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sábado, julio 20, 2024
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    Génesis 27 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Jacob obtiene la bendición de Isaac

    1. Ahora bien, aconteció que cuando Isaac era viejo y se le habían oscurecido tanto los ojos que no veía, entonces llamó a Esaú su hijo mayor y le dijo: “¡Hijo mío!”, por lo cual él le dijo: “¡Aquí estoy!”.

    2. Y él pasó a decir: “Pues mira, yo he envejecido. No sé el día de mi muerte.

    3. Así que toma, ahora mismo, por favor, tus útiles, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y cázame una pieza.

    4. Entonces hazme un plato sabroso de los que me gustan y tráemelo y, ah, déjame comer, a fin de que te bendiga mi alma antes que yo muera”.

    5. Sin embargo, Rebeca estaba escuchando mientras Isaac hablaba a Esaú su hijo. Y Esaú procedió a ir al campo para cazar algo de caza y para traerlo.

    6. Y Rebeca dijo a Jacob su hijo: “Mira, acabo de oír a tu padre hablar a Esaú tu hermano, diciendo:

    7. ‘Tráeme algo de caza y hazme un plato sabroso y, ah, déjame comer, para que te bendiga delante de Jehová antes de mi muerte’.

    8. Y, ahora, hijo mío, escucha mi voz en lo que te estoy mandando.

    9. Ve, por favor, a la manada y consígueme de allí dos cabritos de las cabras, buenos, para que haga de ellos para tu padre un plato sabroso de los que le gustan.

    10. Entonces tú tienes que llevarlo a tu padre y él tiene que comerlo, a fin de que te bendiga antes de su muerte”.

    11. Y Jacob procedió a decir a Rebeca su madre: “Pero Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy hombre lampiño.

    12. ¿Y si me palpa mi padre? Entonces ciertamente llegaré a ser a sus ojos como quien está mofándose, y ciertamente traeré sobre mí una invocación de mal y no una bendición”.

    13. Ante aquello, su madre le dijo: “Sobre mí venga la invocación de mal propuesta para ti, hijo mío. Solo escucha mi voz y ve, consígueme[los]”.

    14. Por lo tanto él se fue y [los] consiguió y [los] trajo a su madre, y su madre hizo un plato sabroso de los que le gustaban a su padre.

    15. Después de eso Rebeca tomó prendas de vestir de Esaú su hijo mayor, las más deseables que estaban en casa con ella, y se las puso a Jacob su hijo menor.

    16. Y las pieles de los cabritos de las cabras se las puso a él sobre las manos y sobre la parte lampiña del cuello.

    17. Entonces puso en la mano de Jacob su hijo el plato sabroso y el pan que había hecho.

    18. De modo que él entró a donde estaba su padre y dijo: “¡Padre mío!”, a lo cual dijo él: “¡Aquí estoy! ¿Quién eres, hijo mío?”.

    19. Y Jacob pasó a decir a su padre: “Soy Esaú tu primogénito. He hecho tal como me hablaste. Levántate, por favor. Siéntate y come de mi caza, para que me bendiga tu alma”.

    20. Ante esto, Isaac dijo a su hijo: “¿Cómo pudiste hallarla tan rápidamente, hijo mío?”. A su vez él dijo: “Porque Jehová tu Dios hizo que se encontrara conmigo”.

    21. Entonces Isaac dijo a Jacob: “Acércate, por favor, para que te palpe, hijo mío, para saber si verdaderamente eres mi hijo Esaú o no”.

    22. De modo que se acercó Jacob a Isaac su padre, y él se puso a palparlo, después de lo cual dijo: “La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú”.

    23. Y no lo reconoció, porque sus manos resultaban velludas como las manos de Esaú su hermano. Por lo tanto lo bendijo.

    24. Después dijo: “¿Tú realmente eres mi hijo Esaú?”, a lo cual dijo: “Yo soy”.

    25. Entonces dijo: “Acércamela para que coma de la caza de mi hijo, a fin de que te bendiga mi alma”. Con eso se la acercó y él empezó a comer, y le trajo vino, y él empezó a beber.

