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sábado, agosto 17, 2024
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    2 Reyes 17 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Caída de Samaria y cautiverio de Israel

    1. En el año doce de Acaz el rey de Judá, Hosea hijo de Elah llegó a ser rey en Samaria, sobre Israel, por nueve años.

    2. Y continuó haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová, solo que no como los reyes de Israel que lo antecedieron.

    3. Fue contra él contra quien subió Salmanasar el rey de Asiria, y Hosea llegó a ser su siervo y empezó a pagarle tributo.

    4. Sin embargo, el rey de Asiria llegó a hallar conspiración en el caso de Hosea, porque este había enviado mensajeros a So el rey de Egipto, y no hizo subir el tributo al rey de Asiria como en años anteriores. Por lo tanto, el rey de Asiria lo encerró y lo mantuvo atado en la casa de detención.

    5. Y el rey de Asiria procedió a subir contra todo el país y a subir a Samaria y tenerla sitiada por tres años.

    6. En el año noveno de Hosea, el rey de Asiria tomó a Samaria y entonces condujo a Israel al destierro, a Asiria, y los tuvo morando en Halah y en Habor, junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos.

    7. Ahora bien, esto aconteció porque los hijos de Israel habían pecado contra Jehová su Dios, que los había hecho subir de la tierra de Egipto de debajo de la mano de Faraón el rey de Egipto, y habían empezado a temer a otros dioses;

    8. y siguieron andando en los estatutos de las naciones que Jehová había expulsado de delante de los hijos de Israel, y [en los estatutos de] los reyes de Israel que estos habían hecho;

    9. y los hijos de Israel se pusieron a escudriñar las cosas que no eran rectas para con Jehová su Dios y siguieron edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde la torre de los atalayas hasta la misma ciudad fortificada;

    10. y siguieron erigiéndose columnas sagradas y postes sagrados sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso;

    11. y allí en todos los lugares altos continuaron haciendo humo de sacrificio, lo mismo que las naciones que Jehová había llevado al destierro a causa de ellos, y siguieron haciendo cosas malas para ofender a Jehová;

    12. y continuaron sirviendo a ídolos estercolizos, acerca de los cuales Jehová les había dicho: “Ustedes no deben hacer esta cosa”;

    13. y Jehová siguió advirtiendo a Israel y Judá por medio de todos sus profetas [y] todo hombre de visiones, diciendo: “Vuélvanse de sus malos caminos y guarden mis mandamientos, mis estatutos, conforme a toda la ley que mandé a sus antepasados y que he enviado a ustedes por medio de mis siervos los profetas”;

    14. y ellos no escucharon, sino que siguieron endureciendo la cerviz como la cerviz de sus antepasados que no habían ejercido fe en Jehová su Dios;

    15. y continuaron rechazando sus disposiciones reglamentarias y su pacto que él había celebrado con sus antepasados y sus recordatorios con que les había dado advertencia, y se pusieron a seguir vanos ídolos y se hicieron vanos ellos mismos, aun en imitación de las naciones que estaban todo en derredor de ellos, respecto de las cuales Jehová les había mandado que no hicieran lo mismo que ellas;

    16. y siguieron dejando todos los mandamientos de Jehová su Dios, y procedieron a hacerse estatuas fundidas, dos becerros, y a hacer un poste sagrado, y empezaron a inclinarse ante todo el ejército de los cielos y a servir a Baal;

    17. y continuaron haciendo pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego y practicando la adivinación y buscando agüeros, y siguieron vendiéndose a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, para ofenderlo;

    18. por lo tanto Jehová se enojó mucho contra Israel, de modo que los quitó de su vista. No dejó que ninguno quedara, sino la tribu de Judá sola.

    19. Ni aun Judá mismo guardó los mandamientos de Jehová su Dios, sino que se pusieron a andar en los estatutos de Israel, que ellos habían hecho.

    20. En consecuencia, Jehová rechazó a toda la descendencia de Israel y siguió afligiéndolos y dándolos en la mano de pilladores, hasta que los hubo echado de delante de sí.

    21. Porque él arrancó a Israel de la casa de David, y ellos procedieron a hacer rey a Jeroboán hijo de Nebat; y Jeroboán procedió a separar a Israel de seguir a Jehová, y los hizo pecar con un gran pecado.

