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miércoles, julio 17, 2024
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    Habacuc 3 - Nueva Version Internacional

    Oración de Habacuc

    1. Oración del profeta Habacuc. Según sigionot.[1]

    2. Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia.

    3. De Temán viene Dios, del monte de Parán viene el *Santo. *Selah y su alabanza llena la tierra.

    4. Su brillantez es la del relámpago; rayos brotan de sus manos; ¡tras ellos se esconde su poder!

    5. Una plaga mortal lo precede, un fuego abrasador le sigue los pasos.

    6. Se detiene, y la tierra se estremece; lanza una mirada, y las naciones tiemblan. y se desploman las viejas colinas, pero los caminos de Dios son eternos.

    7. He visto afligidos los campamentos de Cusán, y angustiadas las moradas de Madián.

    8. ¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos? ¿Estuviste airado contra las corrientes? ¿Tan enfurecido estabas contra el mar que cabalgaste en tus caballos y montaste en tus carros victoriosos?

    9. Descubriste tu arco, llenaste de flechas tu aljaba.[2] Tus ríos surcan la tierra;

    10. las montañas te ven y se retuercen. Pasan los torrentes de agua, y ruge el abismo, levantando sus manos.

    11. El sol y la luna se detienen en el cielo por el fulgor de tus veloces flechas, por el deslumbrante brillo de tu lanza.

    12. Indignado, marchas sobre la tierra; lleno de ira, trillas a las naciones.

    13. Saliste a liberar a tu pueblo, saliste a salvar a tu *ungido. Aplastaste al rey de la perversa dinastía, ¡lo desnudaste de pies a cabeza!

    14. Con tu lanza les partiste la cabeza a sus guerreros, que enfurecidos querían dispersarme, que con placer arrogante se lanzaron contra mí, como quien se lanza contra un pobre indefenso.[3]

    15. Pisoteaste el mar con tus corceles, agitando las inmensas aguas.

    16. Al oírlo, se estremecieron mis entrañas; a su voz, me temblaron los labios; la carcoma me caló en los huesos, y se me aflojaron las piernas. el día en que la calamidad vendrá sobre la nación que nos invade.

    17. Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos;

    18. aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!

    19. El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas. Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda.