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jueves, julio 18, 2024
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    Levítico 17 - Nacar-Colunga

    El santuario único

    1. Yahvé habló a Moisés, diciendo:

    2. “Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: He aquí lo que ha mandado Yahvé:

    3. A todo hombre de la casa de Israel que en el campamento o fuera del campamento degüelle un buey, una oveja o una cabra,

    4. sin haberla llevado a la entrada del tabernáculo de la reunión para presentarlo en ofrenda a Yahvé ante el santuario, le será imputada la sangre; ha derramado sangre, y será borrado de en medio de su pueblo."

    5. Por tanto, los hijos de Israel, en vez de inmolar sus víctimas en el campo, las traerán al sacerdote ante Yahvé a la entrada del tabernáculo de la reunión, y las ofrecerán a Yahvé en sacrificio pacífico;"

    6. el sacerdote derramará la sangre en el altar de Yahvé a la entrada del tabernáculo de la reunión, y quemará el sebo en olor de suavidad a Yahvé.

    7. Así no ofrecerán sus sacrificios a los sátiros, con los cuales se prostituyen. Esta será para ellos ley perpetua de generación en generación.

    8. Diles, pues: Todo hombre de la casa de Israel o de los extranjeros que habitan en medio de ellos que ofrezca un holocausto o un sacrificio,

    9. y no llevare la víctima a la entrada del tabernáculo de la reunión para ser sacrificada a Yahvé, será borrado de en medio del pueblo.

    Prohibición de comer la sangre

    10. Todo hombre de la casa de Israel o de los extranjeros que habitan en medio de ellos que coma sangre de un animal cualquiera, yo me volveré contra el que la coma y le borraré de en medio de mi pueblo,

    11. porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para expiación de vuestras personas, y la sangre expía por ser vida.

    12. Por eso he mandado a los hijos de Israel: Nadie de entre vosotros ni de los extranjeros que habiten en medio de vosotros comerá sangre.

    13. Todo hombre de entre los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que cazare un animal o un ave puros, verterá la sangre o la cubrirá de tierra;"

    14. porque la vida de toda carne está en la sangre; en la sangre está la vida. Por eso he mandado yo a los hijos de Israel: no comeréis la sangre de carne alguna, porque la vida de toda carne está en la sangre; quien la comiere será borrado."

    15. Todo indígena o extranjero que comiere carne mortecina o desgarrada lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta la tarde; después será puro."

    16. Si no lava sus vestidos y su cuerpo, contraerá reato.”