    22. Y los hijos de Israel se pusieron a andar en todos los pecados de Jeroboán que él había cometido. No se apartaron de ellos,

    23. hasta que Jehová quitó a Israel de su vista, tal como había hablado por medio de todos sus siervos los profetas. De manera que Israel se fue de su propio suelo al destierro en Asiria hasta el día de hoy.

    Asiria puebla de nuevo a Samaria

    24. Subsiguientemente, el rey de Asiria trajo [gente] de Babilonia y de Cutá y de Avá y de Hamat y de Sefarvaim, y los hizo morar en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel; y ellos empezaron a tomar posesión de Samaria y a morar en sus ciudades.

    25. Y aconteció que, al comienzo de su morada allí, no temían a Jehová. Por lo tanto Jehová envió leones entre ellos, y estos llegaron a ser matadores entre ellos.

    26. De manera que ellos mandaron palabra al rey de Asiria, y dijeron: “Las naciones que has desterrado y entonces establecido en las ciudades de Samaria no han conocido la religión del Dios del país, de modo que él sigue enviando leones entre ellos; y, ¡mira!, les están dando muerte, puesto que no hay nadie que conozca la religión del Dios del país”.

    27. Ante eso, el rey de Asiria dio orden, y dijo: “Hagan ir allá a uno de los sacerdotes que ustedes condujeron al destierro de allí, para que vaya y more allí y les enseñe a ellos la religión del Dios del país”.

    28. Por consiguiente, uno de los sacerdotes que ellos habían conducido de Samaria al destierro vino y se puso a morar en Betel, y llegó a ser maestro de ellos respecto de cómo habían de temer a Jehová.

    29. Sin embargo, cada nación diferente llegó a ser hacedora de su propio dios, el cual entonces depositaron en la casa de los lugares altos que los samaritanos habían hecho, cada nación diferente, en sus ciudades donde estaban morando.

    30. Y los hombres de Babilonia, por su parte, hicieron a Sucot-benot, y los hombres de Cut, por su parte, hicieron a Nergal, y los hombres de Hamat, por su parte, hicieron a Asimá.

    31. En cuanto a los aveos, ellos hicieron a Nibhaz y a Tartaq; y los sefarvitas estaban quemando a sus hijos en el fuego a Adramélec y Anamélec, los dioses de Sefarvaim.

    32. Y llegaron a ser temedores de Jehová, y del pueblo en general se pusieron a hacer sacerdotes de los lugares altos, y estos llegaron a ser funcionarios para ellos en la casa de los lugares altos.

    33. De Jehová se hicieron temedores, pero de sus propios dioses resultaron ser adoradores, conforme a la religión de las naciones de entre las cuales los habían conducido al destierro.

    34. Hasta el día de hoy están haciendo conforme a sus religiones anteriores. No hubo quienes temieran a Jehová ni quienes hicieran conforme a sus estatutos y sus decisiones judiciales ni [según] la ley y el mandamiento que Jehová había mandado a los hijos de Jacob, cuyo nombre él hizo Israel;

    35. cuando Jehová celebró un pacto con ellos y les mandó, diciendo: “No deben temer a otros dioses, y no deben inclinarse ante ellos ni servirles ni hacerles sacrificios.

    36. Antes bien, a Jehová, que los hizo subir de la tierra de Egipto con gran poder y brazo extendido, a Ese es a quien deben temer, y ante quien deben inclinarse, y a él deben hacer sacrificios.

    37. Y las disposiciones reglamentarias y las decisiones judiciales y la ley y el mandamiento que él escribió para ustedes, deben cuidar de ponerlos por obra siempre; y no deben temer a otros dioses.

    38. Y el pacto que yo he celebrado con ustedes, no lo deben olvidar; y no deben temer a otros dioses.

    39. Antes bien, es a Jehová su Dios a quien ustedes deben temer, puesto que él es el que los librará de la mano de todos sus enemigos”.

    40. Y no obedecieron; antes bien, era conforme a su religión anterior que estaban haciendo.

    41. Y estas naciones llegaron a ser temedoras de Jehová, pero fue a sus propias imágenes esculpidas a quienes resultaron estar sirviendo. En cuanto a sus hijos y también a sus nietos, tal como habían hecho sus antepasados ellos mismos están haciendo hasta el día de hoy.