30.7 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Juan 21 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Jesús se aparece a siete de sus discípulos

    1. Poco después se apareció Jesús otra vez a sus discípulos junto al lago de Tiberíades. El hecho ocurrió así:

    2. estaban juntos Simón Pedro, Tomás "el Mellizo", Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.

    3. Pedro les dijo: - Me voy a pescar. - Vamos contigo - dijeron los otros. Salieron juntos y subieron a la barca; pero aquella noche no lograron pescar nada.

    4. Ya amanecía cuando se presentó Jesús a la orilla del lago, aunque los discípulos no le reconocieron.

    5. Jesús les dijo: - Muchachos, ¿habéis pescado algo? Ellos contestaron: - No.

    6. El les dijo: - Echad la red al lado derecho de la barca y pescaréis. Así lo hicieron, y la red se llenó de tal cantidad de peces, que apenas podían moverla.

    7. El discípulo a quien Jesús tanto quería dijo entonces a Pedro: - ¡Es el Señor! Al oír Simón Pedro que era el Señor, se puso la túnica (pues estaba sólo con la ropa de pescar) y se lanzó al agua.

    8. Los otros discípulos, como la distancia que los separaba de tierra era sólo de unos cien metros, llegaron a la orilla en la barca arrastrando la red llena de peces.

    9. Cuando llegaron a tierra vieron un buen rescoldo de brasas, con un pescado sobre ellas, y pan.

    10. Jesús les dijo: - Traed ahora algunos de los peces que habéis pescado.

    11. Simón Pedro subió a la barca y sacó a tierra la red llena de peces; en total eran ciento cincuenta y tres peces grandes. Y, a pesar de ser tantos, no se rompió la red.

    12. Jesús les dijo: - Acercaos y comed. A ninguno de los discípulos se le ocurrió preguntar: "¿Quién eres tú?", porque sabían muy bien que era el Señor.

    13. Jesús, por su parte, se acercó, tomó el pan en sus manos y se lo repartió; lo mismo hizo con los peces.

    14. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.

    Apacienta mis ovejas

    15. Terminada la comida, Jesús preguntó a Pedro: - Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que éstos? Pedro le contestó: - Sí, Señor, tú saber que te amo. Jesús le dijo: - Apacienta mis corderos.

    16. Jesús volvió a preguntarle: - Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro respondió: - Sí, Señor, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: - Cuida de mis ovejas.

    17. Por tercera vez le preguntó Jesús: - Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si le amaba, y contestó: - Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Entonces Jesús le dijo: - Apacienta mis ovejas.

    18. Y añadió: - Escucha lo que te digo: cuando eras más joven, tú mismo te ajustabas la túnica con el cinturón e ibas a donde querías; pero, cuando seas viejo, tendrás que extender los brazos y será otro quien te atará y te conducirá a donde no quieras ir.

    19. Jesús se expresó en estos términos para indicar la clase de muerte con la que Pedro daría gloria a Dios. Acto seguido dijo: - Sígueme.

    El discípulo amado

    20. Pedro se volvió y vio que detrás de ellos venía el otro discípulo a quien Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?"

    21. Al verle, Pedro preguntó a Jesús: - Señor, y éste, ¿qué suerte correrá?

    22. Jesús le contestó: - Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme.

    23. Estas palabras dieron pie para que entre los hermanos circulase el rumor de que este discípulo no iba a morir. Sin embargo, Jesús no dijo a Pedro que este discípulo no moriría; simplemente comentó: "Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿a tí qué?

    24. Este discípulo es el mismo que da testimonio de todas estas cosas y las ha escrito. Y nosotros sabemos que dice la verdad.

    25. Jesús hizo además otras muchas cosas; tantas, que, si se quisiese ponerlas por escrito una por una, pienso que ni en el mundo entero cabrían los libros que podrían escribirse.