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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 5 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    El Sermón del monte: Las bienaventuranzas

    1. Viendo las multitudes, Jesús subió al monte, y sentándose él, se acercaron a él sus discípulos.

    2. Y abriendo la boca les enseñaba diciendo:

    3. Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.

    4. Bienaventurados los afligidos porque ellos serán consolados.

    5. Bienaventurados los mansos porque heredarán la tierra

    6. Bienaventurados los hambrientos y sedientos de la justicia porque ellos serán saciados.

    7. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos serán tratados con misericordia.

    8. Bienaventurados los limpios en el corazón porque ellos verán a Dios.

    9. Bienaventurados los pacifistas porque ellos serán llamados hijos de Dio

    10. Bienaventurados los perseguidos por la justicia porque de ellos es el reino de los cielos.

    11. Bienaventurados sois cuando os vituperaren y persiguieren y dijeren todo mal contra vosotros, mintiendo, por causa de mí.

    12. Gózaos y regocijaos porque vuestro galardón es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

    La sal de la tierra

    13. Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se hiciere insípida, ¿con qué será salada? Para nada ya sirve, sino para ser echada fuera y ser pisada por los hombres.

    La luz del mundo

    14. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad situada sobre un monte.

    15. Ni se enciende una lámpara, y se pone debajo del almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en la casa.

    16. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de manera que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

    Jesús y la ley

    17. No penséis que vine para abrogar la Ley o los Profetas ; no vine para abrogar, sino para cumplir.

    18. En verdad, pues, os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde pasará de la ley hasta que todo sea hecho.

    19. Pues el que quebrante uno de estos mandamientos los más pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas el que los hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos,

    20. porqué os digo que si vuestra justicia no superare a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

    Jesús y la ira

    21. Oísteis que fué dicho a los antiguos (Ex. 20:13): No cometerás homicidio. El que cometiere homicidio será reo ante el juzgado.

    22. Mas yo os digo que todo aquel que se enojare con su hermano, sin causa será reo ante el juzgado. El que dijere a su hermano "raka" (imbécil), será reo ante el consejo, y el que le dijere insensato será reo para el gehena del fuego.

    23. Si pues ofrecieres tu don sobre el altar, y allí te acordares que tu hermano tiene algo contra ti,

    24. deja allí tu don delante del altar y ve reconciliado seas primero con tu hermano; y entonces ven, ofrece tu don.

    25. Ponte de acuerdo con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que te entregue el adversario al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

    26. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.

    Jesús y el adulterio

    27. Oísteis que fué dicho: No cometerás adulterio.

    28. Mas yo os digo que todo aquel que mira a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

    29. Si, pues, tu ojo derecho te hace tropezar, sácalo y échalo de ti, porque te conviene que se pierda uno de tus miembros antes que todo tu cuerpo sea echado al gehena.

    30. Y si tu mano derecha te hace tropezar, córtala y échala de ti, porque te conviene que se pierda uno de tus miembros antes que no todo tu cuerpo sea echado al gehena.

    Jesús y el divorcio

    31. Y fué dicho: El que repudiare a su mujer, déle carta de divorcio.

    32. Mas yo os digo que todo el que repudiare a su mujer, a no ser por causa de fornicación, la hace adulterar, y el que se casare con una repudiada, comete adulterio. (Deut. 24:1).

    Jesús y los juramentos

    33. También oísteis que fué dicho a los antiguos (Núm. 30:2): No te perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.

    34. Mas yo os digo que no juréis de ningún modo, ni por el cielo, porque es trono de Dios,

    35. ni por la tierra, porque es escabel de sus pies (Isaías 66:1), ni hacia Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey;

    36. ni por tu cabeza jurarás porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.

    37. Mas sea vuestra palabra: Sí, sí: no, no; lo demás de esto del malo viene.

    El amor hacia los enemigos

    38. Oísteis que fué dicho (Ex. 21:24): Ojo por ojo; diente por diente.

    39. Mas yo os digo que no resistáis al malo; antes si alguno te hiriere en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

    40. Y al que quisiere llevarte en juicio y quitarte la túnica, déjale también el manto.

    41. Y cualquiera que te cargare por una legua, ve con él dos.

    42. Al que te pidiere dale, y al que quisiere tomar de tí prestado, no le vuelvas la espalda.

    43. Oísteis que fué dicho (Lev. 19:18): Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.

    44. Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os acusan falsamente y persiguen.

    45. De manera que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre los justos e injustos.

    46. Porque si amareis a los que os aman, ¿qué galardón tenéis? ¿Acaso los publícanos también no hacen lo mismo?

    47. Y si saludareis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? Los gentiles también, ¿no hacen lo mismo?

    48. Seréis, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.