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sábado, agosto 17, 2024
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    Juan 13 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Jesús lava los pies de sus discípulos

    1. Era la víspera de Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado siempre a los suyos que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el fin.

    2. Se habían puesto a cenar, y el diablo había metido ya en la cabeza de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de traicionar a Jesús.

    3. Con plena conciencia de haber venido del Padre y de que ahora volvía a él , y perfecto conocedor de la plena autoridad que el Padre le había dado,

    4. Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó a la cintura.

    5. Después echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

    6. Cuando le llegó la vez a Simón Pedro, éste le dijo: - Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?

    7. Jesús le contestó: - Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas.

    8. Pedro insistió: - Jamás permitiré que me laves los pies. Jesús le respondió: - Si no me dejas que te lave los pies, no podrás seguir contándote entre los míos.

    9. Pedro entonces le dijo: - Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza.

    10. Pero Jesús le replicó: - El que se ha bañado y está completamente limpio, sólo necesita lavarse los pies. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.

    11. Sabía muy bien Jesús quién iba a traicionarle; por eso añadió: "No todos estáis limpios."

    12. Una vez que terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y les preguntó: - ¿Comprendéis lo que acabo de hacer con vosotros?

    13. Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón, porque efectivamente lo soy.

    14. Pues bien, si yo, vuestro Maestro y Señor, os he lavado los pies, lo mismo debéis hacer vosotros unos con otros.

    15. Os he dado ejemplo: debéis portaros como yo lo he hecho con vosotros.

    16. Os aseguro que el siervo no puede ser mayor que su amo; ni el enviado, superior a quien lo envió.

    17. ¿Está claro esto? Pues seréis dichosos si lo ponéis en práctica.

    18. No me refiero ahora a todos vosotros; yo sé muy bien a quiénes he elegido. Pero debe cumplirse la Escritura: El que come a mi mesa, se ha vuelto contra mí.

    19. Os digo estas cosas ahora, antes de que sucedan, para que, cuando sucedan, creáis que "yo soy el que soy".

    20. Os aseguro que todo el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí mismo, y al recibirme a mí, recibe al que me envió.

    Jesús anuncia la traición de Judas

    21. Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido y declaró

    22. - Os aseguro que uno de vosotros va a traicionarme.

    23. Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros con gran extrañeza, preguntándose a quién se referiría.

    24. Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús tanto quería, estaba recostado a la mesa al lado de Jesús.

    25. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería.

    26. El discípulo, acercándose más a Jesús, le preguntó: - Señor, ¿quién es?

    27. Jesús le contestó: - Es aquel a quien yo dé el trozo de pan que voy a mojar en el plato. Lo mojó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

    28. Y, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dijo: - Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes.

    29. Ninguno de los comensales entendió lo que Jesús había querido decir.

    30. Como Judas era el depositario de la bolsa, algunos pensaron que le había encargado que comprase lo necesario para la fiesta o que diese algo a los pobres.

    El nuevo mandamiento

    31. Judás tomó el trozo de pan mojado y salió inmediatamente. Era de noche.

    32. Apenas salió Judas, dijo Jesús: - Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios va a ser glorificado en él.

    33. Y si Dios va a ser glorificado en él, Dios, a su vez, glorificará al Hijo del hombre. Y va a hacerlo muy pronto.

    34. Hijos míos, ya no estaré con vosotros por mucho tiempo. Me buscaréis, pero os digo lo mismo que ya dije a los judíos: adonde yo voy vosotros no podéis venir.

    35. Os doy un mandamiento nuevo: Amaos unos a otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    36. Vuestro amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos.

    37. Simón Pedro le preguntó: - Maestro, ¿a dónde vas? Jesús le contestó: - A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, algún día lo harás.

    38. Pedro insistió: - Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti.