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jueves, julio 18, 2024
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    Nehemías 8 - Nacar-Colunga

    Esdras lee la ley al pueblo

    1. Legado el séptimo mes, los hijos de Israel estaban ya en sus ciudades; y entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que hay delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que llevase el libro de la Ley de Moisés, dada por Yahvé."

    2. Esdras el sacerdote llevólo ante la asamblea, compuesta de hombres y mujeres, de cuantos eran capaces de entenderla. Era esto el día primero del mes séptimo.

    3. Esdras estuvo leyendo el libro desde la mañana hasta la tarde en la plaza que hay delante de la puerta de las Aguas, a los hombres, mujeres y a cuantos podían entender.

    4. Estaba Esdras el escriba sobre un estrado de madera que se alzó con esta ocasión; y estaban junto a él, a su derecha, Matatías, Semeyas, Anaía, Urías, Jecías y Maasías, y a su izquierda, Peda-ya, Misael, Malquiya, Asum, Jasbadana, Zacarías y Mesulam."

    5. Abrió Esdras el libro, viéndolo todos, por estar él más alto que todo el pueblo, y, al abrirlo, todos se pusieron de pie.

    6. Bendijo entonces Esdras a Yahvé, Dios grande, y todo el pueblo alzando las manos, respondió: “Amén, amén”; y, postrándose, adoraron a Yahvé rostro a tierra."

    7. Josué, Baní, Serebías, Janún, Acub, Sebtaí, Odias, Maasías, Quelita, Azarías, Josabad, Janán y Pelaya, levitas, explicaban la Ley al pueblo.

    8. Leían el libro de la Ley de Dios, explicándolo, exponiendo su sentido de modo que el pueblo entendiera la lectura.

    9. Nehemías, gobernador; Esdras, sacerdote y escriba, y los levitas que hacían al pueblo la explicación, dijeron a todo el pueblo: “Hoy es día consagrado a Yahvé, vuestro Dios; no os entristezcáis ni lloréis,” pues todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la Ley."

    10. Y luego les dijo: “Id y comed manjares grasos, y bebed licores dulces, y mandad parte a los que no han preparado, pues hoy es día consagrado al Señor; y no os entristezcáis, porque la alegría de Yahvé es vuestra fortaleza.”

    11. Los levitas apaciguaban al pueblo, diciendo: “Callad, que hoy es día santo, y no os entristezcáis.”

    12. Fuese todo el pueblo a comer y a beber y a enviar porciones, disfrutando de gran alegría porque había entendido lo que se le había enseñado.

    13. El segundo día, los jefes de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas se reunieron con Esdras el escriba para profundizar en las palabras de la Ley.

    14. Hallaron que en la Ley que había dado Yahvé por mano de Moisés estaba escrito que los hijos de Israel habitasen en cabanas en la solemnidad del mes séptimo. Cerciorados de ello,

    15. proclamaron por todas las ciudades y en Jerusalén esta nueva, diciendo: “Subid a los montes y traed ramas de acebuche, ramas de arrayán, ramas de palmera y de todo árbol frondoso, para hacer las cabanas, como está mandado.”

    16. Salió, pues, el pueblo todo, y, trayendo las ramas, hicieron cabanas, unos en sus terrados, otros en sus patios y en los atrios de la casa, en la plaza de la puerta de las Aguas y en la plaza de la puerta de Efraím.

    17. Todos los de la congregación que volvieron de la cautividad hicieron cabañas y habitaron en ellas, cosa que no habían hecho los hijos de Israel desde los días de Josué, hijo de Nun, hasta entonces. Hubo gran alegría.

    18. Se fue leyendo día por día el libro de la Ley de Dios, desde el primero hasta el último. La fiesta duró siete días, y al octavo tuvieron gran asamblea, según lo prescrito.