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domingo, agosto 18, 2024
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    1 Reyes 11 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Apostasía y dificultades de Salomón

    1. Y el rey Salomón mismo amó a muchas esposas extranjeras junto con la hija de Faraón, a moabitas, ammonitas, edomitas, sidonias [e] hititas,

    2. de las naciones de las que Jehová había dicho a los hijos de Israel: “Ustedes no deben meterse entre ellas, y ellas mismas no deben meterse entre ustedes; verdaderamente inclinarán el corazón de ustedes a seguir a los dioses de ellas”. A ellas se adhirió Salomón para amarlas.

    3. Y llegó a tener setecientas esposas, princesas, y trescientas concubinas; y poco a poco sus esposas le inclinaron el corazón.

    4. Y al tiempo en que envejeció Salomón aconteció que sus esposas mismas habían inclinado el corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no resultó completo para con Jehová su Dios como el corazón de David su padre.

    5. Y Salomón empezó a ir tras Astoret, la diosa de los sidonios, y tras Milcom, la cosa repugnante de los ammonitas.

    6. Y Salomón empezó a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, y no siguió de lleno a Jehová como David su padre.

    7. Fue entonces cuando Salomón procedió a edificar un lugar alto a Kemós, la cosa repugnante de Moab, en la montaña que estaba enfrente de Jerusalén, y a Mólek, la cosa repugnante de los hijos de Ammón.

    8. Y así hizo para todas sus esposas extranjeras que hacían humo de sacrificio y ofrecían sacrificios a sus dioses.

    9. Y Jehová llegó a estar enojado con Salomón, porque su corazón se había inclinado a alejarse de Jehová el Dios de Israel, el que se le había aparecido dos veces.

    10. Y respecto a esta cosa le mandó que no se fuera tras otros dioses; pero él no había guardado lo que Jehová había mandado.

    11. Jehová ahora dijo a Salomón: “Por motivo de que esto ha sucedido contigo, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te impuse como mandato, sin falta arrancaré el reino de sobre ti, y ciertamente lo daré a tu siervo.

    12. Sin embargo, no lo haré en tus días, por causa de David tu padre. De la mano de tu hijo lo arrancaré.

    13. Solo que no será todo el reino lo que arrancaré. Daré una tribu a tu hijo, por causa de David mi siervo, y por causa de Jerusalén que he escogido”.

    14. Y Jehová empezó a levantar un resistidor a Salomón, a saber, a Hadad, el edomita, de la prole del rey. Este estaba en Edom.

    15. Y cuando David derribó a Edom, cuando Joab el jefe del ejército subió a enterrar a los que habían sido muertos, aconteció que él trató de derribar a todo varón de Edom.

    16. (Porque seis meses moró allí Joab, y todo Israel, hasta que él hubo cortado [de la existencia] a todo varón de Edom.)

    17. Y Hadad se fue huyendo, él y junto con él algunos edomitas de los siervos de su padre, para entrar en Egipto, mientras Hadad era un muchacho de poca edad.

    18. De modo que se levantaron de Madián y entraron en Parán, y tomaron consigo hombres de Parán y entraron en Egipto, a donde Faraón el rey de Egipto, quien entonces le dio una casa. También, pan le asignó, y tierra le dio.

    19. Y Hadad continuó hallando favor a los ojos de Faraón, a tal grado que este le dio una esposa, la hermana de su propia esposa, la hermana de Tahpenés la dama.

    20. Con el tiempo, la hermana de Tahpenés le dio a luz su hijo Guenubat, y Tahpenés llegó a destetarlo allí mismo en la casa de Faraón; y Guenubat continuó en la casa de Faraón, allí mismo entre los hijos de Faraón.

    21. Y Hadad mismo oyó en Egipto que David había yacido con sus antepasados y que Joab el jefe del ejército había muerto. Por lo tanto, Hadad dijo a Faraón: “Envíame, para que me vaya a mi propia tierra”.

    22. Pero Faraón le dijo: “¿Qué te falta estando conmigo, para que estés procurando irte a tu propia tierra?”. A lo que él dijo: “Nada; pero debes enviarme sin falta”.

