yahvé, y llevóme Yahvé fuera y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos.

    2. Hízome pasar por cerca de ellos todo en derredor, y vi que eran sobremanera numerosos sobre la haz del campo y enteramente secos.

    3. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿revivirán estos huesos? Y yo respondí: Señor, Yahvé, tú lo sabes.

    4. Y él me dijo: Hijo de hombre, profetiza sobre estos huesos y diles: Huesos secos, oíd la palabra de Yahvé.

    5. Así dice el Señor, Yahvé, a estos huesos: Voy a hacer entrar en vosotros el espíritu y viviréis,

    6. y pondré sobre vosotros nervios, y os cubriré de carne, y extenderé sobre vosotros piel, y os infundiré espíritu, y viviréis y sabréis que yo soy Yahvé.

    7. Entonces profeticé yo como me mandaba, y a mi profetizar se oyó un ruido, y hubo un agitarse y un acercarse huesos a huesos.

    8. Miré y vi que vinieron nervios sobre ellos, y creció la carne y los cubrió la piel, pero no había en ellos espíritu.

    9. Díjome entonces: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así habla el Señor, Yahvé: Ven, ¡oh espíritu! ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos muertos, y vivirán.

    10. Profeticé yo como se me mandaba, y entró en ellos el espíritu, y revivieron y se pusieron en pie, un ejército grande en extremo.

    11. Díjome entonces: Hijo de hombre, esos huesos son la entera casa de Israel. Andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, ha fallado nuestra esperanza, estamos perdidos.

    12. Por eso profetiza y diles: Así habla el Señor, Yahvé: Yo abriré vuestros sepulcros y os sacaré de vuestras sepulturas, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel,

    13. y sabréis que yo soy Yahvé cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío,

    14. y ponga en vosotros mi espíritu y viváis, y os dé reposo en vuestra tierra, y sabréis que yo soy Yahvé, lo dije y lo hice, oráculo de Yahvé.

    La reunión de Judá e Israel

    15. Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo:

    16. Hijo de hombre, toma un palo y escribe en él: “Judá y los hijos de Israel que le están unidos.” Toma luego otro y escribe en él: “José, el báculo de Efraím y de toda la casa de Israel que le está unida.”

    17. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y uno solo hagan en tu mano.

    18. Y cuando te pregunten los hijos de Israel: ¿No nos enseñarás qué es eso?

    19. Diles: Así habla el Señor, Yahvé: He aquí que yo tomaré el báculo de José, que está en manos de Efraím y de las tribus de Israel que le están unidas, y lo pondré sobre el báculo de Judá, haciendo un solo báculo, y será uno solo en mi mano.

    20. Que estén a sus ojos los palos en que escribas, y diles:

    21. Así dice el Señor, Yahvé: He aquí que yo tomaré a los hijos de Israel de entre las gentes a que han ido, juntándolos de todas las partes, y los traeré a su tierra.

    22. Y haré de ellos en la tierra, en los montes de Israel, un solo pueblo, y todos tendrán un solo rey; nunca más serán dos naciones, nunca más estarán divididos en dos reinos,"

    23. nunca más se contaminarán con sus ídolos; los libraré de todas las rebeliones con que pecaron y los purificaré, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios."

    24. Mi siervo David será su rey, y tendrán todos un solo pastor, y caminarán por las sendas de mis mandamientos, y guardarán mis preceptos, poniéndolos por obra.

    25. Y habitarán la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en que habitaron vuestros padres. Ellos la habitarán y los hijos de sus hijos por los siglos de los siglos, y por los siglos será su príncipe David, mi siervo.

    26. Estableceré con ellos un pacto de paz que será pacto eterno; los asentaré, los acrecentaré y pondré mi santuario en medio de ellos por los siglos."

    27. Pondré en medio de ellos mi morada, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

    28. Y sabrán las gentes que yo, Yahvé, santifico a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos por los siglos.