27.3 C
Miami
martes, agosto 20, 2024
Más


    Salmos 38 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Oración de un penitente Salmo de David, para recordar.

    1. (Melodía de David, para hacer recordar.) Oh Jehová, en tu indignación no me censures, ni en tu furia me corrijas.

    2. Porque tus propias flechas se han hundido muy adentro en mí, y sobre mí tu mano ha bajado.

    3. No hay parte sana en mi carne a causa de tu denunciación. No hay paz en mis huesos debido a mi pecado.

    4. Porque mis propios errores han pasado sobre mi cabeza; como una carga pesada son demasiado pesados para mí.

    5. Mis heridas se han hecho hediondas, han supurado, a causa de mi tontedad.

    6. Me he desconcertado, me he inclinado hasta grado extremo; todo el día he andado triste.

    7. Porque mis lomos mismos se han llenado de ardor, y no hay parte sana en mi carne.

    8. Me he entumecido y he quedado aplastado hasta grado extremo; he rugido por causa del gemido de mi corazón.

    9. Oh Jehová, enfrente de ti está todo mi deseo, y de ti mi suspirar mismo no ha sido ocultado.

    10. Mi propio corazón ha palpitado pesadamente, me ha dejado mi poder, y la luz de mis propios ojos tampoco está conmigo.

    11. En cuanto a mis amadores y mis compañeros, se quedan parados lejos de mi plaga, y mis conocidos íntimos mismos se han quedado parados a distancia.

    12. Pero los que andan buscando mi alma tienden trampas, y los que están procurando una calamidad para mí han hablado de adversidades, y siguen hablando engaños entre dientes todo el día.

    13. En cuanto a mí, como alguien sordo, no escuchaba; y como alguien mudo, no abría la boca.

    14. Y llegué a ser como un hombre que no oía, y en mi boca no hubo contraargumentos.

    15. Porque en ti, oh Jehová, esperé; tú mismo procediste a responder, oh Jehová Dios mío.

    16. Pues yo dije: “De otro modo se regocijarían a causa de mí; cuando mi pie se moviera con inseguridad, ciertamente se darían grandes ínfulas contra mí”.

    17. Porque estaba a punto de cojear, y mi dolor estaba enfrente de mí constantemente.

    18. Porque procedí a informar acerca de mi propio error; empecé a inquietarme a causa de mi pecado.

    19. Y mis enemigos que están vivos se hicieron poderosos, y los que me odian sin motivo alguno se hicieron muchos.

    20. Y estuvieron pagándome con mal por bien; siguieron resistiéndome en cambio por haber ido yo en pos de lo que es bueno.

    21. No me dejes, oh Jehová. Oh Dios mío, no te mantengas lejos de mí.

    22. Ven de prisa, sí, en mi auxilio, oh Jehová, mi salvación.