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miércoles, julio 17, 2024
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    Apocalipsis 4 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    La adoración celestial

    1. Después de todo esto tuve una visión. Vi una puerta abierta en el cielo, y aquella voz como de trompeta que me había hablado primero, me dijo:

    2. Al instante caí en éxtasis, y vi un trono colocado en medio del cielo y alguien sentado en él.

    3. El que estaba sentado resplandecía como el jaspe y el sardonio, mientras un halo de color de esmeralda nimbaba el trono alrededor.

    4. Rodeando el trono había otros veinticuatro tronos, y, sentados en ellos, veinticuatro ancianos vestidos de blanco y ceñidas sus cabezas con coronas de oro.

    5. Relámpago y truenos fragorosos salían del trono; ante él ardían siete lámparas, que eran los siete espíritus de Dios,

    6. y un mar transparente, de cristal, se extendía también delante. En medio del trono y a su alrededor había cuatro seres vivientes, todo ojos por delante y por detrás.

    7. El primero era un león; el segundo, como un toro; con rostro de hombre el tercero; y el cuarto, semejante a un águila en pleno vuelo.

    8. Seis alas tenía cada viviente, y eran todo ojos por fuera y por dentro. Día y noche proclaman sin descanso: -Santo, santo, santo, Señor Dios, dueño de todo. el que es, el que era, el que está para llegar.

    9. Y cada vez que los cuatro vivientes tributan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por siempre,

    10. los veinticuatro ancianos caen de rodillas ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por siempre y arrojan sus coronas a los pies del trono, diciendo:

    11. - Señor y Dios nuestro: ¡Quién como tú merecedor de la gloria, del honor y del poder! Porque tú has creado todas las cosas; en tu designio existían, y fueron creadas.