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jueves, julio 18, 2024
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    Hechos 20 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Viaje de Pablo a Macedonia y Grecia

    1. Ahora bien, después que se hubo apaciguado el alboroto, Pablo envió a llamar a los discípulos, y cuando los hubo animado y se hubo despedido de ellos, salió en viaje a Macedonia.

    2. Después de pasar por aquellas partes, y de animar con muchas palabras a los de allí, entró en Grecia.

    3. Y cuando hubo pasado tres meses allí, puesto que los judíos fraguaron un complot contra él cuando estaba a punto de embarcarse para Siria, se resolvió a volverse por Macedonia.

    4. Le acompañaban Sópater hijo de Pirro, de Berea, Aristarco y Segundo, de los tesalonicenses, y Gayo de Derbe, y Timoteo, y, del [distrito de] Asia, Tíquico y Trófimo.

    5. Estos fueron adelante y se quedaron esperándonos en Troas;

    6. pero nosotros nos hicimos a la mar desde Filipos, después de los días de las tortas no fermentadas, y dentro de cinco días llegamos a ellos en Troas; y allí pasamos siete días.

    Visita de despedida de Pablo en Troas

    7. El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para tomar una comida, Pablo se puso a disertar con ellos, puesto que iba a partir al día siguiente; y prolongó su discurso hasta la medianoche.

    8. De modo que había muchas lámparas en el aposento de arriba donde estábamos reunidos.

    9. Sentado a la ventana, cierto joven de nombre Eutico se abismó en profundo sueño mientras Pablo seguía hablando, y, desplomándose en el sueño, cayó desde el tercer piso abajo, y lo alzaron muerto.

    10. Pero Pablo bajó, se echó sobre él y lo abrazó, y dijo: “Dejen de hacer estruendo, porque su alma está en él”.

    11. Entonces subió y empezó la comida y tomó alimento, y después de conversar por largo tiempo, hasta el amanecer, por fin partió.

    12. De modo que se llevaron al muchacho vivo y quedaron inconmensurablemente consolados.

    Viaje de Troas a Mileto

    13. Nosotros entonces seguimos adelante al barco y nos hicimos a la vela para Asón, donde nos proponíamos tomar a bordo a Pablo, pues, después de dar instrucciones de que así se hiciera, él mismo se proponía ir a pie.

    14. Por lo tanto, cuando nos alcanzó en Asón, lo tomamos a bordo y fuimos a Mitilene;

    15. y, haciéndonos a la vela desde allí al día siguiente, llegamos hasta el lugar opuesto a Quíos, pero al otro día tocamos en Samos, y al día siguiente arribamos a Mileto.

    16. Porque Pablo había decidido pasar de largo a Éfeso, para no pasar tiempo en el [distrito de] Asia; porque se apresuraba para llegar a Jerusalén el día de la [fiesta del] Pentecostés por si de algún modo le era posible.

    Discurso de despedida de Pablo en Mileto

    17. Sin embargo, desde Mileto envió a Éfeso y mandó llamar a los ancianos de la congregación.

    18. Cuando llegaron a él, les dijo: “Bien saben ustedes cómo desde el primer día que puse pie en el [distrito de] Asia estuve con ustedes todo el tiempo,

    19. sirviendo como esclavo al Señor con la mayor humildad mental y con lágrimas y con las pruebas que me sobrevinieron por los complots de los judíos;

    20. mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.

    21. Antes bien, di testimonio cabalmente, tanto a judíos como a griegos, acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús.

    22. Y ahora, ¡miren!, atado en el espíritu, estoy de viaje a Jerusalén, aunque no sé las cosas que me acontecerán en ella,

    23. salvo que de ciudad en ciudad el espíritu santo me da testimonio repetidamente, diciendo que me esperan cadenas y tribulaciones.

    24. Sin embargo, no hago mi alma de valor alguno como preciada para mí, con tal que termine mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios.

    25. ”Y ahora, ¡miren!, sé que todos ustedes entre quienes anduve predicando el reino no verán más mi rostro.

    26. Por eso los llamo para que este mismo día sean testigos de que estoy limpio de la sangre de todo hombre,

    27. porque no me he retraído de decirles todo el consejo de Dios.

    28. Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo] suyo.

    29. Yo sé que después de mi partida entrarán entre ustedes lobos opresivos y no tratarán al rebaño con ternura,

    30. y de entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas aviesas para arrastrar a los discípulos tras de sí.

    31. ”Por lo tanto, manténganse despiertos, y recuerden que por tres años, noche y día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.

    32. Y ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de su bondad inmerecida, la cual [palabra] puede edificarlos y darles la herencia entre todos los santificados.

    33. No he codiciado la plata, ni el oro, ni la vestidura de nadie.

    34. Ustedes mismos saben que estas manos han atendido a las necesidades mías y a las de los que andan conmigo.

    35. En todas las cosas les he exhibido que por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’”.

    36. Y cuando hubo dicho estas cosas, se arrodilló con todos ellos y oró.

    37. En realidad, prorrumpió gran llanto entre todos ellos, y se echaron sobre el cuello de Pablo y lo besaron tiernamente,

    38. porque especialmente les causaba dolor la palabra que había hablado en el sentido de que no iban a contemplar más su rostro. Así que procedieron a acompañarlo hasta el barco.