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sábado, agosto 17, 2024
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    Nehemías 10 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    1. Ahora bien, autenticándolo por sello estuvieron: Nehemías el Tirsatá, hijo de Hacalías, y Sedequías,

    2. Seraya, Azarías, Jeremías,

    3. Pasjur, Amarías, Malkiya,

    4. Hatús, Sebanías, Maluc,

    5. Harim, Meremot, Abdías,

    6. Daniel, Guinetón, Baruc,

    7. Mesulam, Abías, Mijamín,

    8. Maazías, Bilgai [y] Semaya, los cuales eran los sacerdotes.

    9. También los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binuí de los hijos de Henadad, Qadmiel

    10. y sus hermanos Sebanías, Hodías, Quelitá, Pelayá, Hanán,

    11. Micá, Rehob, Hasabías,

    12. Zacur, Serebías, Sebanías,

    13. Hodías, Baní [y] Beninú.

    14. Los cabezas del pueblo: Parós, Pahat-moab, Elam, Zatú, Baní,

    15. Buní, Azgad, Bebai,

    16. Adonías, Bigvai, Adín,

    17. Ater, Ezequías, Azur,

    18. Hodías, Hasum, Bezai,

    19. Harif, Anatot, Nebai,

    20. Magpías, Mesulam, Hezir,

    21. Mesezabel, Sadoc, Jadúa,

    22. Pelatías, Hanán, Anaya,

    23. Hosea, Hananías, Hasub,

    24. Halohés, Pilhá, Sobeq,

    25. Rehúm, Hasabná, Maaseya,

    26. y Ahíya, Hanán, Anán,

    27. Maluc, Harim, Baanah.

    28. En cuanto a los demás del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los netineos y todos los que se habían separado de los pueblos de los países hacia la ley del Dios [verdadero], sus esposas, sus hijos y sus hijas, todo el que tenía conocimiento [y] entendimiento,

    29. ellos se adherían a sus hermanos, a sus majestuosos, y entraban en [exposición a] una maldición y en un juramento, de andar en la ley del Dios [verdadero], la cual había sido dada por mano de Moisés el siervo del Dios [verdadero], y de guardar y ejecutar todos los mandamientos de Jehová nuestro Señor y sus decisiones judiciales y sus disposiciones reglamentarias;

    30. y que no diéramos nuestras hijas a los pueblos del país, y a sus hijas no tomáramos para nuestros hijos.

    31. En cuanto a los pueblos de la tierra que estaban introduciendo mercaderías y toda clase de cereal en día de sábado para vender, que no tomáramos nada de ellos en sábado o en día santo, y que hiciéramos dimisión del séptimo año y de la deuda de toda mano.

    32. También, nos impusimos mandamientos de dar, cada uno de nosotros, la tercera parte de un siclo cada año para el servicio de la casa de nuestro Dios,

    33. para el pan en capas y para la ofrenda de grano constante y para la ofrenda quemada constante de los sábados, de las lunas nuevas, para las fiestas señaladas y para las cosas santas y para las ofrendas por el pecado para hacer expiación por Israel, y para toda la obra de la casa de nuestro Dios.

    34. También, echamos suertes respecto al suministro de la leña que los sacerdotes, los levitas y el pueblo deberían traer a la casa de nuestro Dios, según la casa de nuestros antepasados, a los tiempos señalados, año por año, para quemarla sobre el altar de Jehová nuestro Dios, conforme a lo que está escrito en la ley;

    35. y para traer los primeros frutos maduros de nuestro suelo y los primeros frutos maduros de todo el fruto de toda suerte de árbol, año por año, a la casa de Jehová;

    36. y el primogénito de nuestros hijos y de nuestros animales domésticos, conforme a lo que está escrito en la ley, y el primogénito de nuestras vacadas y de nuestros rebaños, para traer[los] a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que estaban ministrando en la casa de nuestro Dios.

    37. También, las primicias de nuestra harina a medio moler y nuestras contribuciones y el fruto de toda suerte de árbol, vino nuevo y aceite los debemos traer a los sacerdotes, a los comedores de la casa de nuestro Dios, lo mismo que el décimo de [lo que proviene de] nuestro terreno a los levitas, puesto que ellos, los levitas, son los que reciben un décimo en todas nuestras ciudades agrícolas.

    38. Y el sacerdote, el hijo de Aarón, tiene que resultar hallarse con los levitas cuando los levitas reciban un décimo; y los levitas mismos deben llevar en ofrenda un décimo del décimo a la casa de nuestro Dios, a los comedores de la casa de las provisiones.

    39. Porque es a los comedores adonde los hijos de Israel y los hijos de los levitas deben traer la contribución del grano, del vino nuevo y del aceite, y allí es donde están los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, y los porteros y los cantores; y no debemos descuidar la casa de nuestro Dios.