32.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Lucas 22 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    El complot para matar a Jesús

    1. Ya estaba cerca la fiesta de Pascua, cuando se comían los panes sin levadura,

    2. y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley andaban buscando la manera de matar a Jesús, pues temían al pueblo.

    3. Entonces Satán s entré en Judas, el que llamaban Iscariote, que era uno de los doce.

    4. Este fue a tratar con los jefes de los sacerdotes y con los oficiales de la guardia del templo el modo de entregarles a Jesús.

    5. Ellos se alegraron, y a cambio le ofrecieron dinero.

    6. El aceptó el trato, y comenzó a buscar una oportunidad para entregarle sin que la gente se diera cuenta.

    Institución de la Cena del Señor

    7. Llegado el día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua,

    8. Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: - Id a preparar nuestra cena de Pascua.

    9. Le preguntaron: - Dónde quieres que la preparemos?

    10. Jesús les contestó: - Cuando entréis en la ciudad encontraréis a un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entre

    11. y decid al dueño de la casa: "El Maestro dice: ` Cuál es la estancia donde voy a comer la Pascua con mis discípulos? '"

    12. El os mostrar una sala amplia y ya dispuesta en el piso de arriba. Preparadlo todo allí.

    13. Los discípulos fueron, pues, y encontraron las cosas como él les había dicho. Y prepararon la Pascua.

    14. Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa, y sus discípulos con

    15. Entonces les dijo: - Cuánto he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de mi muerte!

    16. Porque os digo que no volveré a comerla hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios.

    17. Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y dijo: - Tomad esto y repartidlo entre vosotros,

    18. porque os digo que ya no beber más de este fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.

    19. Después tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: - Esto es mi cuerpo, entregado en favor vuestro. Haced esto en recuerdo mío.

    20. Lo mismo hizo con la copa después de haber cenado, y dijo: - Esta copa es la nueva alianza, confirmada con mi sangre, que va a ser derramada en favor vuestro.

    21. Pero ahora, sobre la mesa y junto a mí, está ya la mano del que me traiciona.

    22. Es cierto que el Hijo del hombre ha de recorrer el camino que le está señalado, pero ay de aquel que le traiciona!

    23. Los discípulos se pusieron entonces a preguntarse quien será el traidor.

    La grandeza en el servicio

    24. Hubo también una disputa entre los discípulos acerca de cual de ellos era el más importante.

    25. Jesús entonces les dijo: - Los reyes someten a las naciones a su dominio, y los que ejercen sobre ellas su poder se hacen llamar bienhechores.

    26. Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, el más importante de vosotros debe ser como el mis pequeño, y el que dirige debe ser como el que sirve.

    27. Quien es más importante, el que se sienta a la mesa o el que la sirve? No es, acaso, el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como el que sirve.

    28. Pero vosotros sois los que habéis permanecido a mi lado en mis pruebas.

    29. Por eso estoy disponiendo un reino para vosotros, lo mismo que mi Padre ha dispuesto un reino para mí.

    30. Y comeréis y beberéis de mi propia mesa en mi reino, y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    31. Dijo también el Señor: - Simón, Simón, Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo en la criba;

    32. pero yo he pedido por ti, para que tu fe no falte. Y tú, cuando vuelvas en ti, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.

    33. Pedro le dijo: - Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y aun a la muerte!

    34. Jesús le contestó: - Pedro, te digo que hoy mismo, antes que cante el habrás negado tres veces que me conoces.

    Bolsa, alforja y espada

    35. También dijo Jesús a sus discípulos: - Cuando os envió sin bolsa, sin zurrón y sin sandalias, os faltó acaso algo? Ellos contestaron: - Nada.

    36. Y continuó diciéndoles: - Pues ahora, en cambio, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, y que haga lo mismo el que tenga un zurrón; y el que no tenga espada, que venda su manto y la compre.

