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jueves, julio 18, 2024
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    Santiago 3 - Nacar-Colunga

    La lengua

    1. Hermanos míos, no seáis muchos en pretender haceros maestros, sabiendo que seremos juzgados más severamente, 2a porque todos ofendemos en mucho.

    2. Si alguno no peca de palabra, es varón perfecto, capaz de gobernar con el freno todo su cuerpo.

    3. A los caballos les ponemos freno en la boca para que nos obedezcan, y así gobernarnos todo su cuerpo.

    4. Ved también las naves, que, con ser tan grandes y ser empujadas por vientos impetuosos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto.

    5. Así también la lengua, con ser un miembro pequeño, se atreve a grandes cosas. Ved que un poco de fuego basta para quemar todo un gran bosque.

    6. También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. Colocada entre nuestros miembros, la lengua contamina todo el cuerpo, e, inflamada por el infierno, inflama a su vez toda nuestra vida.

    7. Todo género de fieras, de aves, de reptiles y animales marinos es domable y ha sido domado por el hombre;"

    8. pero a la lengua nadie es capaz de domarla, es un azote irrefrenable y está llena de mortífero veneno.

    9. Con ella bendecimos al Señor y Padre nuestro, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a imagen de Dios.

    10. De la misma boca proceden la bendición y la maldición. Y esto, hermanos míos, no debe ser así.

    11. ¿Acaso la fuente echa por el mismo caño agua dulce y amarga?

    12. ¿Puede acaso, hermanos míos, la higuera producir aceitunas, o higos la vid? Y tampoco un manantial puede dar agua salada y agua dulce.

    La sabiduría de lo alto

    13. ¿Quién de entre vosotros es sabio e inteligente? Pues muestre con sus obras y conducta su mansedumbre y su sabiduría.

    14. Pero, si tenéis en vuestros pechos un corazón lleno de amarga envidia y rencilloso, no os gloriéis ni mintáis contra la verdad;"

    15. que no será sabiduría de arriba la vuestra, sino sabiduría terrena, animal, demoníaca.

    16. Porque donde hay envidias y rencillas, allí hay desenfreno y todo género de males.

    17. Mas la sabiduría de arriba es primeramente pura, luego pacífica, modesta, indulgente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sin hipocresía,

    18. y el fruto de la justicia se siembra en la paz para aquellos que obran la paz.