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sábado, julio 20, 2024
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    Éxodo 32 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    1. Entretanto, el pueblo llegó a ver que Moisés tardaba mucho en bajar de la montaña. De modo que el pueblo se congregó en torno a Aarón, y le dijeron: “Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros, porque en cuanto a este Moisés, el hombre que nos hizo subir de la tierra de Egipto, ciertamente no sabemos qué le habrá pasado”.

    2. Ante esto, Aarón les dijo: “Arranquen los aretes de oro que están en las orejas de sus esposas, de sus hijos y de sus hijas, y tráiganmelos”.

    3. Y todo el pueblo se puso a arrancar los aretes de oro que estaban en sus orejas y a llevárselos a Aarón.

    4. Entonces él tomó [el oro] de manos de ellos, y lo formó con un buril y procedió a hacer de él una estatua fundida de un becerro. Y empezaron a decir: “Este es tu Dios, oh Israel, que te hizo subir de la tierra de Egipto”.

    5. Cuando Aarón llegó a ver esto, se puso a edificar un altar delante de él. Por fin clamó Aarón y dijo: “Mañana hay fiesta a Jehová”.

    6. De modo que al día siguiente se levantaron temprano, y empezaron a ofrecer ofrendas quemadas y a presentar sacrificios de comunión. Después de eso se sentó el pueblo a comer y beber. Entonces se levantaron para divertirse.

    7. Jehová ahora dijo a Moisés: “Ve, desciende, porque tu pueblo que hiciste subir de la tierra de Egipto ha actuado ruinosamente.

    8. Se han desviado apresuradamente del camino en que les he mandado ir. Se han hecho una estatua fundida de un becerro y siguen inclinándose ante ella y haciéndole sacrificios y diciendo: ‘Este es tu Dios, oh Israel, que te hizo subir de la tierra de Egipto’”.

    9. Y Jehová siguió diciendo a Moisés: “He mirado a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz.

    10. Así que ahora déjame, para que se encienda mi cólera contra ellos y los extermine, y déjame hacer de ti una nación grande”.

    11. Y Moisés procedió a ablandar el rostro de Jehová su Dios y a decir: “¿Por qué, oh Jehová, debe encenderse tu cólera contra tu pueblo, a quien sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?

    12. ¿Por qué deben decir los egipcios: ‘Con mala intención los sacó, para matarlos entre las montañas y para exterminarlos de la superficie del suelo’? Vuélvete de tu cólera ardiente y siente pesar respecto al mal contra tu pueblo.

    13. Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Israel tus siervos, a quienes juraste por ti mismo, por cuanto les dijiste: ‘Multiplicaré su descendencia como las estrellas de los cielos, y toda esta tierra que he designado la daré a su descendencia, para que verdaderamente tomen posesión de ella hasta tiempo indefinido’”.

    14. Y Jehová empezó a sentir pesar respecto al mal de que había hablado que haría a su pueblo.

    15. Después de eso, Moisés se volvió y bajó de la montaña con las dos tablas del Testimonio en la mano, tablas sobre las cuales estaba escrito por ambos lados. Por este lado y por el otro estaban escritas.

    16. Y las tablas eran la obra de Dios, y la escritura era la escritura de Dios grabada sobre las tablas.

    17. Y Josué empezó a oír el ruido del pueblo a causa de su gritería, y procedió a decir a Moisés: “Hay ruido de batalla en el campamento”.

    18. Pero él dijo: “No es el sonido del canto por poderosa hazaña, y no es el sonido del canto de derrota; es el sonido de otro canto el que estoy oyendo”.

    19. Aconteció, pues, que tan pronto como Moisés se acercó al campamento y pudo ver el becerro y las danzas, empezó a encenderse su cólera, y al instante arrojó de sus manos las tablas y las hizo añicos al pie de la montaña.

    20. Entonces tomó el becerro que habían hecho y lo quemó con fuego y lo trituró hasta que quedó fino, después de lo cual lo esparció sobre la superficie de las aguas, e hizo que lo bebieran los hijos de Israel.

    21. Después de eso Moisés dijo a Aarón: “¿Qué te hizo este pueblo para que hayas traído sobre él un pecado grande?”.

    22. A lo cual dijo Aarón: “No se encienda la cólera de mi señor. Tú mismo conoces bien al pueblo, que está inclinado al mal.

    23. Así es que me dijeron: ‘Haznos un dios que vaya delante de nosotros, porque en cuanto a este Moisés, el hombre que nos hizo subir de la tierra de Egipto, ciertamente no sabemos qué le habrá pasado’.

    24. Por lo tanto les dije: ‘¿Quiénes tienen oro? Tienen que arrancárselo para que me lo den’. Y procedí a arrojarlo al fuego y salió este becerro”.

    25. Y llegó a ver Moisés que el pueblo andaba desenfrenado, porque Aarón los había dejado desenfrenarse para ignominia entre sus opositores.

    26. Entonces Moisés tomó su puesto en la puerta del campamento y dijo: “¿Quién está de parte de Jehová? ¡A mí!”. Y todos los hijos de Leví empezaron a reunirse en torno a él.

    27. Ahora les dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Ponga cada uno de ustedes su espada sobre el costado. Pasen y vuelvan de una puerta a otra puerta en el campamento y mate cada uno a su hermano y cada uno a su prójimo y cada uno a su conocido íntimo’”.

    28. Y los hijos de Leví procedieron a hacer como había dicho Moisés, de modo que en aquel día cayeron del pueblo unos tres mil hombres.

    29. Y Moisés pasó a decir: “Llenen hoy su mano de poder para Jehová, porque cada uno de ustedes está contra su propio hijo y contra su propio hermano, y para que él les otorgue una bendición hoy”.

    30. Y aconteció al mismo día siguiente que Moisés procedió a decir al pueblo: “Ustedes... ustedes han pecado con un gran pecado, y ahora yo subiré a Jehová. Quizás pueda hacer enmienda por el pecado de ustedes”.

    31. De modo que Moisés se volvió a Jehová y dijo: “¡Ah, pero este pueblo ha pecado con un gran pecado, por cuanto se hicieron un dios de oro!

    32. Pero ahora si perdonas su pecado..., y si no, bórrame, por favor, de tu libro que has escrito”.

    33. Sin embargo, Jehová dijo a Moisés: “Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro.

    34. Y ahora, ven, conduce al pueblo al lugar del que te he hablado. ¡Mira! Mi ángel irá delante de ti, y en el día de traer yo castigo ciertamente traeré castigo sobre ellos por su pecado”.

    35. Y empezó Jehová a plagar al pueblo porque habían hecho el becerro, que Aarón había hecho.