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jueves, julio 18, 2024
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    Isaías 64 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    1. ¡Oh, que hubieras rasgado los cielos, que hubieras bajado, que a causa de ti las montañas mismas se hubieran estremecido,

    2. como cuando un fuego enciende la maleza, [y] el fuego hace hervir el agua misma, a fin de dar a conocer tu nombre a tus adversarios, para que a causa de ti se agitaran las naciones!

    3. Cuando hiciste cosas inspiradoras de temor que no podíamos esperar, descendiste. A causa de ti las montañas mismas se estremecieron.

    4. Y desde tiempo muy remoto ninguno ha oído, ni nadie ha prestado oído, ni ningún ojo mismo ha visto a un Dios, fuera de ti, que obre a favor del que se mantiene en expectación de él.

    5. Has salido al encuentro del que se alboroza y hace justicia, los que siguen acordándose de ti en tus propios caminos. ¡Mira! Tú mismo te indignaste, mientras nosotros seguimos pecando... en ellos mucho tiempo, y ¿se nos debería salvar?

    6. Y llegamos a ser como alguien inmundo, todos nosotros, y todos nuestros actos de justicia son como una prenda de vestir para períodos de menstruación; y nos marchitaremos como follaje, todos nosotros, y nuestros errores mismos nos llevarán justamente como un viento.

    7. Y no hay nadie que invoque tu nombre, nadie que se despierte para asirse de ti; pues has ocultado tu rostro de nosotros, y haces que nos derritamos por el poder de nuestro error.

    8. Y ahora, oh Jehová, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, y tú eres nuestro Alfarero; y todos somos la obra de tu mano.

    9. No estés indignado, oh Jehová, hasta el extremo, y no te acuerdes para siempre de [nuestro] error. Mira, ahora, por favor: todos somos pueblo tuyo.

    10. Tus propias ciudades santas han llegado a ser un desierto. Sión misma ha llegado a ser un verdadero desierto; Jerusalén, un yermo desolado.

    11. Nuestra casa de santidad y hermosura, en la cual nuestros antepasados te alabaron, ha llegado a ser ella misma algo para ser quemado en el fuego; y cada una de nuestras cosas deseables ha llegado a ser una devastación.

    12. Ante estas cosas, ¿continuarás conteniéndote, oh Jehová? ¿Te quedarás callado y dejarás que se nos aflija hasta el extremo?