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martes, julio 23, 2024
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    Salmos 71 - Palabra de Dios para Todos

    Oración de un anciano

    1. Señor, yo confío en ti, haz que nunca me sienta defraudado.

    2. Tú eres justo; rescátame y libérame. Escúchame y sálvame.

    3. Sé tú mi roca donde acudo a refugiarme pues tú diste la orden de salvarme. Tú eres mi roca*, mi protección.

    4. Dios mío, rescátame de las garras del perverso, del delincuente y del violento.

    5. Señor, tú eres mi esperanza; he confiado en ti desde mi juventud.

    6. He dependido de ti desde antes de nacer. Tú me has ayudado desde que estaba en el vientre de mi madre. Siempre te estoy alabando.

    7. Tú eres mi poderoso refugio, y me he convertido en un ejemplo para los demás.

    8. Todo el día doy alabanza a tu gloria.

    9. No me apartes de ti en mi vejez; no me abandones cuando pierda mi fuerza.

    10. Mis enemigos hacen planes contra mí; se han aliado los que quieren matarme.

    11. Mis enemigos dicen: «Él no tiene quién lo salve. Dios lo ha abandonado, ¡atrapémoslo!»

    12. Dios mío, no me abandones; apresúrate y ven a salvarme.

    13. Que mis enemigos sean avergonzados y destruidos; que los que quieren hacerme daño se cubran de vergüenza y humillación.

    14. Pero yo siempre confiaré en ti; te alabaré cada día más.

    15. Todo el día hablaré de tu justicia y salvación; aunque es algo que no alcanzo a comprender.

    16. Señor mi Dios, cantaré acerca de tus poderosas obras; haré que se recuerde tu justicia, solamente la tuya.

    17. Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud y nunca he dejado de hablar de tus obras maravillosas.

    18. No me abandones aun cuando esté viejo y con canas, hasta que les cuente a las nuevas generaciones acerca de tu poder y fortaleza.

    19. Dios mío, tu justicia llega hasta el cielo; has hecho grandes cosas; no hay nadie como tú.

    20. Aunque me has hecho pasar por dificultades y malos ratos, me revivirás y me harás volver de las profundidades de la tierra.

    21. Acrecentarás mi grandeza y volverás a consolarme.

    22. Yo te agradeceré al son del instrumento de salterio, por tu fidelidad, Dios mío; a ti, Santo de Israel*, te alabaré tocando el arpa.

    23. Te alabarán mis labios y todo mi ser, cantaré a ti porque me salvaste.

    24. Mi boca hablará todo el tiempo de tu justicia, pues aquellos que querían destruirme quedaron derrotados y humillados.