    37. Porque os digo que en mí se ha de cumplir lo que dicen las Escrituras: Le contaron entre los criminales. Todo lo que se ha escrito de mí, tiene que cumplirse.

    38. Ellos dijeron: - Señor, aquí tenemos dos espadas! El les contestó: - Basta ya!

    Jesús ora en Getsemaní

    39. Después de esto, Jesús salió, y, según tenía por costumbre, se dirigió al monte de los Olivos en compañía de sus discípulos.

    40. Cuando llegaron, les dijo: - Orad para que podáis resistir la prueba.

    41. Luego se alejó un poco de ellos, se puso de rodillas y oró:

    42. - Padre, si quieres, líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

    43. [Entonces se le apareció un ángel del cielo para darle fuerzas.

    44. Jesús, lleno de angustia, oraba incesantemente. Y le caía el sudor al suelo en forma de grandes gotas de sangre.]

    45. Después de orar se levantó y se acercó a sus discípulos. Los encontró dormidos, vencidos por la tristeza,

    46. y les preguntó: - Cómo es que dormís? Levantaos y orad para que podéis resistir la prueba.

    Arresto de Jesús

    47. Todavía estaba hablando Jesús, cuando se presentó un grupo de gente encabezado por uno de los doce llamado Judas. Este se acercó a Jesús para besarle;

    48. pero Jesús le dijo: - Judas, con un beso vas a traicionar al Hijo del hombre?

    49. Los que acompañaban a Jesús, al ver lo que sucedía, le preguntaron: - Señor, les atacamos con la espada?

    50. Y uno de ellos dio un golpe al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.

    51. Pero Jesús dijo; - Dejadlo! Basta ya! En seguida tocó la oreja herida y la curó

    52. Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, oficiales de la guardia del templo y ancianos que habían salido contra él: - Por qué habéis venido a buscarme con espadas y palos, como si fuera un ladrón?

    53. Todos los días he estado entre vosotros en el templo, y no me pusisteis las manos encima. Pero ésta es vuestra hora. Esta es la hora del poder de las tinieblas!

    Pedro niega a Jesús

    54. Apresaron, pues, a Jesús y se lo llevaron a casa del sumo sacerdote. A cierta distancia le seguía Pedro.

    55. En medio del patio de la casa habían encendido fuego, y estaban sentados en torno a él; Pedro también estaba sentado entre todos.

    56. En esto llegó una criada, que, viendo a Pedro junto al fuego, se quedó mirándole fijamente y dijo: - Este también estaba con l.

    57. Pedro lo negó, diciendo: - Mujer, yo no le conozco.

    58. Poco después le vio también otro, que dijo: - Tú eres uno de ellos. Pedro replicó: - No, hombre, no lo soy.

    59. Como cosa de una hora más tarde, un tercero repitió: - Seguro que éste estaba con él. Hasta es galileo.

    60. Entonces Pedro dijo: - Hombre, no sé qué estás diciendo! Y todavía estaba él hablando, cuando cantó un gallo.

    61. En aquel momento, el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: "Hoy mismo, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces."

    62. Entonces Pedro salió de allí y lloró amargamente.

    Jesús escarnecido y azotado

    63. Los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban.

    64. Y, tapándole los ojos, le decían: - Adivina quien te ha pegado!

    65. Y proferían contra él toda clase de insultos.

    Jesús ante el concilio

    66. Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, y llevaron a Jesús ante el Consejo Supremo.

    67. Allí le preguntaron: - Eres tú el Mesías? Dánoslo! El contestó: - Aunque os lo diga, no me vais a creer;

    68. y si os hago preguntas, no me vais a contestar.

    69. Sin embargo, desde ahora mismo, el Hijo del hombre se sentar en el lugar de honor al lado del Dios todopoderoso.

    70. Todos preguntaron: - Así que tú eres el Hijo de Dios? Y el respondió: - Vosotros lo decís: yo soy.

    71. Entonces ellos dijeron: - Para qué queremos más testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de sus propios labios.