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viernes, julio 19, 2024
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    2 Crónicas 25 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Reinado de Amasías

    1. A la edad de veinticinco años Amasías llegó a ser rey, y por veintinueve años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre fue Jehoadán de Jerusalén.

    2. Y él continuó haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová, solo que no con corazón completo.

    3. Y aconteció que luego que el reino hubo quedado fuerte sobre él, prontamente mató a sus siervos que habían derribado al rey su padre.

    4. Y a los hijos de ellos no dio muerte, sino que [hizo] conforme a lo que está escrito en la ley, en el libro de Moisés, que Jehová mandó, que dice: “Padres no deben morir por hijos, ni deben hijos mismos morir por padres; sino que es cada uno por su propio pecado por el que debe morir”.

    5. Y Amasías procedió a juntar a Judá y a hacer que estuvieran de pie conforme a la casa de los antepasados, por los jefes de millares y por los jefes de centenas para todo Judá y Benjamín; y pasó a inscribirlos de veinte años de edad para arriba, y finalmente halló [que eran] trescientos mil hombres selectos que salían al ejército, que manejaban lanza y escudo grande.

    6. Además, alquiló de Israel cien mil hombres valientes, poderosos, por cien talentos de plata.

    7. Y cierto hombre del Dios [verdadero] vino a él, y dijo: “Oh rey, no dejes que el ejército de Israel vaya contigo, porque Jehová no está con Israel, [es decir,] con todos los hijos de Efraín.

    8. Pero ve tú mismo, actúa, sé animoso para la guerra. El Dios [verdadero] pudiera hacerte tropezar delante de un enemigo; porque existe poder con Dios para ayudar y para hacer tropezar”.

    9. Ante eso, Amasías dijo al hombre del Dios [verdadero]: “Pero ¿qué ha de hacerse en cuanto a los cien talentos que he dado a las tropas de Israel?”. A lo que dijo el hombre del Dios [verdadero]: “Existe con Jehová el medio de darte mucho más que esto”.

    10. Por lo tanto Amasías los separó, a saber, las tropas que habían venido a él desde Efraín, para que se fueran a su propio lugar. Sin embargo, la cólera de estos se enardeció mucho contra Judá, de modo que se volvieron a su propio lugar en el ardor de la cólera.

    11. Y Amasías, por su parte, cobró ánimo y procedió a acaudillar a su propio pueblo e ir al valle de la Sal; y se puso a derribar a los hijos de Seír, a diez mil [de ellos].

    12. Y hubo diez mil a quienes los hijos de Judá capturaron vivos. De manera que los llevaron a la cima del peñasco, y procedieron a arrojarlos desde la cima del peñasco; y todos ellos, sin excepción, reventaron.

    13. En cuanto a los miembros de la tropa a quienes Amasías había hecho volver de ir con él a la guerra, ellos empezaron a hacer incursiones contra las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón misma, y lograron derribar a tres mil de ellos y efectuar un gran saqueo.

    14. Pero después que Amasías vino de derribar a los edomitas, sucedió que entonces trajo los dioses de los hijos de Seír y los erigió para sí como dioses, y empezó a inclinarse delante de ellos, y a ellos empezó a hacerles humo de sacrificio.

    15. En consecuencia, la cólera de Jehová se enardeció contra Amasías, y por lo tanto le envió un profeta y le dijo: “¿Por qué has buscado a los dioses del pueblo que no libraron a su propio pueblo de tu mano?”.

    16. Y aconteció que cuando él le habló, [el rey] inmediatamente le dijo: “¿Fue consejero del rey lo que te constituimos? Cesa por tu propio bien. ¿Por qué habrían de derribarte?”. Por consiguiente, el profeta cesó, pero dijo: “Ciertamente sé que Dios se ha resuelto a arruinarte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo”.

    17. Entonces Amasías el rey de Judá tomó consejo y envió a decir a Jehoás hijo de Jehoacaz hijo de Jehú el rey de Israel: “¡Ven! Mirémonos al rostro uno al otro”.

    18. Ante aquello, Jehoás el rey de Israel envió a decir a Amasías el rey de Judá: “El yerbajo espinoso mismo que estaba en el Líbano envió a decir al cedro que estaba en el Líbano: ‘Da, sí, tu hija a mi hijo por esposa’. Sin embargo, una bestia salvaje del campo que estaba en el Líbano pasó y holló al yerbajo espinoso.

    19. Tú te has dicho: Mira que has derribado a Edom. Y tu corazón te ha alzado para ser glorificado. Ahora, sigue morando en tu propia casa, sí. ¿Por qué debes ocuparte en contienda en mala posición y tener que caer, tú y Judá contigo?”.

    20. Pero Amasías no escuchó; porque esto era del Dios [verdadero] con el propósito de darlos en mano de él, porque habían buscado a los dioses de Edom.

    21. De manera que subió Jehoás el rey de Israel, y procedieron a mirarse al rostro el uno al otro, él y Amasías el rey de Judá, en Bet-semes, que pertenece a Judá.

    22. Y Judá llegó a ser derrotado delante de Israel, de manera que echaron a huir cada uno a su tienda.

    23. Y fue a Amasías el rey de Judá, el hijo de Jehoás hijo de Jehoacaz, a quien Jehoás el rey de Israel prendió en Bet-semes, después de lo cual lo trajo a Jerusalén e hizo una brecha en el muro de Jerusalén, desde la Puerta de Efraín hasta la misma Puerta de la Esquina, cuatrocientos codos.

    24. Y [tomó] todo el oro y la plata y todos los objetos que se hallaban en la casa del Dios [verdadero] con Obed-edom, y los tesoros de la casa del rey y los rehenes, y entonces se volvió a Samaria.

    25. Y Amasías hijo de Jehoás el rey de Judá continuó viviendo quince años después de la muerte de Jehoás hijo de Jehoacaz el rey de Israel.

    26. En cuanto al resto de los asuntos de Amasías, los primeros y los últimos, ¡mire!, ¿no están escritos en el Libro de los Reyes de Judá e Israel?

    27. Y desde el tiempo en que Amasías se desvió de seguir a Jehová, procedieron a formar una conspiración contra él en Jerusalén. Al fin él huyó a Lakís; pero enviaron tras él a Lakís y le dieron muerte allí.

    28. Así que lo llevaron sobre caballos y lo enterraron con sus antepasados en la ciudad de Judá.