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viernes, julio 19, 2024
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    Génesis 28 - Nacar-Colunga

    1. Llamó, pues, Isaac a Jacob, y le bendijo, y le mandó: “No tomes mujer de entre las hijas de Canaán.

    2. Anda y vete a Padán Aram, a casa de Batuel, el padre de tu madre, y toma allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre;"

    3. el Dios omnipotente te bendecirá, te hará crecer, y te multiplicará, y te hará muchedumbre de pueblos,

    4. y te dará la bendición de Abraham a ti y a tu descendencia contigo, para que poseas la tierra en que como extranjero habitas, que dio Dios a Abraham.”

    5. Despidió, pues, Isaac a Jacob, que se fue a Padán Aram, a Labán, hijo de Batuel, arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú.

    6. Viendo Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y que, al bendecirle, le había mandado irse a Padán Aram para tomar mujer de allí, diciéndole: No tomes mujer de entre las hijas de Canaán,

    7. y que, obedeciendo a su padre y a su madre, se había ido Jacob a Padán Aram,

    8. conoció Esaú que disgustaban a Isaac, su padre, las hijas de Canaán,

    9. y se fue a Ismael y, sobre las que ya tenía, tomó por mujer a Majalat, hermana de Nebayot, hija de Ismael, hijo de Abraham.

    Dios se aparece a Jacob en Bet-el

    10. Salió, pues, Jacob de Bersebá, para dirigirse a Jarrán.

    11. Llegó a un lugar donde se dispuso a pasar la noche, pues el sol se ponía ya, y, tomando una de las piedras que en el lugar había, la puso de cabecera y se acostó.

    12. Tuvo un sueño. Veía una escala apoyándose en la tierra, y bajaban los ángeles de Dios.

    13. Junto a él estaba Yahvé, que le dijo: “Yo soy Yahvé, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra sobre la cual estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia."

    14. Será ésta como el polvo de la tierra, y te ensancharás a occidente y a oriente, a norte y a mediodía, y en ti y en tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra.

    15. Yo estoy contigo, y te bendeciré adondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra, y no te abandonaré hasta cumplir lo que te digo.”

    16. Despertó Jacob de su sueño, y se dijo: “Ciertamente está Yahvé en este lugar, y yo no lo sabía”;"

    17. y, atemorizado, añadió: “¡Qué terrible es este lugar! No es sino la casa de Dios y la puerta de los cielos.”

    18. Levantóse Jacob bien de mañana, y, tomando la piedra que había tenido por cabecera, la alzó como memoria y vertió óleo sobre ella.

    19. Llamó a este lugar Betel, aunque la ciudad se llamó primero Luz.

    20. E hizo Jacob voto diciendo: “Si Yahvé está conmigo, y me protege en mi viaje, y me da pan que comer y vestidos que vestir,

    21. y retorno en paz a la casa de mi padre, Yahvé será mi Dios;"

    22. esta piedra que he alzado como memoria será casa de Dios, y de todo cuanto a mí me dieres, te daré el diezmo.”