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jueves, julio 18, 2024
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    Hechos 23 - Nacar-Colunga

    1. Pablo, puestos los ojos en el sanedrín, dijo: Hermanos, siempre hasta hoy me he conducido delante de Dios con toda rectitud de conciencia”

    2. El sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban junto a él que le hiriesen en la boca.

    3. Entonces Pablo le dijo: Dios te herirá a ti, pared blanqueada. Tú, en virtud de la Ley, te sientas aquí como juez, ¿y contra la Ley mandas herirme?

    4. Los que estaban a su lado dijeron: ¿Así injurias al sumo sacerdote de Dios?

    5. Contestó Pablo: No sabía, hermanos, que fuese el sumo sacerdote. Escrito está: “No injuriarás al príncipe de tu pueblo.”

    6. Conociendo Pablo que unos eran saduceos y otros fariseos, gritó en el sanedrín: Hermanos, yo soy fariseo e hijo de fariseos. Por nuestra esperanza, la resurrección de los muertos, soy traído a juicio.

    7. En cuanto dijo esto, se produjo un alboroto entre fariseos y saduceos y se dividió la asamblea.

    8. Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de ángeles y espíritus, mientras que los fariseos profesan lo uno y lo otro.

    9. En medio de un gran griterío, se levantaron algunos doctores de la secta de los fariseos, que disputaban violentamente, diciendo: No hallamos culpa en este hombre. ¿Y qué, si le habló un espíritu o un ángel?

    10. El tumulto se agravó, y temiendo el tribuno que Pablo fuese por ellos despedazado, ordenó a los soldados que bajasen, le arrancasen de en medio de ellos y le condujesen al cuartel.

    11. Al día siguiente por la noche se le apareció el Señor y le dijo: Ten ánimo, porque como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así también has de darlo en Roma.

    Complot contra Pablo

    12. Cuando fue de día tramaron una conspiración los judíos, jurando bajo maldición no comer ni beber hasta matar a Pablo.

    13. Eran más de cuarenta los conjurados,

    14. y se llegaron a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciéndoles: Bajo anatema nos hemos comprometido a no gustar cosa alguna mientras no matemos a Pablo;"

    15. vosotros, pues, y el sanedrín rogad al tribuno que le conduzca ante vosotros, alegando que necesitáis averiguar con más exactitud algo acerca de él; nosotros estaremos prontos para matarle antes que se acerque."

    16. Habiendo tenido noticia de esta asechanza el hijo de la hermana de Pablo, vino, y entrando en el cuartel se lo comunicó a Pablo.

    17. Llamó éste a un centurión y le dijo: Lleva a este joven al tribuno, porque tiene algo que comunicar Lc.

    18. El centurión lo llevó al tribuno, y dijo a éste: El preso Pablo me ha llamado y rogado que te trajera a este joven, que tiene algo que decirte.

    19. Tomándole el tribuno de la mano, se retiró aparte y le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?

    20. El contestó: Que los judíos han concertado pedirte que mañana lleves a Pablo ante el sanedrín, alegando que tienen que averiguar con más exactitud algo acerca de él.

    21. No les des crédito, porque se han conjurado contra él más de cuarenta hombres de entre ellos, y se han obligado bajo anatema a no comer ni beber hasta matarle, y ya están preparados, en espera de que les concedas lo que van a pedirte.

    22. El tribuno despidió al joven, encargándole no dijese a nadie que le hubiera dado a saber aquello.

    Pablo es enviado a Félix el gobernador

    23. Y llamando a dos centuriones les dijo: Preparad doscientos infantes para que vayan hasta Cesárea, setenta jinetes y doscientos lanceros para la tercera vigilia de la noche.

    24. Asimismo preparad cabalgaduras a Pablo, para que sea llevado en seguridad al procurador Félix.

    25. Y escribió una carta del tenor siguiente:

    26. “Claudio Lisias al muy excelente procurador Félix, salud:

    27. Estando el hombre que te envío a punto de ser muerto por los judíos, llegué con la tropa y le arranqué de sus manos, habiendo sabido que era un ciudadano romano;"

    28. y para conocer el crimen de que le acusaban, le conduje ante su sanedrín,

    29. y hallé que era acusado de cuestiones de su Ley, pero que no había cometido delito digno de muerte o prisión;"

    30. y habiéndome sido revelado que se habían conjurado para matarle, al instante resolví enviártelo a ti, comunicando también a los acusadores que expongan ante tu tribunal lo que tengan contra él. Pásalo bien.”

    31. Los soldados, según la orden que se les había dado, tomaron a Pablo y de noche le llevaron hasta Antípatris;"

    32. y al día siguiente, dejando con él a los jinetes, se volvieron al cuartel.

    33. Así que llegaron a Cesárea, entregaron la epístola al procurador y le presentaron a Pablo.

    34. El procurador, leída la epístola, preguntó a Pablo de qué provincia era, y al saber que era de Cilicia:

    35. Te oiré, dijo, cuando lleguen tus acusadores; y dio orden de que fuese guardado en el pretorio de Heredes."