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domingo, agosto 18, 2024
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    Ezequiel 11 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Reprensión de los príncipes malvados

    1. Y un espíritu procedió a alzarme y llevarme a la puerta oriental de la casa de Jehová que mira hacia el este, y, ¡mire!, en la entrada de la puerta había veinticinco hombres, y llegué a ver en medio de ellos a Jaazanías el hijo de Azur y a Pelatías el hijo de Benaya, príncipes del pueblo.

    2. Entonces él me dijo: “Hijo del hombre, estos son los hombres que están tramando nocividad y asesorando mal consejo contra esta ciudad;

    3. que están diciendo: ‘¿No se ha acercado mucho el edificar casas? Ella es la olla de boca ancha, y nosotros somos la carne’.

    4. ”Por lo tanto, profetiza contra ellos. Profetiza, oh hijo del hombre”.

    5. Entonces el espíritu de Jehová cayó sobre mí, y él pasó a decirme: “Di: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Ustedes dijeron lo recto, oh casa de Israel; y respecto a las cosas que suben en su espíritu de ustedes, yo mismo lo he conocido.

    6. Ustedes han hecho que los muertos suyos en esta ciudad sean muchos, y han llenado de muertos las calles de ella”’”.

    7. “Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘En cuanto a sus muertos a quienes ustedes han puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla de boca ancha; y habrá un sacar a ustedes mismos de en medio de ella’.”

    8. “‘Espada han temido, y espada traeré sobre ustedes —es la expresión del Señor Soberano Jehová—.

    9. Y ciertamente los sacaré de en medio de ella y los daré en mano de extraños y ejecutaré sobre ustedes actos de juicio.

    10. A espada caerán. En el confín de Israel los juzgaré; y tendrán que saber que yo soy Jehová.

    11. Ella misma no resultará ser para ustedes una olla de boca ancha, y ustedes mismos no resultarán ser carne en medio de ella. En el confín de Israel los juzgaré,

    12. y tendrán que saber que yo soy Jehová, porque en mis disposiciones reglamentarias no anduvieron y mis juicios no pusieron por obra, sino que según los juicios de las naciones que están alrededor de ustedes, ustedes han obrado.’”

    13. Y aconteció que, tan pronto como profeticé, Pelatías el hijo de Benaya mismo murió, y procedí a caer sobre mi rostro y a gritar con voz fuerte y a decir: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! ¿Es un exterminio lo que vas a ejecutar con los restantes de Israel?”.

    Promesa de restauración y renovación

    14. Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome, y dijo:

    15. “Hijo del hombre, respecto a tus hermanos, tus hermanos, los hombres que tienen que ver con tu derecho de recompra, y toda la casa de Israel, toda ella, son aquellos a quienes los habitantes de Jerusalén han dicho: ‘Aléjense de Jehová. A nosotros nos pertenece; la tierra [nos] ha sido dada como cosa de posesión’;

    16. por lo tanto di: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aunque los he alejado entre las naciones, y aunque los he esparcido entre las tierras, sin embargo llegaré a ser para ellos un santuario por un poco de tiempo entre las tierras a las cuales han ido”’.

    17. ”Por lo tanto di: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “También ciertamente los juntaré a ustedes de los pueblos y los reuniré de las tierras entre las cuales han sido esparcidos, y ciertamente les daré el suelo de Israel.

    18. Y ellos ciertamente irán allí y removerán todas sus cosas repugnantes y todas sus cosas detestables de allí.

    19. Y ciertamente les daré un solo corazón, y un nuevo espíritu pondré dentro de ellos; y ciertamente removeré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,

    20. para que anden en mis propios estatutos y guarden mis propias decisiones judiciales y realmente las ejecuten; y realmente lleguen a ser mi pueblo y yo mismo llegue a ser su Dios”’.

    21. ”‘“Pero en cuanto a aquellos cuyo corazón va andando en sus cosas repugnantes y en sus cosas detestables, sobre su cabeza ciertamente traeré su propio camino”, es la expresión del Señor Soberano Jehová’”.

    22. Y los querubines ahora alzaron las alas, y las ruedas estaban cerca de ellos, y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, desde arriba.

    23. Y la gloria de Jehová fue subiendo de sobre en medio de la ciudad y empezó a posarse sobre la montaña que está al este de la ciudad.

    24. Y un espíritu mismo me alzó y finalmente me llevó a Caldea al pueblo desterrado, en la visión por el espíritu de Dios; y la visión que yo había visto fue ascendiendo de sobre mí.

    25. Y empecé a hablar al pueblo desterrado todas las cosas de Jehová que él me había hecho ver.