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miércoles, julio 17, 2024
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    Marcos 6 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Jesús en Nazaret

    1. Jesús se fue de allí y regresó a su tierra acompañado de sus discípulos.

    2. Cuando llegó el día festivo se puso a enseñar en la sinagoga; y muchos que le escuchaban quedaban admirados y decían: - ¿De dónde ha sacado éste todo eso? ¿Cómo es que tiene tantos conocimientos y hace tantos milagros con sus propias manos?

    3. ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no son sus hermanas estas que viven aquí? Así, Jesús era un tropiezo para ellos.

    4. Por eso les dijo: - En todas partes es estimado un profeta, menos en su propia tierra, entre sus familiares y en su propia casa.

    5. Y no pudo hacer allí ningún milagro, aparte de curar a unos enfermos sobre los que puso las manos.

    6. Estaba verdaderamente sorprendido de la falta de fe de aquella gente. Después de esto, Jesús anduvo enseñando por las aldeas de alrededor.

    Misión de los doce discípulos

    7. Reunió a los doce discípulos y empezó a enviarlos de dos en dos, dándole autoridad sobre los espíritus impuros.

    8. Les ordenó que no llevaran nada para el camino, excepto un bastón. Ni pan, ni zurrón, ni dinero en el bolsillo;

    9. que fueran calzados con sandalias y no llevaran más de un traje.

    10. Les dio estas instrucciones: - Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que salgáis del lugar.

    11. Y si en algún sitio no quieren recibiros ni escucharos, marchaos de allí y sacudid el polvo pegado a vuestros pies, en señal de que condenáis a esa gente.

    12. Los discípulos salieron y anunciaron la necesidad de la conversión.

    13. También expulsaron muchos demonios y curaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.

    Muerte de Juan el Bautista

    14. La fama de Jesús llegó a oídos del propio rey Herodes. Había algunos que decían: - Este es Juan el Bautista, que ha resucitado. Por eso tiene poder de hacer milagros.

    15. Otros en cambio, decían, que era Elías; y otros, que era un profeta semejante a los profetas antiguos.

    16. Al oír Herodes todo esto afirmó: - Este es Juan. Yo mandé que le decapitaran, pero ha resucitado.

    17. Es que este Herodes había hecho arrestar a Juan y le tuvo encarcelado en la cárcel por causa de Herodías, la esposa de su hermano Felipe, con la que se había casado.

    18. Pues Juan le había dicho: - No te es lícito tener a la mujer de tu hermano.

    19. Por eso, Herodías le odiaba y quería matarle, pero aún no había encontrado la ocasión propicia.

    20. ya que el mismo Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo santo, y le protegía y hasta le escuchaba con agrado, aunque siempre se quedaba desconcertado.

    21. Por fin, el día del cumpleaños de Herodes, se le presentó a Herodías la oportunidad que buscaba. Ese día, el rey dio un banquete a los grandes de su corte, a los jefes militares y a la gente más importante de Galilea.

    22. Durante el banquete salió a bailar la hija de Herodías; y tanto gustó a Herodes y sus invitados que el rey le dijo: - Pídeme lo que quieras y yo te lo daré.

    23. Así se lo juró una y otra vez: - ¡Te daré todo lo que me pidas; hasta la mitad de mi reino!

    24. La muchacha fue entonces a preguntar a su madre qué podría pedir, y ella le dijo: - Pídele la cabeza de Juan el Bautista.

    25. Volvió a toda prisa la muchacha y dijo al rey: - Quiero que me des ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.

    26. El rey se entristeció al oir esta petición; pero, como con sus juramentos se había comprometido delante de los invitados, no quiso volverse atrás.

    27. Así que envió a un soldado con la orden de traerle la cabeza de Juan. El soldado fue a la cárcel, le cortó la cabeza

    28. y la trajo en una bandeja. Luego se la entregó a la muchacha y ella se la dio a su madre.

    29. Cuando los discípulos de Juan se enteraron de lo ocurrido, fueron a pedir su cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

    Alimentación de los cinco mil

    30. Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le comunicaron todo lo que habían hecho y enseñado.

    31. El les dijo: - Venid aparte conmigo. Vamos a descansar un poco en algún lugar tranquilo. Porque eran tantos los que le seguían a todas partes que no les quedaba ni tiempo para comer.

    32. Así que subieron a una barca y se dirigieron, ellos solos, a un lugar apartado.

    33. Pero la gente los vio alejarse; y muchos que advirtieron lo que hacían, salieron de todos aquellos pueblos y, corriendo a pie por la orilla, se adelantaron a ellos.

    34. Cuando Jesús bajó de la barca, al ver toda aquella gente reunida, se compadeció de ellos, porque parecían ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

    35. El tiempo pasó y se hizo tarde; entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: - Se está haciendo tarde y estamos en despoblado.

    36. Despide a toda esa gente para que vayan a los caseríos y aldeas de alrededor a comprarse comida.

    37. Jesús les contestó: - Dadles de comer vosotros mismos. Ellos le respondieron: - ¿Cómo vamos a comprar nosotros tal cantidad de pan para darles de comer?

    38. Jesús les encargó: - Mirad a ver cuántos panes tenéis. Después de comprobarlo, le dijeron: - Cinco panes y dos peces.

    39. Jesús mandó que la gente se recostara sobre la hierba verde, formando grupos.

    40. Y formaron grupos de cien y de cincuenta.

    41. Luego él tomó los cinco panes y los dos peces y se los fue dando a sus discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente.

    42. Y todos comieron hasta quedar satisfechos,

    43. y todavía se recogieron doce cestos llenos de trozos sobrantes de pan y de pescado.

    44. Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.

    Jesús anda sobre el mar

    45. Luego Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca para que llegaran a la otra orilla del lago, frente a Betsaida, mientras él despedía a la gente.

    46. Cuando los hubo despedido a todos, se fue a orar al monte.

    47. Al llegar la noche, la barca ya estaba en medio del lago, mientras Jesús se hallaba sólo en tierra.

    48. A eso de las tres de la madrugada, viendo que estaban casi agotados de remar, porque el viento les era contrario, se dirigió hacia ellos andando sobre el lago y haciendo ademán de pasar de largo.

    49. Ellos, al verle caminar sobre el lago, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar.

    50. Porque le vieron todos y se asustaron. Pero Jesús les habló en seguida, diciéndoles: - Tranquilizaos, soy yo. No os asustéis.

    51. Luego subió a la barca, y el viento cesó. Ellos no salían de su asombro,

    52. pues no habían comprendido lo sucedido con los panes y aún tenían la mente embotada.

    Jesús sana a los enfermos en Genesaret

    53. Cruzaron el lago y tocaron tierra en Genesaret. Atracaron a la orilla,

    54. y, al bajar de la barca, la gente reconoció a Jesús.

    55. Y de toda aquella región se apresuraron a llevar en camillas a toda clase de enfermos, a donde se decía estaba Jesús.

    56. Y allí donde él llegaba, ya fueran aldeas, pueblos o caseríos, ponían a los enfermos en las plazas, y les suplicaban que les permitieran tocar siquiera el borde del manto. Y cuantos lo tocaban quedaban curados.