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viernes, julio 19, 2024
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    Salmos 22 - Palabra de Dios para Todos

    Un grito de angustia y un canto de alabanza Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.

    1. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Estás muy lejos para salvarme, muy lejos para entender mi llanto.

    2. Dios mío, te he llamado una y otra vez durante el día y no has respondido. Sigo llamándote por las noches y no encuentro respiro.

    3. Sin embargo, tú eres santo. Tú estás sentado como rey y tu trono son las alabanzas que te rinde Israel*.

    4. Nuestros antepasados confiaron en ti, y tú los salvaste.

    5. Dios mío, ellos pidieron tu ayuda, y tú los ayudaste a escapar de sus enemigos. Ellos confiaron en ti y encontraron una respuesta.

    6. Entonces, ¿por qué no atiendes mis súplicas? ¿Acaso soy un gusano y no un hombre? La gente me desprecia;

    7. todo el que me ve se burla de mí. Me hacen gestos de rechazo y me tratan mal.

    8. Y dicen: «Que pida ayuda al Señor, a ver si lo salva. Si tanto lo quiere, tendrá que salvarlo».

    9. Dios mío, tú fuiste quien me sacó del vientre de mi madre.

    10. Has sido mi Dios desde el día en que nací; desde entonces me has protegido.

    11. Así que no me dejes, especialmente ahora que el peligro está cerca y no tengo a nadie que me ayude.

    12. Mis enemigos me han rodeado como toros fuertes; toros fuertes de Basán, listos para atacarme.

    13. Me rugen con la boca abierta, como hace un león hambriento.

    14. Me siento débil, derramado como el agua. Mis huesos se han dislocado; mi corazón se derrite como cera en mi interior.

    15. Toda mi fuerza se ha ido como el agua entre los dedos. Estoy muy débil; tú me has puesto al borde de la muerte.

    16. Toda esa gente mala me ha rodeado como perros de caza. Me han herido las manos y los pies.

    17. Puedo ver mis huesos y contarlos uno a uno. Mientras tanto, toda esa gente sigue observándome.

    18. Se reparten mi ropa y apuestan mi túnica.

    19. Señor, no me dejes solo; tú eres mi fortaleza. ¡Ven pronto a ayudarme!

    20. Señor, sálvame del peligro; salva mi vida de esa gente.

    21. Aléjame de las garras del león; protege a este pobre hombre de la crueldad de esa gente.

    22. Dios mío, le contaré a todo el mundo que me has salvado. Te alabaré delante de todos.

    23. Alaben al Señor, todos los que lo respetan. Descendientes de Israel, ríndanle honores. Pueblo de Israel, respeta y teme al Señor.

    24. Porque el Señor nunca olvida a los humildes cuando están sufriendo. Dios no se avergüenza de ellos. Él no se esconde de ellos cuando le buscan y siempre responde a su llamado.

    25. Señor, te alabaré en frente de todos por todo lo que has hecho. Te ofreceré los sacrificios que te prometí.

    26. Todos ustedes, humildes de corazón, vengan y coman hasta que queden satisfechos.a Los que vinieron buscando a Dios, adórenlo y serán siempre felices.b

    27. Que todos los que están en tierras lejanas, se acuerden del al Señor y regresen a él. Que todo el mundo se postre ante el Señor y lo alabe.

    28. Porque el reino es de Dios; él gobierna a todas las naciones.

    29. Todos los poderosos del mundo comerán y se postrarán ante Dios. Incluso aquellos que están a punto de morir y hasta los que ya han muerto se postrarán también ante él.

    30. Los hijos de ellos servirán al Señor, y toda la gente hablará de él por siempre.

    31. Una generación contará a sus hijos todo lo bueno que hizo Dios.