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miércoles, julio 17, 2024
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    Hebreos 12 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Puestos los ojos en Jesús

    1. Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros,

    2. mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.

    3. Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas.

    4. Al ocuparse en su contienda contra ese pecado, ustedes todavía no han resistido hasta la sangre,

    5. pero se han olvidado por completo de la exhortación que se dirige a ustedes como a hijos: “Hijo mío, no tengas en poco [la] disciplina de Jehová, ni desfallezcas cuando seas corregido por él;

    6. porque Jehová disciplina a quien ama; de hecho, azota a todo aquel a quien recibe como hijo”.

    7. Para disciplina ustedes están aguantando. Dios está tratando con ustedes como con hijos. Pues, ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

    8. Pero si ustedes están sin la disciplina de la cual todos han llegado a ser participantes, son verdaderamente hijos ilegítimos, y no hijos.

    9. Además, solíamos tener padres que eran de nuestra carne para disciplinarnos, y les mostrábamos respeto. ¿No hemos de sujetarnos mucho más al Padre de nuestra vida espiritual, y vivir?

    10. Pues ellos por unos cuantos días nos disciplinaban según lo que les parecía bien, pero él lo hace para provecho nuestro de modo que participemos de su santidad.

    11. Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.

    Los que rechazan la gracia de Dios

    12. Por lo tanto, enderecen las manos que cuelgan y las rodillas debilitadas,

    13. y sigan haciendo sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no se descoyunte, sino que, más bien, sea sanado.

    14. Sigan tras la paz con todos, y la santificación sin la cual nadie verá al Señor,

    15. vigilando cuidadosamente que nadie quede privado de la bondad inmerecida de Dios; que no brote ninguna raíz venenosa y cause perturbación, y que muchos no sean contaminados por ella;

    16. que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito.

    17. Porque ustedes saben que después, también, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues aunque con lágrimas procuró solícitamente un cambio de parecer, no halló lugar para ello.

    18. Porque ustedes no se han acercado a lo que se puede palpar y que ha sido encendido con fuego, ni a una nube oscura y a densa oscuridad y a una borrasca,

    19. ni al fuerte sonido de trompeta y a la voz de palabras; respecto de la cual [voz] el pueblo al oírla imploró que no se le añadiera palabra alguna.

    20. Porque no les era soportable el mandato: “Y si una bestia toca la montaña, tiene que ser apedreada”.

    21. También, tan horrenda era la exhibición que Moisés dijo: “Estoy aterrado y temblando”.

    22. Mas ustedes se han acercado a un monte Sión y a una ciudad de[l] Dios vivo, a Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles,

    23. en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados,

    24. y a Jesús el mediador de un nuevo pacto, y a la sangre de la rociadura, que habla de mejor manera que la [sangre] de Abel.

    25. Vean que no se excusen [de oír] al que está hablando. Porque si no escaparon los que se excusaron [de oír] al que estuvo dando advertencia divina sobre la tierra, con mucha más razón no escaparemos nosotros si nos apartamos del que habla desde los cielos.

    26. En aquel tiempo su voz sacudió la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: “Todavía una vez más pondré en conmoción no solo la tierra, sino también el cielo”.

    27. Ahora bien, la expresión “Todavía una vez más” significa la remoción de las cosas que son sacudidas como cosas que han sido hechas, a fin de que permanezcan las cosas que no son sacudidas.

    28. Por eso, puesto que hemos de recibir un reino que no puede ser sacudido, continuemos teniendo bondad inmerecida, por la cual podamos rendir a Dios servicio sagrado de manera acepta, con temor piadoso y reverencia.

    29. Porque nuestro Dios es también un fuego consumidor.