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domingo, agosto 18, 2024
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    1 Samuel 22 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    1. De modo que David procedió a irse de allí y a escapar a la cueva de Adulam; y sus hermanos y toda la casa de su padre llegaron a oírlo y se pusieron a bajar allí a donde él.

    2. Y todos los hombres que estaban en situación de angustia y todos los hombres que tenían un acreedor y todos los hombres amargados de alma empezaron a juntarse a él, y él vino a ser jefe sobre ellos; y llegaron a estar con él unos cuatrocientos hombres.

    3. Más tarde David fue de allí a Mizpé de Moab y dijo al rey de Moab: “Por favor, deja que mi padre y mi madre moren con ustedes hasta que yo sepa lo que me va a hacer Dios”.

    4. Por consiguiente, les fijó su residencia delante del rey de Moab, y continuaron morando con él todos los días que David se halló en el lugar inaccesible.

    5. Con el tiempo Gad el profeta dijo a David: “No debes seguir morando en el lugar inaccesible. Vete, y tienes que entrar tú mismo en la tierra de Judá”. Por lo tanto David se fue y entró en el bosque de Héret.

    Saúl mata a los sacerdotes de Nob

    6. Y Saúl llegó a oír que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos, mientras Saúl estaba sentado en Guibeah debajo del tamarisco, en el lugar alto, con su lanza en la mano, y todos sus siervos apostados alrededor de él.

    7. Entonces dijo Saúl a sus siervos apostados alrededor de él: “Escuchen, por favor, benjaminitas. ¿Les dará también a ustedes el hijo de Jesé campos y viñas? ¿Los nombrará a todos ustedes jefes de millares y jefes de centenas?

    8. Porque han conspirado, todos ustedes, contra mí; y no hay nadie que lo revele a mi oído cuando mi mismo hijo celebra [un pacto] con el hijo de Jesé, y no hay ninguno de ustedes que se compadezca de mí y revele a mi oído que mi propio hijo ha levantado a mi propio siervo contra mí como uno que espera en emboscada, como sucede este día”.

    9. Ante esto, Doeg el edomita, por hallarse apostado sobre los siervos de Saúl, contestó y dijo: “Vi al hijo de Jesé venir a Nob, a donde Ahimélec hijo de Ahitub.

    10. Y él procedió a inquirir de Jehová por él; y le dio provisiones, y le dio la espada de Goliat el filisteo”.

    11. En seguida el rey mandó a llamar a Ahimélec hijo de Ahitub el sacerdote, y a toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob. De modo que todos vinieron al rey.

    12. Saúl ahora dijo: “¡Escucha, por favor, hijo de Ahitub!”, a lo que él dijo: “Aquí estoy, señor mío”.

    13. Y Saúl pasó a decirle: “¿Por qué han conspirado contra mí, tú y el hijo de Jesé, mediante darle tú pan y una espada, y haber un inquirir de Dios por él, para que se levantara contra mí como uno que espera en emboscada, como sucede este día?”.

    14. Ante esto, Ahimélec contestó al rey y dijo: “¿Y quién entre todos tus siervos es como David, fiel, y el yerno del rey y un jefe sobre tu guardia de corps y honrado en tu casa?

    15. ¿Es hoy cuando he comenzado a inquirir de Dios por él? ¡Ni se piense de parte mía! No imponga el rey cosa alguna contra su siervo [y] contra toda la casa de mi padre, porque en todo esto tu siervo no supo cosa pequeña ni grande”.

    16. Pero el rey dijo: “Positivamente morirás, Ahimélec, tú con toda la casa de tu padre”.

    17. Con eso, el rey dijo a los corredores apostados alrededor de él: “¡Vuélvanse y den muerte a los sacerdotes de Jehová, porque también la mano de ellos está con David, y porque sabían que era fugitivo y no lo revelaron a mi oído!”. Y los siervos del rey no quisieron alargar la mano para acometer a los sacerdotes de Jehová.

    18. Por fin el rey dijo a Doeg: “¡Vuélvete tú y acomete a los sacerdotes!”. Al instante Doeg el edomita se volvió, y él mismo acometió a los sacerdotes, y dio muerte en aquel día a ochenta y cinco hombres que llevaban efod de lino.

    19. Hasta a Nob, la ciudad de los sacerdotes, él la hirió a filo de espada, así a hombre como a mujer, a niño como a lactante, y a toro y asno y oveja, a filo de espada.

    20. Sin embargo, un hijo de Ahimélec hijo de Ahitub, cuyo nombre era Abiatar, logró escapar, y fue huyendo para seguir a David.

    21. Entonces Abiatar refirió esto a David: “Saúl ha matado a los sacerdotes de Jehová”.

    22. Ante esto, David dijo a Abiatar: “Bien sabía yo aquel día, porque allí estaba Doeg el edomita, que sin falta él lo informaría a Saúl. Yo personalmente le he hecho mal a toda alma de la casa de tu padre.

    23. Mora, pues, conmigo. No tengas miedo, porque quien busca mi alma busca tu alma, porque tú eres uno que necesita protección conmigo”.