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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 16 - Palabra de Dios para Todos

    La demanda de una señal

    1. Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús porque querían ponerlo a prueba. Le pidieron que hiciera un milagro para demostrar que era enviado de Dios.

    2. Jesús les contestó: "Por la tarde, ustedes dicen: 'Va a hacer buen clima porque el cielo está rojo'.

    3. Y por la mañana dicen: 'Hoy va a ser un día lluvioso porque el cielo está oscuro y rojo'. Ustedes ven estas señales en el cielo y saben lo que significan, ¿pero no son capaces de saber el significado de las señales de los tiempos que estamos viviendo?

    4. La gente mala e infiel pide un milagro como prueba, pero sólo tendrá la señal de Jonás". Entonces los dejó y se fue.

    La levadura de los fariseos

    5. Jesús y sus seguidores se fueron al otro lado del lago, pero los seguidores se olvidaron de llevar pan.

    6. Entonces Jesús les dijo: -¡Tengan cuidado! Protéjanse de la levadura de los fariseos y los saduceos.

    7. Ellos empezaron a discutir el significado de esto y decían: -Tal vez él dijo esto porque no trajimos los panes.

    8. Jesús sabía de qué estaban hablando y les dijo: -Su fe es muy pequeña, ¿por qué discuten entre ustedes por no tener pan?

    9. ¿Todavía no han entendido? ¿No se acuerdan de los cinco panes que se les dieron a las cinco mil personas? ¿Tampoco se acuerdan de que ustedes llenaron varias canastas con lo que sobró?

    10. ¿O no se acuerdan de los siete panes con los que se alimentaron siete mil personas? ¿No recuerdan todas las canastas que llenaron con lo que sobró?

    11. Yo no estaba hablando del pan, ¿por qué no lo entienden? Lo que les estoy diciendo es que deben cuidarse de la levadura de los fariseos y los saduceos.

    12. Entonces entendieron que Jesús no les estaba diciendo que se cuidaran de la levadura que se usa para el pan, sino que se cuidaran de las enseñanzas de los fariseos y los saduceos.

    La confesión de Pedro

    13. Cuando Jesús vino a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus seguidores: -Yo soy el Hijo del hombre. ¿Quién dice la gente que soy yo?

    14. Ellos contestaron: -Algunos creen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías y otros que eres Jeremías o uno de los profetas.

    15. Jesús les dijo: -Y ustedes, ¿quién creen que soy yo?

    16. Simón Pedro le respondió: -Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

    17. Jesús le dijo: -Simón, hijo de Jonás, qué afortunado eres porque no fue un ser humano el que te lo reveló, sino mi Padre que está en el cielo.

    18. También te digo que tú eres Pedro, y construiré mi iglesia sobre esta roca. Las fuerzas de la muerte no la derrotarán.

    19. Te daré las llaves del reino de Dios. Si tú juzgas a alguien aquí en la tierra, Dios ya lo habrá juzgado en el cielo. A quien perdones aquí en la tierra, Dios también lo habrá perdonado en el cielo.

    20. Entonces Jesús les advirtió a sus seguidores que no dijeran a nadie que él era el Cristo.

    Jesús anuncia su muerte

    21. Desde entonces, Jesús comenzó a explicarles a sus seguidores que tendría que ir a Jerusalén, y que los ancianos líderes, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo harían sufrir mucho. Tendría que morir, pero a los tres días resucitaría.

    22. Entonces Pedro se lo llevó para un lado y comenzó a decirle: -Señor, Dios tenga compasión de ti. ¡Que nunca te suceda eso!

    23. Jesús se volvió y le dijo: -¡Largo de aquí, Satanás! ¡Me estás estorbando! A ti no te preocupan las cosas de Dios. Sólo te preocupan los asuntos que le interesan a la gente.

    24. Entonces Jesús les dijo a sus seguidores: -Si alguien quiere ser mi seguidor, tiene que renunciar a sí mismo, aceptar la cruz que se le da y seguirme.

    25. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, la encontrará.

    26. De nada vale tener todo el mundo y perder la vida. Nadie puede pagar lo suficiente para recuperar su vida.

    27. Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con los ángeles y entonces dará a cada cual la recompensa que merece por lo que haya hecho.

    28. Les digo la verdad: algunos de ustedes no morirán antes de ver al Hijo del hombre venir en su reino.