    23. Y Dios procedió a levantarle otro resistidor, a saber, a Rezón hijo de Eliadá, que había huido de Hadadézer, el rey de Zobá, su señor.

    24. Y este siguió juntando hombres a su lado y llegó a ser jefe de una partida merodeadora, cuando David los mató. Por eso se fueron a Damasco y se pusieron a morar en ella y empezaron a reinar en Damasco.

    25. Y él llegó a ser un resistidor de Israel todos los días de Salomón, y eso junto con el perjuicio que Hadad ocasionó; y le tenía un aborrecimiento a Israel mientras continuaba reinando sobre Siria.

    26. Y estuvo Jeroboán hijo de Nebat, efraimita de Zeredá, un siervo de Salomón, y el nombre de su madre era Zeruá, una enviudada. Él también empezó a alzar la mano contra el rey.

    27. Y esta es la razón por la cual alzó la mano contra el rey: Salomón mismo había edificado el Montículo. Había cerrado la brecha de la Ciudad de David su padre.

    28. Ahora bien, el hombre Jeroboán era un hombre valiente y poderoso. Cuando Salomón llegó a ver que el joven era un trabajador muy asiduo, procedió a hacerlo superintendente sobre todo el servicio obligatorio de la casa de José.

    29. Y en aquel tiempo en particular aconteció que Jeroboán mismo salió de Jerusalén, y Ahíya el silonita, el profeta, llegó a hallarlo en el camino, y [Ahíya] estaba cubriéndose con una prenda de vestir nueva; y los dos se hallaban solos en el campo.

    30. Ahíya ahora asió la prenda de vestir nueva que traía sobre sí y la rasgó en doce pedazos.

    31. Y pasó a decir a Jeroboán: “Toma para ti diez pedazos; porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Mira que voy a arrancar el reino de la mano de Salomón, y ciertamente te daré diez tribus.

    32. Y una tribu es lo que continuará siendo suya por causa de mi siervo David y por causa de Jerusalén, la ciudad que he escogido de todas las tribus de Israel.

    33. La razón por ello es que me han dejado a mí y han empezado a inclinarse ante Astoret, la diosa de los sidonios, ante Kemós, el dios de Moab, y ante Milcom, el dios de los hijos de Ammón; y no han andado en mis caminos haciendo lo que es recto a mis ojos, y mis estatutos y mis decisiones judiciales, como David su padre.

    34. Pero no tomaré de su mano todo el reino, porque por principal lo estableceré todos los días de su vida, por causa de David mi siervo a quien escogí, porque él guardó mis mandamientos y mis estatutos.

    35. Y ciertamente tomaré la gobernación real de la mano de su hijo y te la daré a ti, aun diez tribus.

    36. Y a su hijo daré una tribu, a fin de que David mi siervo continúe teniendo una lámpara siempre delante de mí en Jerusalén, la ciudad que yo me he escogido para poner allí mi nombre.

    37. Y a ti te tomaré, y verdaderamente reinarás sobre todo lo que tu alma desee con vehemencia, y ciertamente llegarás a ser rey sobre Israel.

    38. Y tiene que suceder que, si obedeces todo lo que yo te mande, y de veras andas en mis caminos y realmente haces lo que es recto a mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, así como lo hizo David mi siervo, entonces yo ciertamente resultaré estar contigo, y ciertamente te edificaré una casa duradera, tal como se la he edificado a David, y ciertamente te daré Israel.

    39. Y humillaré a la prole de David a causa de esto, solo que no para siempre’”.

    40. Y Salomón empezó a buscar la manera de dar muerte a Jeroboán. Por eso Jeroboán se levantó y se fue huyendo a Egipto, a Sisaq el rey de Egipto, y continuó en Egipto hasta la muerte de Salomón.

    Muerte de Salomón

    41. En cuanto al resto de los asuntos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de Salomón?

    42. Y los días que Salomón había reinado en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años.

    43. Entonces yació Salomón con sus antepasados, y fue enterrado en la Ciudad de David su padre; y Rehoboam su hijo empezó a reinar en lugar de él.