    26. Entonces le dijo Isaac su padre: “Acércate, por favor, y bésame, hijo mío”.

    27. De modo que se acercó y lo besó, y él pudo percibir el olor de sus prendas de vestir. Y procedió a bendecirlo y decir: “Mira, el olor de mi hijo es como el olor del campo que Jehová ha bendecido.

    28. Y déte el Dios [verdadero] los rocíos de los cielos y los terrenos fértiles de la tierra y una abundancia de grano y vino nuevo.

    29. Sírvante pueblos e inclínense ante ti grupos nacionales. Llega a ser amo sobre tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea cada uno de los que te maldigan, y bendito cada uno de los que te bendigan”.

    30. Ahora bien, aconteció tan pronto como Isaac hubo acabado de bendecir a Jacob, sí, en efecto aconteció cuando apenas hubo salido Jacob de delante del rostro de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de su caza.

    31. Y él también se puso a hacer un plato sabroso. Entonces lo llevó a su padre y dijo a su padre: “Levántese mi padre y coma de la caza de su hijo, a fin de que me bendiga tu alma”.

    32. Ante esto, le dijo Isaac su padre: “¿Quién eres?”, a lo cual él dijo: “Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú”.

    33. E Isaac empezó a estremecerse con gran temblor en sumo grado, y así que dijo: “¿Quién, pues, fue en busca de caza y vino a traérmela, de modo que comí de todo antes que pudieras entrar tú, y lo bendije? ¡Bendito también llegará a ser!”.

    34. Al oír las palabras de su padre, Esaú empezó a clamar de una manera extremadamente fuerte y amarga, y a decir a su padre: “¡Bendíceme a mí, sí, a mí también, padre mío!”.

    35. Pero él pasó a decir: “Vino tu hermano con engaño para conseguir la bendición propuesta para ti”.

    36. Ante aquello, él dijo: “¿No es por eso por lo que se le llama por nombre Jacob, puesto que me suplantaría estas dos veces? ¡Mi primogenitura ya la ha tomado, y, mira, en esta ocasión ha tomado mi bendición!”. Entonces añadió: “¿No has reservado una bendición para mí?”.

    37. Pero en respuesta a Esaú, Isaac continuó: “Mira que lo he nombrado amo sobre ti, y todos sus hermanos se los he dado por siervos, y grano y vino nuevo he otorgado para su sostén, y ¿dónde hay algo que pueda hacer por ti, hijo mío?”.

    38. Entonces Esaú dijo a su padre: “¿Es solamente una la bendición que tienes, padre mío? ¡Bendíceme a mí, sí, a mí también, padre mío!”. Con eso Esaú alzó la voz y prorrumpió en lágrimas.

    39. De modo que en respuesta Isaac su padre le dijo: “Mira, lejos de los terrenos fértiles de la tierra se hallará tu morada, y lejos del rocío de los cielos arriba.

    40. Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás. Pero ciertamente ocurrirá que, cuando te inquietes, verdaderamente romperás su yugo de sobre tu cuello”.

    Jacob huye de Esaú

    41. Sin embargo, Esaú le abrigó animosidad a Jacob por causa de la bendición con que lo había bendecido su padre, y Esaú siguió diciendo en su corazón: “Van acercándose los días del período de duelo por mi padre. Después de eso voy a matar a Jacob mi hermano”.

    42. Cuando le fueron referidas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor, en seguida ella envió y llamó a Jacob su hijo menor y le dijo: “¡Mira! Esaú tu hermano está consolándose respecto de ti... para matarte.

    43. Ahora, pues, hijo mío, escucha mi voz y levántate, huye a donde Labán mi hermano, en Harán.

    44. Y tendrás que morar con él algunos días, hasta que se calme la furia de tu hermano,

    45. hasta que la cólera de tu hermano se aparte de ti y haya olvidado lo que le has hecho. Y yo ciertamente enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué debo quedar privada también de ustedes dos en un solo día?”.

    46. Después Rebeca siguió diciendo a Isaac: “He llegado a aborrecer esta vida mía a causa de las hijas de Het. Si alguna vez Jacob toma esposa de las hijas de Het como estas de las hijas del país, ¿de qué me sirve la vida?”.