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domingo, agosto 18, 2024
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    Jeremías 36 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    El rey quema el rollo

    1. Ahora bien, en el año cuarto de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá, aconteció que a Jeremías le ocurrió esta palabra de parte de Jehová, que dijo:

    2. “Toma para ti un rollo de un libro, y tienes que escribir en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá y contra todas las naciones, desde el día en que te hablé, desde los días de Josías, hasta el mismo día de hoy.

    3. Quizás los de la casa de Judá escuchen toda la calamidad que estoy pensando hacerles, a fin de que se vuelvan, cada uno de su camino malo, y de que yo realmente les perdone su error y su pecado”.

    4. Y Jeremías procedió a llamar a Baruc hijo de Nerías para que Baruc escribiera de boca de Jeremías todas las palabras de Jehová que Él le había hablado, en el rollo del libro.

    5. Entonces Jeremías dio orden a Baruc, y dijo: “Estoy encerrado. No puedo entrar en la casa de Jehová.

    6. Y tú mismo tienes que entrar y leer en voz alta, del rollo que has escrito de mi boca, las palabras de Jehová a oídos del pueblo, en la casa de Jehová, en el día de ayuno; y también a oídos de [los de] todo Judá que estén viniendo de sus ciudades debes leerlas en voz alta.

    7. Quizás su petición de favor caiga delante de Jehová y se vuelvan ellos, cada uno, de su camino malo, porque grande es la cólera y la furia que Jehová ha hablado contra este pueblo”.

    8. Y Baruc hijo de Nerías procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Jeremías el profeta, leer en voz alta del libro las palabras de Jehová en la casa de Jehová.

    9. Ahora bien, en el año quinto de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá, en el mes noveno, aconteció que toda la gente de Jerusalén y toda la gente que estaba entrando en Jerusalén de las ciudades de Judá proclamaron un ayuno delante de Jehová.

    10. Y Baruc empezó a leer del libro en voz alta las palabras de Jeremías, en la casa de Jehová, en el comedor de Guemarías hijo de Safán el copista, en el patio superior, a la entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová, a oídos de todo el pueblo.

    11. Y Micaya hijo de Guemarías hijo de Safán llegó a oír todas las palabras de Jehová, del libro.

    12. Por lo cual bajó a la casa del rey, al comedor del secretario, y, ¡mire!, allí estaban sentados todos los príncipes: Elisamá el secretario, y Delayá hijo de Semaya, y Elnatán hijo de Acbor, y Guemarías hijo de Safán, y Sedequías hijo de Hananías, y todos los demás príncipes.

    13. Y Micaya procedió a informarles todas las palabras que había oído cuando Baruc leyó en voz alta del libro a oídos del pueblo.

    14. Entonces todos los príncipes enviaron a Jehudí hijo de Netanías hijo de Selemías hijo de Cusí a Baruc, para decir: “El rollo del cual leíste en voz alta a oídos del pueblo... tómalo en tu mano y ven”. Por consiguiente, Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y entró a donde ellos.

    15. Entonces le dijeron: “Siéntate, por favor, y léelo en voz alta a oídos de nosotros”. De manera que Baruc leyó en voz alta a oídos de ellos.

    16. Ahora bien, aconteció que, tan pronto como oyeron todas las palabras, se miraron unos a otros con pavor; y procedieron a decir a Baruc: “Nosotros sin falta informaremos todas estas palabras al rey”.

    17. Y a Baruc le preguntaron, diciendo: “Infórmanos, por favor: ¿Cómo escribiste todas estas palabras de su boca?”.

    18. Entonces Baruc les dijo: “De su boca él siguió declarándome todas estas palabras, y yo estuve escribiendo en el libro con tinta”.

    19. Por fin los príncipes dijeron a Baruc: “Ve, ocúltate —tú y Jeremías—, de modo que nadie en absoluto sepa dónde están”.

    20. Entonces fueron al rey, al patio, y encargaron el rollo al comedor de Elisamá el secretario; y empezaron a anunciar todas las palabras a oídos del rey.

    21. De manera que el rey envió a Jehudí a conseguir el rollo. En conformidad, él lo sacó del comedor de Elisamá el secretario. Y Jehudí empezó a leerlo en voz alta a oídos del rey y a oídos de todos los príncipes que estaban de pie junto al rey.

    22. Y el rey estaba sentado en la casa de invierno, en el mes noveno, con un brasero ardiendo delante de él.

    23. Entonces aconteció que tan pronto como Jehudí hubo leído tres o cuatro columnas-páginas, él procedió a rasgarlo con el cuchillo de secretario, y [lo] fue arrojando también en el fuego que estaba en el brasero, hasta que todo el rollo vino a parar al fuego que estaba en el brasero.

    24. Y no sintieron pavor; tampoco rasgaron sus prendas de vestir el rey ni ninguno de sus siervos, que estuvieron escuchando todas estas palabras.

    25. Y hasta Elnatán y Delayá y Guemarías mismos rogaron al rey que no quemara el rollo, pero él no les escuchó.

    26. Además, el rey dio órdenes a Jerahmeel el hijo del rey y a Seraya hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel para que estos consiguieran a Baruc el secretario y a Jeremías el profeta. Pero Jehová los mantuvo ocultos.

    27. Y nuevamente le ocurrió la palabra de Jehová a Jeremías después que el rey hubo quemado el rollo con las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo:

    28. “Vuelve a tomar para ti un rollo, otro, y escribe en él todas las primeras palabras que resultaron estar en el primer rollo, que Jehoiaquim el rey de Judá quemó.

    29. Y contra Jehoiaquim el rey de Judá debes decir: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Tú mismo has quemado este rollo, diciendo: ‘¿Por qué has escrito en él, y dicho: “Sin falta vendrá el rey de Babilonia y ciertamente arruinará este país y hará cesar de él hombre y bestia”?’.

    30. Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová contra Jehoiaquim el rey de Judá: ‘No llegará a tener a nadie que se siente sobre el trono de David, y su propio cuerpo muerto llegará a ser algo arrojado de día al calor y de noche a la escarcha.

    31. Y ciertamente les pediré cuentas de su error a él y a su prole y a sus siervos, y ciertamente traeré sobre ellos y sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá toda la calamidad que he hablado contra ellos, y ellos no escucharon’”’”.

    32. Y Jeremías mismo tomó otro rollo y entonces lo dio a Baruc hijo de Nerías, el secretario, quien procedió a escribir en él, de boca de Jeremías, todas las palabras del libro que Jehoiaquim el rey de Judá había quemado en el fuego; y se añadieron a ellas muchas otras palabras como aquellas.