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domingo, agosto 18, 2024
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    Jeremías 24 - Palabra de Dios para Todos

    La señal de los higos buenos y malos

    1. Después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó de Jerusalén a Jeconíasa hijo de Joacim, rey de Judá, junto con los jefes de Judá, los artesanos y los cerrajeros de Jerusalén, el Señor me mostró dos canastos de higos que estaban frente al templo * del Señor.

    2. Dentro de una canasta había higos muy buenos, de los primeros en madurar; dentro de la otra había higos muy malos, tan malos que no se podían comer.

    3. Entonces el Señor me dijo: «¿Qué ves, Jeremías? » Y yo dije: «Veo higos. Los higos buenos son excelentes, pero los malos son tan malos que no se pueden comer».

    4. Entonces el Señor me dio su mensaje y me dijo:

    5. «Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Al pueblo de Judá que envié desterrado de aquí al país de los babilonios, lo trataré como a estos higos buenos.

    6. Yo los veré con buenos ojos y los traeré de regreso a esta tierra. Los restauraré y no los volveré a destruir; los plantaré y no los arrancaré más.

    7. Les daré inteligencia para que me conozcan porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a mí de todo corazón.

    8. »”Pero como a los malos higos, tan malos que no se pueden comer, dice el Señor, así trataré a Sedequías, rey de Judá, a sus jefes, al resto de la gente de Jerusalén, a los que quedaron en el país y a los que viven en Egipto.

    9. Los convertiré en algo que cause temor y rechazo a todas las naciones de la tierra. Los convertiré en modelo de reproche, refrán, burla y maldición en todos los lugares por donde los disperse.

    10. Les enviaré guerra, hambre y enfermedad hasta que sean borrados de la tierra que les di a ellos y a sus antepasados”».