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viernes, julio 19, 2024
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    Mateo 5 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    El Sermón del monte: Las bienaventuranzas

    1. Cuando Jesús vio todo aquel gentío, subió a la colina y se sentó. Se le acercaron sus discípulos,

    2. y él se puso a enseñarles, diciéndoles:

    3. - Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de Dios.

    4. Felices los que en este mundo están tristes, porque Dios mismo los consolará.

    5. Felices los humildes, porque Dios les dará la tierra para que la posean.

    6. Felices los que anhelan que triunfe lo que es justo y bueno, porque su deseo será cumplido.

    7. Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.

    8. Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios.

    9. Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.

    10. Felices los que sufren persecución por ser justos y buenos, porque suyo es el reino de Dios.

    11. Felices vosotros cuando os insulten y os persigan y cuando falsamente digan de vosotros toda clase de infamias sólo porque sois mis discípulos.

    12. ¡Alegraos entonces! ¡Estad contentos, porque en el cielo os espera una gran recompensa! ¡Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron antes que vosotros!

    La sal de la tierra

    13. Vosotros sois la sal de este mundo. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo seguirá salando? Ya no sirve más que para arrojarla fuera y que la gente la pisotee.

    La luz del mundo

    14. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una montaña no puede ocultarse.

    15. Tampoco se enciende una lámpara y se la tapa con una vasija. Al contrario, se la pone en alto, de manera que alumbre a todos los que están en la casa.

    16. Pues así debe alumbrar vuestra luz delante de los demás, para que todos vean el bien que hacéis y alaben por ello a vuestro Padre celestial.

    Jesús y la ley

    17. No penséis que yo he venido a anular la ley de Moisés o las enseñanzas de los profetas. No he venido a anularlas, sino a darles su verdadero significado.

    18. Y os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la Ley no perderá punto ni coma de su valor. Todo se cumplirá cabalmente.

    19. Por eso, aquel que quebrante una de las disposiciones de la Ley, aunque sea la menos importante, y enseñe a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de Dios. En cambio, el que las cumpla y enseñe a otros a cumplirlas, ése será considerado grande en el reino de Dios.

    20. Y os digo esto: Si vosotros no sois mejores que vuestros maestros de la Ley y que los fariseos, no entraréis en el reino de Dios.

    Jesús y la ira

    21. Ya sabéis que a los antepasados se les dijo: No mates. El que mate, será llevado a juicio.

    22. Pero yo os digo: El que se enemiste con su hermano, será llevado a juicio; el que insulte a su hermano, será llevado ante el Consejo Supremo, y el que le injurie gravemente, se hará merecedor del fuego de la gehena.

    23. Por tanto, si en el momento de ir a presentar tu ofrenda en el altar de Dios te acuerdas de que tu hermano tiene algo en contra de ti,

    24. deja tu ofrenda allí mismo delate del altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano. Luego podrás volver y presentar tu ofrenda.

    25. Si estás en pleito con alguien, procura resolverlo por las buenas mientras te sea posible hacerlo, para que tu adversario no te entregue al juez, y el juez a los guardias, y te metan en la cárcel.

    26. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo de tu deuda.

    Jesús y el adulterio

    27. Sabéis que se dijo: No cometas adulterio.

    28. Pero yo os digo: El que mira con malos deseos a la mujer de otro, ya está adulterando con ella en el fondo de su corazón.

    29. Así que, si tu ojo derecho va a ser causa de que caigas en pecado, * sácatelo y arrójalo lejos de ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena.

    30. Y si tu mano derecha va a ser causa de que caigas en pecado, córtatela y arrójala lejos de ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena.

    Jesús y el divorcio

    31. También se dijo: El que se separe de su mujer debe darle un acta de separación.

    32. Pero yo os digo: Todo aquel que se separa de su mujer (salvo en caso de concubinato), la pone en peligro de adulterio. Y si alguno se casa con la mujer separada, también comete adulterio.

    Jesús y los juramentos

    33. Sabéis que además se dijo a nuestros antepasados: No quebrantes tus promesas; cumple lo que prometiste con juramento delante del Señor.

    34. Pero yo os digo: No jures en manera alguna. No jures por el cielo, porque es el trono de Dios;

    35. ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

    36. Ni siquiera jures por tu propia cabeza, porque no está en tu mano hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos.

    37. Decid simplemente: "Sí" o "No"; todo lo que se diga de más procede del maligno.

    El amor hacia los enemigos

    38. Sabéis que se dijo también: Ojo por ojo y diente por diente.

    39. Pero yo os digo: No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Al contrario, si alguno te abofetea en una mejilla, preséntale también la otra.

    40. Y al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, cédele el manto.

    41. Y si alguno te fuerza a llevar carga un kilómetro, ve con él dos.

    42. A quien te pida algo, dáselo, y a quien te ruegue que le hagas un préstamo, no le vuelvas la espalda.

    43. Sabéis que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.

    44. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.

    45. Así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues él hace que el sol salga sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos e injustos.

    46. Porque si solamente amáis a los que os aman, ¿qué recompensa podéis esperar? ¡Eso lo hacen también los publicanos!

    47. Y si saludáis solamente a vuestros compañeros, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Eso lo hacen también los paganos!

    48. Vosotros tenéis que ser perfectos, como es perfecto vuestro Padre que está en los cielos.