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sábado, agosto 17, 2024
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    Jueces 5 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Cántico de Débora y de Barac

    1. Y en aquel día Débora, junto con Barac hijo de Abinoam, prorrumpió en canto, diciendo:

    2. “Por haber dejado el cabello colgar suelto en Israel [para guerra], por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, bendigan a Jehová.

    3. Escuchen, reyes; presten oído, altos funcionarios: Yo a Jehová, sí, yo, ciertamente cantaré. Celebraré con melodía a Jehová, el Dios de Israel.

    4. Jehová, al salir tú de Seír, al marchar tú del campo de Edom, la tierra se meció, los cielos también gotearon, las nubes también gotearon agua.

    5. Las montañas fluyeron de delante del rostro de Jehová, este Sinaí, de delante del rostro de Jehová, el Dios de Israel.

    6. En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, no había tránsito en los senderos, y los viajantes de veredas viajaban por senderos indirectos.

    7. Los moradores de la campiña abierta cesaron, en Israel cesaron, hasta que yo, Débora, me levanté, hasta que me levanté como madre en Israel.

    8. Ellos procedieron a escoger dioses nuevos. Fue entonces cuando hubo guerra en las puertas. No se veía un escudo, ni una lanza, entre cuarenta mil en Israel.

    9. Mi corazón está por los comandantes de Israel, que fueron voluntarios entre el pueblo. Bendigan a Jehová.

    10. Ustedes los que cabalgan en asnas de color rojo amarillento, ustedes los que se sientan sobre alfombras preciosas, y ustedes los que andan por el camino: ¡Consideren!

    11. Algunas de las voces de los distribuidores de agua, entre los lugares donde se saca agua, allí se pusieron a relatar los actos justos de Jehová, los actos justos de sus moradores en campiña abierta de Israel. Fue entonces cuando el pueblo de Jehová vino bajando a las puertas.

    12. ¡Despierta, despierta, oh Débora; despierta, despierta, profiere una canción! ¡Levántate, Barac, y llévate a tus cautivos, oh hijo de Abinoam!

    13. Fue entonces cuando los sobrevivientes descendieron a los majestuosos; el pueblo de Jehová descendió a mí contra los poderosos.

    14. De Efraín fue su origen en la llanura baja, contigo, oh Benjamín, entre tus pueblos. De Makir descendieron los comandantes, y de Zabulón los que manejan el equipo de escribano.

    15. Y los príncipes de Isacar estuvieron con Débora, y como Isacar, así fue Barac. A la llanura baja fue enviado a pie. Entre las divisiones de Rubén fueron grandes los escudriñamientos del corazón.

    16. ¿Por qué te sentaste entre las dos alforjas, para escuchar el son de caramillos para los rebaños? Para las divisiones de Rubén hubo grandes escudriñamientos del corazón.

    17. Galaad se quedó en su residencia al otro lado del Jordán; y Dan, ¿por qué continuó morando durante aquel tiempo en naves? Aser estuvo sentado ocioso a la orilla del mar, y junto a sus desembarcaderos siguió residiendo.

    18. Zabulón fue un pueblo que despreció su alma hasta exponerla a la muerte; Neftalí también, en las alturas del campo.

    19. Reyes vinieron, pelearon; fue entonces cuando los reyes de Canaán pelearon en Taanac junto a las aguas de Meguidó. Ninguna ganancia de plata tomaron.

    20. Desde el cielo pelearon las estrellas, sí, desde sus órbitas pelearon contra Sísara.

    21. El torrente de Cisón los arrolló, el torrente de la antigüedad, el torrente de Cisón. Fuiste hollando fuerza, oh alma mía.

    22. Fue entonces cuando los cascos de los caballos piafaban a causa de arranque tras arranque de sus fuertes corceles.

    23. ‘Maldigan a Meroz —dijo el ángel de Jehová—, maldigan a sus habitantes incesantemente, porque no vinieron en auxilio de Jehová, en auxilio de Jehová con los poderosos.’

    24. Jael la esposa de Héber el quenita será muy bendita entre las mujeres, entre mujeres en la tienda será muy bendita.

    25. Agua pidió él, leche [le] dio ella; en el gran tazón de banquete de los majestuosos ella presentó cuajada.

    26. Su mano a la estaca de tienda ella entonces alargó, y su diestra al mazo de los que trabajan arduamente. Y martilló a Sísara, le traspasó la cabeza, y le partió y cortó las sienes.

    27. Entre los pies de ella se desplomó, cayó, yació; entre los pies de ella se desplomó, cayó; donde se desplomó, allí cayó vencido.

    28. Por la ventana se asomó una mujer y se quedó esperándolo, la madre de Sísara por entre las celosías: ‘¿Por qué ha tardado en venir su carro de guerra? ¿Por qué tiene que demorar tanto el golpeteo de casco y carro?’.

    29. Las sabias de sus damas nobles le contestaban, sí, ella también se respondía con sus propios dichos:

    30. ‘¿No deben hallar, no deben repartir despojo, una matriz... dos matrices a cada hombre físicamente capacitado, despojo de géneros teñidos para Sísara, despojo de géneros teñidos, una prenda de vestir bordada, géneros teñidos, dos prendas de vestir bordadas para los cuellos de [hombres de] despojo?’.

    31. Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová, y sean los que te aman como cuando el sol sale en su poderío”. Y la tierra no tuvo más disturbio por cuarenta años.