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domingo, agosto 18, 2024
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    Jueces 18 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Micaía y los hombres de Dan

    1. En aquellos días no había rey en Israel. Y en aquellos días la tribu de los danitas andaba buscándose una herencia para morar allí; porque hasta aquel día no les había caído herencia en medio de las tribus de Israel.

    2. Andando el tiempo, los hijos de Dan enviaron cinco hombres de su familia, hombres de entre ellos, hombres que eran individuos valientes, de Zorá y Estaol, para espiar la tierra y para explorarla. De modo que les dijeron: “Vayan, exploren la tierra”. Con el tiempo ellos entraron en la región montañosa de Efraín, hasta la casa de Miqueas, y consiguieron pasar la noche allí.

    3. Mientras estaban cerca de la casa de Miqueas, reconocieron la voz del joven, el levita, de modo que se desviaron hacia allá. Y procedieron a decirle: “¿Quién te trajo acá?, ¿y qué estás haciendo en este lugar?, ¿y qué interés tienes tú aquí?”.

    4. A su vez, él les dijo: “De tal y tal modo hizo Miqueas por mí para alquilarme, y para que yo le sirviera de sacerdote”.

    5. Entonces le dijeron ellos: “Inquiere de Dios, por favor, para que sepamos si tendrá éxito nuestro camino por el cual estamos yendo”.

    6. De modo que el sacerdote les dijo: “Vayan en paz. Delante de Jehová está su camino en que van”.

    7. Por consiguiente, los cinco hombres siguieron adelante y llegaron a Lais y vieron que la gente que estaba en ella moraba confiada en sí misma conforme a la costumbre de los sidonios, tranquila y sin recelo, y no había ningún conquistador opresivo que anduviera molestando cosa alguna en el país, mientras ellos se hallaban muy lejos de los sidonios y no tenían nada que ver con la humanidad.

    8. Por fin llegaron a sus hermanos en Zorá y Estaol, y sus hermanos empezaron a decirles: “¿Cómo les fue?”.

    9. Ante esto, dijeron ellos: “Levántense, sí, y subamos contra ellos; porque hemos visto el país, y, ¡miren!, es muy bueno. Y ustedes titubean. No sean perezosos acerca de andar para entrar y tomar posesión del país.

    10. Cuando entren, llegarán a un pueblo que no tiene recelo, y el país es bastante ancho; pues Dios lo ha dado en mano de ustedes, un lugar donde no falta ninguna clase de cosa que haya en la tierra”.

    11. Entonces seiscientos hombres ceñidos con armas de guerra, de la familia de los danitas, partieron de allí, es decir, de Zorá y Estaol.

    12. Y procedieron a subir y a acampar en Quiryat-jearim, en Judá. Por eso han llamado a aquel lugar Mahané-dan hasta el día de hoy. ¡Mire! Está al oeste de Quiryat-jearim.

    13. Después de eso siguieron pasando de allí a la región montañosa de Efraín y llegaron hasta la casa de Miqueas.

    14. Entonces los cinco hombres que habían ido a espiar la tierra de Lais respondieron y dijeron a sus hermanos: “¿Sabían ustedes que en estas casas hay un efod y terafim y una imagen tallada y una estatua fundida? Y ahora tengan presente lo que deben hacer”.

    15. Así que se desviaron hacia allá y llegaron a la casa del joven, el levita, a la casa de Miqueas, y empezaron a preguntar cómo le iba.

    16. Entretanto, los seiscientos hombres ceñidos con sus armas de guerra, que eran de los hijos de Dan, estaban parados a la entrada de la puerta.

    17. Los cinco hombres que habían ido a espiar el país ahora subieron, para entrar allí a fin de tomar la imagen tallada y el efod y los terafim y la imagen fundida. (Y el sacerdote estaba parado a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres ceñidos con armas de guerra.)

    18. Y estos entraron en la casa de Miqueas y procedieron a tomar la imagen tallada, el efod y los terafim y la imagen fundida. Ante esto, el sacerdote les dijo: “¿Qué están haciendo?”.

    19. Pero ellos le dijeron: “Calla. Ponte la mano sobre la boca, y ven con nosotros y llega a ser padre y sacerdote para nosotros. ¿Qué es mejor, que continúes de sacerdote para la casa de un solo hombre, o que llegues a ser sacerdote para una tribu y familia en Israel?”.

    20. Con esto, el corazón del sacerdote se complació, y ahora tomó el efod y los terafim y la imagen tallada y entró en medio de la gente.

    21. Entonces ellos dieron la vuelta y procedieron a irse y pusieron a los pequeñuelos y el ganado y las cosas de valor delante de sí.

    22. Ellos mismos se habían alejado cierta distancia de la casa de Miqueas cuando los hombres que estaban en las casas cercanas a la casa de Miqueas fueron convocados, y estos trataron de alcanzar a los hijos de Dan.

    23. Cuando siguieron dando voces a los hijos de Dan, entonces ellos volvieron los rostros y dijeron a Miqueas: “¿Qué te pasa que se te ha convocado?”.

    24. De modo que él dijo: “Mis dioses que yo hice, ustedes los han tomado, al sacerdote también, y ustedes se van, ¿y qué me queda ya? ¿Cómo, pues, pueden decirme: ‘¿Qué te pasa?’”?

    25. Ante esto, los hijos de Dan le dijeron: “No dejes que tu voz se oiga cerca de nosotros, por temor de que hombres amargados de alma los acometan a ustedes, y tengas que pagar con la pérdida de tu propia alma y el alma de tu casa”.

    26. Y los hijos de Dan siguieron yendo por su camino; y Miqueas llegó a ver que eran más fuertes que él, así que dio la vuelta y regresó a su casa.

    27. En cuanto a ellos, tomaron lo que Miqueas había hecho, y al sacerdote que había llegado a ser de él, y siguieron marchando hacia Lais, contra un pueblo tranquilo y sin recelo. Y procedieron a herirlos a filo de espada, y quemaron con fuego la ciudad.

    28. Y no hubo libertador, porque estaba lejos de Sidón, y ellos no tenían nada que ver en absoluto con la humanidad; y estaba en la llanura baja que pertenecía a Bet-rehob. Entonces ellos edificaron la ciudad y se pusieron a morar en ella.

    29. Además, llamaron la ciudad por nombre Dan, según el nombre de su padre, Dan, que le había nacido a Israel. No obstante, Lais era el nombre de la ciudad al principio.

    30. Después de aquello los hijos de Dan pusieron de pie para sí la imagen tallada; y Jonatán hijo de Guersom, hijo de Moisés, él y sus hijos llegaron a ser sacerdotes para la tribu de los danitas hasta el día en que el país fue llevado al destierro.

    31. Y ellos mantuvieron erigida para sí la imagen tallada de Miqueas, que él había hecho, todos los días que la casa del Dios [verdadero] continuó en Siló.