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sábado, agosto 17, 2024
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    Jeremías 7 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Mejorad vuestros caminos y vuestras obras

    1. La palabra que le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová, diciendo:

    2. “Ponte de pie en la puerta de la casa de Jehová, y tienes que proclamar allí esta palabra, y tienes que decir: ‘Oigan la palabra de Jehová, todos ustedes los de Judá, que están entrando en estas puertas para inclinarse ante Jehová.

    3. Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: “Hagan buenos sus caminos y sus tratos, y ciertamente haré que sigan residiendo en este lugar.

    4. No cifren su confianza en palabras falaces, diciendo: ‘¡El templo de Jehová, el templo de Jehová, el templo de Jehová son ellos!’.

    5. Porque si positivamente hacen buenos sus caminos y sus tratos, si positivamente llevan a cabo la justicia entre un hombre y su compañero,

    6. si a ningún residente forastero, a ningún huérfano de padre y a ninguna viuda oprimen, y sangre inocente no derraman en este lugar, y tras otros dioses no andan para su propia calamidad,

    7. yo, en cambio, ciertamente haré que sigan residiendo en este lugar, en la tierra que di a sus antepasados, desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido”’”.

    8. “Miren, ustedes están cifrando su confianza en palabras falaces... ciertamente no será de ningún provecho en absoluto.

    9. ¿Acaso se puede hurtar, asesinar y cometer adulterio y jurar en falso y hacer humo de sacrificio a Baal y andar tras otros dioses que ustedes no habían conocido,

    10. y acaso tienen que venir ustedes y estar de pie delante de mí en esta casa sobre la cual se ha llamado mi nombre, y tienen que decir: ‘Ciertamente seremos librados’, a pesar de hacer todas estas cosas detestables?

    11. ¿Acaso esta casa sobre la cual se ha llamado mi nombre ha llegado a ser sencillamente una cueva de salteadores a los ojos de ustedes? Miren, yo mismo también [lo] he visto”, es la expresión de Jehová.

    12. “‘Sin embargo, vayan, sí, a mi lugar que estaba en Siló, donde al principio hice residir mi nombre, y vean lo que le hice a causa de la maldad de mi pueblo Israel.

    13. Y ahora, por la razón de que ustedes siguieron haciendo todas estas obras —es la expresión de Jehová—, y yo seguí hablándoles, madrugando y hablando, pero no escucharon, y seguí llamándolos, pero no respondieron,

    14. yo ciertamente haré también a la casa sobre la cual se ha llamado mi nombre, en la que ustedes confían, y al lugar que di a ustedes y a sus antepasados, tal como hice a Siló.

    15. Y ciertamente los arrojaré de delante de mi rostro, tal como arrojé a todos sus hermanos, a toda la prole de Efraín.’

    16. ”Y en cuanto a ti, no ores a favor de este pueblo, ni levantes a favor de ellos un clamor rogativo ni una oración, ni me implores, porque no te estaré escuchando.

    17. ¿No ves lo que andan haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

    18. Los hijos están recogiendo trozos de leña, y los padres están prendiendo el fuego, y las esposas están amasando pasta de harina a fin de hacer tortas de sacrificio a la ‘reina de los cielos’; y hay un derramar de libaciones a otros dioses con el propósito de ofenderme.

    19. ‘¿Es a mí a quien están ofendiendo? —es la expresión de Jehová—. ¿No es a sí mismos, con el propósito de [acarrear] vergüenza a sus rostros?’

    20. Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘¡Mira! Mi cólera y mi furia se derraman sobre este lugar, sobre humanidad y sobre animal doméstico, y sobre el árbol del campo y sobre el fruto del suelo; y tiene que arder, y no se extinguirá’.

    Castigo de la rebelión de Judá

    21. ”Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Añadan aquellos holocaustos de ustedes a sus sacrificios, y coman carne.

    22. Porque no hablé con sus antepasados, ni les mandé en el día que los saqué de la tierra de Egipto respecto a los asuntos de holocausto y sacrificio.

    23. Pero esta palabra sí la expresé en mandato a ellos, y dije: “Obedezcan mi voz, y ciertamente llegaré a ser su Dios, y ustedes mismos llegarán a ser mi pueblo; y tienen que andar en todo el camino que yo les mande, a fin de que les vaya bien”’.

    24. Pero ellos no escucharon, ni inclinaron su oído, sino que se pusieron a andar en los consejos en la terquedad de su corazón malo, de modo que se hicieron retrógrados en dirección, y no adelantadores,

    25. desde el día en que los antepasados de ustedes salieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy; y yo seguí enviando a ustedes todos mis siervos los profetas, madrugando diariamente y enviándo[los].

    26. Pero ellos no me escucharon, y no inclinaron su oído, sino que siguieron endureciendo su cerviz. ¡Obraron peor que sus antepasados!

    27. ”Y tienes que hablarles todas estas palabras, pero no te escucharán; y tienes que llamarlos, pero no te responderán.

    28. Y tienes que decirles: ‘Esta es la nación cuyo pueblo no ha obedecido la voz de Jehová su Dios, y no ha aceptado disciplina. La fidelidad ha perecido, y ha sido cortada de su boca’.

    29. ”Córtate tu cabello no cortado y arrója[lo], y sobre las colinas peladas levanta una endecha, porque Jehová ha rechazado y abandonará a la generación con la cual está furioso.

    30. ‘Porque los hijos de Judá han hecho lo que es malo a mis ojos —es la expresión de Jehová—. Han puesto sus cosas repugnantes en la casa sobre la cual se ha llamado mi nombre, a fin de contaminarla.

    31. Y han edificado los lugares altos de Tófet, que está en el valle del hijo de Hinón, a fin de quemar a sus hijos y sus hijas en el fuego, cosa que yo no había mandado y que no había subido a mi corazón.’

    32. ”‘Por lo tanto, ¡mira!, vienen días —es la expresión de Jehová— cuando ya no se dirá [que es] Tófet y el valle del hijo de Hinón, sino el valle de la matanza; y tendrán que enterrar en Tófet sin que haya suficiente lugar.

    33. Y los cuerpos muertos de este pueblo tendrán que llegar a ser alimento para las criaturas voladoras de los cielos y para las bestias de la tierra, sin que nadie [las] haga temblar.

    34. Y ciertamente haré cesar de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén la voz de alborozo y la voz de regocijo, la voz del novio y la voz de la novia; porque el país llegará a ser solo un lugar devastado.’”