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miércoles, julio 17, 2024
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    Marcos 3 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    El hombre de la mano seca

    1. Una vez más entró en una sinagoga, y allí estaba un hombre con una mano seca.

    2. De modo que lo estaban observando detenidamente para ver si curaría al hombre en sábado, para poder acusarlo.

    3. Y él dijo al hombre que tenía la mano seca: “Levántate [y ponte] en medio”.

    4. Entonces les dijo: “¿Es lícito en sábado hacer un hecho bueno, o hacer un hecho malo?, ¿salvar un alma, o matarla?”. Pero ellos se quedaron callados.

    5. Y después de darles una mirada en derredor con indignación, estando él cabalmente contristado por la insensibilidad de sus corazones, dijo al hombre: “Extiende la mano”. Y la extendió, y la mano le fue restaurada.

    6. Visto aquello, los fariseos salieron e inmediatamente se pusieron a celebrar consejo con los partidarios de Herodes contra él, para destruirlo.

    La multitud a la orilla del mar

    7. Pero Jesús, con sus discípulos, se retiró al mar; y una gran multitud de Galilea y de Judea lo siguió.

    8. Hasta de Jerusalén y de Idumea y del otro lado del Jordán y de los alrededores de Tiro y de Sidón, una gran multitud, al oír cuántas cosas hacía, vino a él.

    9. Y él dijo a sus discípulos que le tuvieran dispuesta de continuo una barquilla para que la muchedumbre no lo oprimiera.

    10. Porque curó a muchos, y el resultado fue que todos los que tenían dolencias penosas caían sobre él para tocarlo.

    11. Hasta los espíritus inmundos, siempre que lo contemplaban, se postraban delante de él y clamaban, diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios”.

    12. Pero muchas veces les ordenó rigurosamente que no lo dieran a conocer.

    Elección de los doce apóstoles

    13. Y ascendió a una montaña y mandó llamar a los que quiso, y ellos se fueron a donde él.

    14. Y formó [un grupo de] doce, a quienes también dio el nombre de “apóstoles”, para que continuaran con él y para enviarlos a predicar

    15. y a tener autoridad para expulsar los demonios.

    16. Y el [grupo de] doce que él formó fueron: Simón, a quien también dio el sobrenombre de Pedro,

    17. y Santiago [hijo] de Zebedeo, y Juan el hermano de Santiago (también dio a estos el sobrenombre de Boanerges, que significa Hijos del Trueno),

    18. y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago [hijo] de Alfeo, y Tadeo, y Simón el cananita

    19. y Judas Iscariote, que más tarde lo traicionó. Y entró en una casa.

    La blasfemia contra el Espíritu Santo

    20. Una vez más se juntó la muchedumbre, de modo que ellos no podían siquiera tomar una comida.

    21. Pero cuando sus parientes oyeron esto, salieron para apoderarse de él, porque decían: “Ha perdido el juicio”.

    22. También, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: “Tiene a Beelzebub, y expulsa los demonios por medio del gobernante de los demonios”.

    23. De modo que él, después de llamarlos a sí, empezó a decirles con ilustraciones: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?

    24. Pues, si un reino llega a estar dividido contra sí mismo, ese reino no puede estar en pie;

    25. y si una casa llega a estar dividida contra sí misma, esa casa no podrá estar en pie.

    26. También, si Satanás se ha levantado contra sí mismo y ha llegado a estar dividido, no puede estar en pie, sino que tiene fin.

    27. De hecho, nadie que ha logrado entrar en la casa de un hombre fuerte puede saquear sus bienes muebles a menos que primero ate al fuerte, y entonces saqueará su casa.

    28. En verdad les digo que todas las cosas les serán perdonadas a los hijos de los hombres, no importa qué pecados y blasfemias cometan blasfemamente.

    29. Sin embargo, cualquiera que blasfema contra el espíritu santo no tiene perdón jamás, sino que es culpable de pecado eterno”.

    30. Esto, porque decían: “Tiene espíritu inmundo”.

    La madre y los hermanos de Jesús

    31. Entonces vinieron su madre y sus hermanos, y, como estaban parados fuera, le enviaron recado para llamarlo.

    32. Sucedía que una muchedumbre estaba sentada alrededor de él, de modo que le dijeron: “¡Mira! Tu madre y tus hermanos [están] fuera [y] te buscan”.

    33. Mas él, respondiendo, les dijo: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”.

    34. Y habiendo mirado alrededor a los que estaban sentados en torno de él en círculo, dijo: “Vean: ¡mi madre y mis hermanos!

    35. Cualquiera que hace la voluntad de Dios, este es mi hermano y hermana y madre”.