Mateo 19 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

Jesús enseña sobre el divorcio

1. Y cuando hubo acabado estas palabras, Jesús partió de Galilea, y vino a los confines de la Judea, allende el Jordán,

2. y siguiéronle muchas gentes, y los sanó allí.

3. Y se llegaron a él fariseos, tentándole, y diciendo: ¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer, por cualquier causa?

4. El les respondió: ¿No leísteis que el que hizo desde el principio macho y hembra los hizo,

5. y dijo: Por esto el hombre dejará al padre y a la madre, y será unido a su mujer, y vendrán a ser los dos una carne,

6. de suerte que ya no son dos, sino una carne? Lo que, pues, Dios ayuntó, no lo separe un hombre.

7. Dícenle: ¿Por qué pues mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiar?

8. Díceles. Porque Moisés, en vista de vuestro corazón duro, os permitió repudiar a vuestras mujeres, mas desde el principio no ha sido así.

9. Os digo que el que repudiare a su mujer, si no por fornicación, y se casare con otra, comete adulterio. Y el que se casó con una repudiada comete adulterio. (C. 5:32).

10. Si tal es la condición del hombre con la mujer no conviene casarse.

11. El les dijo: No en todos cabe esta razón sino en los a quienes es dado.

12. Hay, pues, eunucos los cuales desde su nacimiento fueron así, y hay eunucos los cuales fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos los cuales se hicieron a sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda ser capaz, sea capaz (1 Cor. 7:7).

Jesús bendice a los niños

13. Entonces le fueron presentados párvulos para que pusiese las manos sobre ellos y orase, y los discípulos los riñeron.

14. Mas Jesús dijo: Dejad a los párvulos y no los impidáis venir a mí, porque de los tales es el reino de los cielos.

15. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se partió de allí.

El joven rico

16. Y he aquí uno acercándose dijo a Jesús: ¡Maestro bueno! ¿Qué cosa buena haré para que tenga vida eterna?

17. El le dijo: ¿Por qué me dices bueno? Ninguno bueno hay sino uno, Dios. Pues si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

18. Dícele: ¿Cuáles? Jesús dijo: Aquello: No cometerás homicidio. No cometerás adulterio. No robarás. No dirás falso testimonio.

19. Honra al padre y a la madre. Y amarás a tu prójimo como a tí mismo.

20. Dícele el joven: Todo esto lo guardé desde mi mocedad. ¿Qué aún me falta?

21. Dícele Jesús: Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes, y dalo a pobres, y tendrás tesoro en el cielo y acá sigúeme.

22. Oyendo esta palabra, el joven se fué entristecido, porque tenía muchas propiedades.

23. Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo que difícilmente entrará un rico en el Reino de los cielos. De nuevo os digo:

24. Mas fácil es que un camello pase por un ojo de aguja que un rico entre en el reino de los cielos.

25. Oyéndolo, sus discípulos eran muy asombrados, diciendo: ¿Quién, pues, puede ser salvado?

26. Y mirándolos Jesús díjoles: Para hombres es imposible; mas para Dios todo es posible.

27. Entonces le respondió Pedro: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te seguimos. ¿Qué, pues, tendremos?

28. Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me seguisteis, en la renovación, cuando se hubiere sentado el hijo del hombre en el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, juzgando-a las doce tribus de Israel.

29. Y todo el que dejó casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o campos a causa de mi nombre, ciento tanto recibirá, y heredará vida eterna.

30. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros serán primeros.