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jueves, julio 18, 2024
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    Romanos 7 - Nacar-Colunga

    Analogía tomada del matrimonio

    1. ¿O es que ignoráis, hermanos — hablo a los que saben de leyes — , que la ley domina al hombre todo el tiempo que éste vive?

    2. Por tanto, la mujer casada está ligada al marido mientras éste vive; pero muerto el marido, queda desligada de la ley del marido."

    3. Por consiguiente, viviendo el marido será tenida por adúltera si se uniere a otro marido; pero si el marido muere, queda libre de la ley, y no será adúltera si se une a otro marido."

    4. Así que, hermanos míos, vosotros habéis muerto también a la Ley por el cuerpo de Cristo, para ser de otro, del que resucitó de entre los muertos, a fin de que deis frutos para Dios.

    5. Pues cuando estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, excitadas por la Ley, obraban en nuestros miembros y daban frutos de muerte;"

    6. mas ahora, desligados de la Ley, estamos muertos a lo que nos sujetaba, de manera que sirvamos en novedad de espíritu y no en vejez de letra.

    El pecado que mora en mí

    7. ¿Qué diremos entonces? ¿Que la Ley es pecado? ¡Eso, no! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley. Pues yo no conocería la concupiscencia si la Ley no dijera: “No codiciarás.”

    8. Mas, con ocasión del precepto, obró en mi el pecado toda suerte de concupiscencia, porque sin la Ley el pecado está muerto.

    9. Y yo viví algún tiempo sin ley, pero sobreviniendo el precepto, revivió el pecado

    10. y yo quedé muerto, y hallé que el precepto, que era para vida, fue para muerte.

    11. Pues el pecado, con ocasión del precepto, me sedujo y por él me mató.

    12. En suma, que la Ley es santa, y el precepto, santo, y justo, y bueno.

    13. ¿Luego lo bueno me ha sido muerte? ¡Eso, no! Pero el pecado, para mostrar toda su malicia, por lo bueno me dio la muerte, haciéndose por el precepto sobremanera pecaminoso.

    14. Porque sabemos que la Ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido por esclavo al pecado.

    15. Porque no sé lo que hago; pues no pongo por obra lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago."

    16. Así, pues, si hago lo que no quiero, reconozco que la Ley es buena.

    17. Pero entonces ya no soy yo quien obra esto, sino el pecado, que mora en mí.

    18. Pues yo sé que no hay en mí, esto es, en mi carne, cosa buena. Porque el querer el bien está en mí, pero el hacerlo no.

    19. En efecto, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.

    20. Pero si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí.

    21. Por consiguiente, tengo en mí esta ley, que, queriendo hacer el bien, es el mal el que se me apega;"

    22. porque me deleito en la Ley de Dios, según el hombre interior;"

    23. pero siento otra ley en mis miembros, que lucha contra la ley de mi razón y me encadena a la ley del pecado que está en mis miembros.

    24. ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?..

    25. Gracias a Dios, por Jesucristo nuestro Señor.. Así, pues, yo mismo, que con la-razón sirvo a la ley de Dios, sirvo con la carne a la ley del pecado.