Romanos 7 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

Analogía tomada del matrimonio

1. O ¿ignoráis, hermanos (a hombres que conocen ley hablo ) que la ley rige al hombre por cuanto tiempo vive?

2. La mujer casada, pues, está ligada por ley al marido viviente, pero si muriese el marido, está desligada de la ley del marido.

3. Así que, viviendo el marido, se llamará adúltera si fuere a otro varón; mas si muriere el marido, es libre de la ley, de suerte que no sea adúltera siendo a otro varón.

4. Así, hermanos míos, vosotros tambien fuisteis muertos a la ley por el cuerpo del Cristo para ser a otro, al que fué despertado de los muertos, para que fructifiquemos a Dios.

5. Cuando pues éramos en la carne, las pasiones de los pecados que eran por la ley se desarrollaban en nuestros miembros, de manera a fructificar para la muerte.

6. Mas ahora fuimos desligados de la ley por haber muerto a aquella en la cual estábamos detenidos, de suerte que sirvamos en novedad de espíritu y no en vejez de letra.

El pecado que mora en mí

7. ¿Qué pues diremos? ¿Es la ley pecado? No, por cierto; al contrario, el pecado no lo conocí sino por ley, porque no conociera la concupiscencia si la ley no dijera: No codiciarás,

8. pero tomando ocasión por el mandamiento, el pecado obró en mí toda concupiscencia. Sin ley en verdad, el pecado está muerto.

9. Yo vivía sin ley un tiempo, pero venido el mandamiento, el pecado revivió, mas yo morí,

10. y fué hallado que a mí el mandamiento que era para vida fué el para muerte;

11. porque el pecado tomando ocasión por el mandamiento, me engañó y por él me mató.

12. De manera que la ley es santa y el mandamiento santo y justo y bueno.

13. Luego ¿lo bueno me vino a ser muerte? no por cierto, mas el pecado a fin de mostrarse pecado, por lo bueno me está obrando muerte, para que venga a ser excesivamente culpable el pecado por el mandamiento.

14. Sabemos en verdad que la ley es espiritual, mas yo soy carnal, vendido bajo el pecado,

15. porque lo que obro no lo entiendo, porque no lo que quiero practico, sino lo que aborrezco eso hago.

16. Si pues lo que no quiero es lo que hago, consiento con la ley que es buena.

17. Ahora ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí;

18. sé en efecto que no habita en mí, esto es en mi carne, lo bueno, porque el querer me está a la mano, mas el ejecutar lo bueno, no lo alcanzo.

19. No es lo bueno que quiero, que hago, sino lo malo que no quiero, eso lo practico.

20. Si pues lo que no quiero es lo que hago, ya no lo obro yo, sino el pecado que habita en mí.

21. Hallo pues la ley a mí que quiero hacer el bien que conmigo está lo malo.

22. Porque me complazco en la ley de Dios según el hombre interior,

23. mas veo otra ley en mis miembros que batalla contra la ley de mi mente y me lleva cautivo en la ley del pecado que está en mis miembros.

24. ¡Desgraciado hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?

25. Gracias a Dios por Jesucristo nuestro Señor. Así pues yo mismo con la mente, sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.