28.8 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Lucas 19 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Jesús y Zaqueo

    1. Entrando en Jericó Jesús la atravesaba

    2. y he aquí un varón llamado Zaqueo, él era jefe de publicanos, y él era rico

    3. y procuraba ver a Jesús quién era y no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.

    4. Y corriendo adelante subióse a un sicómoro, para verle, porque por allí había de pasar.

    5. Y como llegó a este lugar, Jesús, alzando los ojos, le vio y díjole: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy en tu casa me es menester posar.

    6. Y se apresuró a bajar y le recibió con gozo.

    7. Y viendo esto todos murmuraban entre sí, diciendo: En casa de un varón pecador, entró a posar.

    8. Puesto en pie. Zaqueo dijo al Señor: He aquí la mitad de mis bienes, Señor, doy a los pobres; y si en algo defraudé a alguien devuelvo el cuádruple.

    9. Díjole Jesús: hoy vino la salvación a esta casa, puesto que también él es hijo de Abraham,

    10. porque vino el hijo del hombre a buscar y a salvar lo que se había perdido.

    Parábola de las diez minas

    11. Oyendo ellos esto, prosiguiendo dijo una parábola por estar él cerca de Jerusalem y porque ellos pensaban que inmediatamente debía manifestarse el reino de Dios.

    12. Dijo pues: Un hidalgo se partió a un país lejano a recibir un reinado y volverse.

    13. Llamando diez siervos suyos dióles diez minas, y díjoles: Negociad en tanto que venga.

    14. Mas sus conciudadanos le aborrecían y enviaron tras él una embajada diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.

    15. Y aconteció, al volverse después de recibir el reinado, que mandó llamar a estos siervos a quienes había dado el dinero, para saber qué negocio había hecho cada uno.

    16. Se presentó el primero, diciendo: Señor, tu mina produjo diez minas

    17. y díjole: ¡Bien! buen siervo, porque en poco fuiste fiel, ten autoridad sobre diez ciudades.

    18. Y vino el segundo, diciendo: ¡Señor! tu mina produjo cinco minas

    19. y dijo también a éste: Y tú seas puesto sobre cinco ciudades.

    20. Otro vino diciendo: ¡Señor! he aquí tu mina que tenía guardada en un pañuelo,

    21. pues te temía porque eres hombre severo; sacas lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste.

    22. Díjole: Por tu boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy hombre severo, sacando lo que no deposité, y segando lo que no sembré,

    23. y ¿por qué no diste mi dinero al banco? y yo volviendo con interés lo hubiera cobrado.

    24. Y a los presentes dijo: Quitadle la mina y dadla al que tiene las diez minas.

    25. Y le dijeron: ¡Señor! ya tiene diez minas.

    26. Os digo pues, que a todo el que tiene, le será dado; mas al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado.

    27. Además a aquellos, mis enemigos que no quisieron que yo reinase sobre ellos, traedlos acá y degolladlos delante de mí.

    La entrada triunfal en Jerusalén

    28. Y dicho esto, caminaba delante, subiendo a Jerusalem.

    29. Y aconteció al llegar a Betfagé y Betania, hacia el monte llamado de los olivos, envió a dos de sus discípulos

    30. diciendo: Id a la aldea que está en frente; al entrar en ella hallaréis un pollino atado sobre el cual ningún hombre se sentó jamás. Desatadlo y traedlo.

    31. Y si alguien os preguntare ¿por qué lo desatáis?, les diréis así: El Señor lo ha menester.

    32. Habiendo ido los enviados hallaron como les había dicho

    33. v cuando desataban el pollino les dijeron los dueños de él: ¿por qué desatáis el pollino?

    34. Y ellos dijeron: porque el Señor lo ha menester.

    35. Y trajéronlo a Jesús y echando sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús.

    36. Como él avanzaba, tendían sus mantos en el camino.

    37. Al aproximarse él a la bajada del monte de los Olivos, comenzó toda la multitud de los discípulos, regocijados a alabar a Dios a gran voz por todos los milagros que habían visto,

    38. diciendo: Bendecido el rey que viene en el nombre del Señor, paz en el cielo y gloria en los altos lugares.

    39. Y algunos de los fariseos de la muchedumbre le dijeron: ¡Maestro! Reprende a tus discípulos

    40. y él les respondió: Digoos que si éstos callaren, las piedras clamarán.

    41. Y como se acercó, viendo la ciudad lloró sobre ella,

    42. diciendo: ¡Si supieses tú también al menos, en este día tuyo, lo que importa a tu paz! mas ahora se encubrió a tus ojos.

    43. Porque vendrán días sobre ti, y te rodearán tus enemigos con trincheras, y te cercarán y te estrecharán de todas partes

    44. y te derribarán a ti y a tus hijos en ti y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el momento de tu visitación.

    Purificación del templo

    45. Y entrando en el templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban,

    46. diciéndoles: Escrito está: Mi casa, casa de oración es, mas vosotros la hicisteis cueva de ladrones.

    47. Y estaba enseñando cada día en el templo; mas los principales sacerdotes y los escribas y también los primeros del pueblo, procuraban matarle

    48. y no hallaban qué hacer porque todo el pueblo estaba pendiente de sus labios, oyéndole. O A