28.5 C
Miami
sábado, julio 20, 2024
Más


    Salmos 73 - Nueva Version Internacional

    El destino de los malos Salmo de Asaf.

    1. En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel, con los puros de corazón!

    2. Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara.

    3. Sentí envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados.

    4. Ellos no tienen ningún problema; su cuerpo está fuerte y saludable.[1]

    5. Libres están de los afanes de todos; no les afectan los infortunios humanos.

    6. Por eso lucen su orgullo como un collar, y hacen gala de su violencia.

    7. ¡Están que revientan de malicia, y hasta se les ven sus malas intenciones!

    8. Son burlones, hablan con doblez, y arrogantes oprimen y amenazan.

    9. Con la boca increpan al cielo, con la lengua dominan la tierra.

    10. Por eso la gente acude a ellos y cree todo lo que afirman.

    11. Hasta dicen: "¿Cómo puede Dios saberlo? ¿Acaso el *Altísimo tiene entendimiento?"

    12. Así son los impíos; sin afanarse, aumentan sus riquezas.

    13. En verdad, ¿de qué me sirve mantener mi corazón limpio y mis manos lavadas en la inocencia,

    14. si todo el día me golpean y de mañana me castigan?

    15. Si hubiera dicho: "Voy a hablar como ellos", habría traicionado a tu linaje.

    16. Cuando traté de comprender todo esto, me resultó una carga insoportable,

    17. hasta que entré en el santuario de Dios; allí comprendí cuál será el destino de los malvados:

    18. En verdad, los has puesto en terreno resbaladizo, y los empujas a su propia destrucción.

    19. ¡En un instante serán destruidos, totalmente consumidos por el terror!

    20. Como quien despierta de un sueño, así, *Señor, cuando tú te levantes, desecharás su falsa apariencia.

    21. Se me afligía el corazón y se me amargaba el ánimo

    22. por mi *necedad e ignorancia. ¡Me porté contigo como una bestia!

    23. Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha.

    24. Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria.

    25. ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.

    26. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,[2] pero Dios fortalece[3] mi corazón; él es mi herencia eterna.

    27. Perecerán los que se alejen de ti; tú destruyes a los que te son infieles.

    28. Para mí el bien es estar cerca de Dios. para contar todas sus obras.