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sábado, agosto 17, 2024
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    Apocalipsis 18 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    La caída de Babilonia

    1. Y después de esto vi a otro ángel que descendía del cielo, teniendo gran potestad, y la tierra fué alumbrada de su gloria,

    2. y clamó con formidable voz, diciendo: Cayó, cayó Babilonia la grande y vino a ser albergue de demonios, cárcel de todo espíritu impuro y guarida de toda ave inmunda y abominable,

    3. porque del vino del furor de su prostitución han bebido todas las naciones; y los reyes de la tierra con ella fornicaron, y los traficantes de la tierra se enriquecieron de la opulencia de su lujo.

    4. Y oí otra voz del cielo, diciendo: Salid de ella, mi pueblo, para que no os hagáis cómplices de los pecados de ella y no recibáis de sus plagas,

    5. porque se amontonaron hasta el cielo sus pecados, y Dios se acordó de las iniquidades de ella.

    6. Pagad, como también ella os pagó, y pagadle el doble según sus obras ; con la copa que vertió vertidle el doble.

    7. Cuanto se glorificó a sí misma y se divirtió, tanto dadle de tormento y llanto, porque en su corazón dice: Estoy sentada reina, y no soy viuda y no veré llanto,

    8. por esto en un día vendrán las plagas de ella: muerte, llanto y hambre; y con fuego será quemada, porque poderoso es el Señor Dios que la juzgó.

    9. Y llorarán, y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra que con ella fornicaron y se divirtieron, cuando vieren la humareda del incendio de ella,

    10. quedándose lejos por el miedo de su tormento, diciendo: ¡Ay! ¡Ay! de la ciudad grande, Babilonia, ciudad fuerte porque en una hora vino tu juicio,

    11. y los negociantes de la tierra lloran y se lamentan sobre ella porque el cargamento de ellos nadie lo compra más:

    12. cargamento de oro, y de plata, y piedras preciosas, y perlas, y lino fino, púrpura, y seda y grana y toda madera olorosa, y todo vaso de marfil y todo vaso de madera preciosa, y de bronce, y de hierro, y de mármol

    13. y canela, y perfumes y óleos aromáticos e incienso y vino y aceite y harina de flor y trigo y bestias y ovejas y caballos y carros y cuerpo y almas de hombres.

    14. Y la abundancia que codiciaba tu alma se fué lejos de ti, y todas las cosas lujosas y espléndidas se acabaron de ti, y no se hallarán más.

    15. Los mercaderes de estas cosas, los que se enriquecieron de ella se pondrán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando,

    16. diciendo: ¡Ay! ¡ay! de la ciudad grande, la que se. vestía de finísimo lino y de púrpura y de grana y adornada de oro, piedras preciosas y perlas,

    17. porque en una hora fué desolada tanta riqueza; y todo piloto y toda tripulación sobre navios, y marineros y todos los que trabajan en el mar, se pusieron lejos

    18. y gritaron, mirando el humo del incendio, diciendo: ¿Qué ciudad es semejante a la ciudad grande?

    19. Y echaron polvo sobre sus cabezas y dieron voces llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay! ¡ay! de la ciudad grande en la cual se enriquecieron de la opulencia de ella todos los que tienen las naves en el mar, porque en una hora fué desolada.

    20. Regocíjate sobre ella, cielo y vosotros los santos y los apóstoles y los profetas, porque Dios juzgó vuestra causa contra ella.

    21. Y un ángel fuerte alzó una piedra como de molino, y la echó en el mar, diciendo: Así con violencia será echada Babilonia, la ciudad grande, y no será hallada más.

    22. Y son de tañederos de arpas y de músicos y de tocadores de flautas y de trompetas no será más oído en ti, y ningún artista de cualquier arte será más hallado en ti, y voz de muela no se oirá más en ti,

    23. y luz de lámpara no brillará más en ti, y voz de novio y de novia no será más oída en ti, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, porque por tu hechicería fueron engañadas todas las naciones.

    24. Y en ella fué hallada sangre de profetas y de santos y de todos los degollados sobre la tierra, (c. 17:6.)