26.4 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Isaías 63 - Nacar-Colunga

    El día de la venganza de Jehová

    1. ¿Quién es aquel que avanza de Edom, rojos los vestidos, de Bosra; aquel tan magnífico en su vestido, avanzando en la plenitud de su fuerza? Yo soy el que habla en justicia, el poderoso para salvar."

    2. ¿Cómo está, pues, rojo tu vestido, y tus ropas como las del que pisa en el lagar?

    3. He pisado en el lagar yo solo, y no había conmigo nadie de las gentes. Los he pisado en mi furor y los he hollado en mi ira, y su jugo ha salpicado mis vestiduras y he manchado todas mis ropas.

    4. Porque estaba en mi corazón el día de la venganza, y llegaba el año de mis redimidos.

    5. Miré, y no había quien ayudara; me maravillé de que no hubiera quien (me) apoyase,"

    6. y salvóme mi brazo, y me sostuvo mi furor, y aplasté a los pueblos en mi ira y los embriagué en mi furor, derramando en la tierra su jugo.

    Bondad de Jehová hacia Israel

    7. Cantaré las misericordias de Yahvé, las alabanzas de Yahvé, todo lo que ha hecho con nosotros, lleno de bondad para la casa de Israel; lo que ha hecho por nosotros en su misericordia y conforme a la muchedumbre de sus gracias."

    8. Dijo: Ciertamente son mi pueblo, son hijos que no engañarán. Y fue su Salvador

    9. en todas sus angustias. No fue un mensajero, un ángel; su faz misma los salvó; en su amor y clemencia, El mismo los rescató, y los soportó y sostuvo todos los días de la antigüedad."

    10. Pero ellos se rebelaron y contristaron su santo espíritu, y se les cambió en enemigo y combatió contra ellos.

    11. Entonces su pueblo se acordó de los días antiguos de Moisés. ¿Dónde está el que los sacó del mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu?

    12. ¿El que hizo marchar a la diestra de Moisés su brazo glorioso; el que delante de ellos hendió las aguas, haciéndose así un renombre eterno;"

    13. el que los condujo por los abismos como a caballo por el desierto, sin que tropezaran?

    14. Como a la bestia que desciende al valle, el espíritu de Yahvé los hizo reposar. Así condujiste tú a tu pueblo para forjarte un renombre glorioso.

    Plegaria pidiendo misericordia y ayuda

    15. Mira desde los cielos y ve desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde está tu celo y tu fortaleza, la emoción de tus entrañas? ¿y tus misericordias hacia mí se han contenido?

    16. Porque tú eres nuestro padre, pues Abraham no nos conoce ni Israel nos reconoce, pero tú eres, ¡oh Yahvé! nuestro Padre, y “Redentor nuestro” es tu nombre desde la eternidad.

    17. ¿Por qué, ¡oh Yahvé! nos dejas errar fuera de tus caminos y endureces nuestro corazón contra tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, de las tribus de tu heredad.

    18. ¿Por qué han ultrajado los impíos tu Santo, nuestros enemigos han hollado tu santuario?

    19. Somos desde mucho ha como aquellos sobre los que no dominas, sobre los que no es invocado tu nombre.