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sábado, julio 20, 2024
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    Génesis 35 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Dios bendice a Jacob en Bet-el

    1. Después de eso Dios dijo a Jacob: “Levántate, sube a Betel y mora allí, y haz allí un altar al Dios [verdadero] que se te apareció cuando estabas huyendo de Esaú tu hermano”.

    2. Entonces Jacob dijo a su casa y a todos los que con él estaban: “Aparten los dioses extranjeros que hay en medio de ustedes y límpiense y muden sus mantos,

    3. y levantémonos y subamos a Betel. Y allí haré un altar al Dios [verdadero] que me contestó en el día de mi angustia, puesto que resultó estar conmigo en el camino por el cual he ido”.

    4. Así que ellos dieron a Jacob todos los dioses extranjeros que había en sus manos y los aretes que traían en las orejas, y Jacob los escondió debajo del árbol grande que estaba cerca de Siquem.

    5. Después de eso partieron, y el terror de Dios vino a estar sobre las ciudades que estaban en derredor de ellos, de modo que no corrieron tras los hijos de Jacob.

    6. Con el tiempo Jacob llegó a Luz, que está en la tierra de Canaán, es decir, a Betel, él y toda la gente que estaba con él.

    7. Entonces edificó allí un altar y empezó a llamar al lugar El-betel, porque allí se le había revelado el Dios [verdadero] cuando él huía de su hermano.

    8. Más tarde murió Débora, la nodriza de Rebeca, y fue enterrada al pie de Betel, debajo de un árbol macizo. Por eso él lo llamó por nombre Alón-bacut.

    9. Ahora Dios apareció otra vez a Jacob mientras venía este de Padán-aram, y lo bendijo.

    10. Y Dios pasó a decirle: “Tu nombre es Jacob. Ya no has de ser llamado por nombre Jacob, sino que Israel llegará a ser tu nombre”. Y empezó a llamarlo por nombre Israel.

    11. Y Dios dijo además: “Yo soy Dios Todopoderoso. Sé fructífero y hazte muchos. Naciones y una congregación de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.

    12. En cuanto a la tierra que he dado a Abrahán y a Isaac, a ti te la daré, y a tu descendencia después de ti daré la tierra”.

    13. Después de eso Dios subió de sobre él en el lugar donde había hablado con él.

    14. Por consiguiente, Jacob estacionó una columna en el lugar donde había hablado con él, una columna de piedra, y derramó sobre ella una libación y derramó sobre ella aceite.

    15. Y Jacob continuó llamando por nombre Betel al lugar donde Dios había hablado con él.

    Muerte de Raquel

    16. Entonces partieron de Betel. Y mientras todavía quedaba un buen trecho de tierra antes de llegar a Efrat, Raquel procedió a dar a luz, y le estaba siendo trabajoso el parto.

    17. Pero sucedió que, mientras experimentaba dificultad en el parto, la partera le dijo: “No tengas miedo, porque tendrás este hijo también”.

    18. Y el resultado fue que, al ir saliendo el alma de ella (porque murió), lo llamó por nombre Ben-oní; pero su padre lo llamó Benjamín.

    19. Así murió Raquel, y fue enterrada en el camino a Efrat, es decir, Belén.

    20. Por lo tanto Jacob estacionó una columna sobre el sepulcro de ella. Esta es la columna del sepulcro de Raquel hasta el día de hoy.

    21. Después Israel partió y asentó su tienda a alguna distancia más allá de la torre de Éder.

    Los hijos de Jacob

    22. Y mientras Israel residía en aquella tierra, aconteció que una vez Rubén fue y se acostó con Bilhá la concubina de su padre, e Israel llegó a oír de ello. De modo que llegó a haber doce hijos de Jacob.

    23. Los hijos de Lea: el primogénito de Jacob, Rubén, y Simeón y Leví y Judá e Isacar y Zabulón.

    24. Los hijos de Raquel: José y Benjamín.

    25. Y los hijos de Bilhá, la sierva de Raquel: Dan y Neftalí.

    26. Y los hijos de Zilpá, la sierva de Lea: Gad y Aser. Estos son los hijos de Jacob que le nacieron en Padán-aram.

    Muerte de Isaac

    27. Por fin llegó Jacob a donde Isaac su padre, a Mamré, a Quiryat-arbá, es decir, Hebrón, donde Abrahán y también Isaac habían residido como forasteros.

    28. Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años.

    29. Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días, y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.