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miércoles, julio 24, 2024
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    Salmos 78 - Palabra de Dios para Todos

    Fidelidad de Dios hacia su pueblo infiel Masquil de Asaf.

    1. Pueblo mío, escucha mi enseñanza; presta atención a lo que te digo.

    2. Contaré una historia, hablaré de misterios de la antigüedad.

    3. Nosotros ya hemos escuchado esa historia y la conocemos muy bien porque nuestros padres nos la contaron.

    4. No la esconderemos a nuestros descendientes; se la contaremos a las siguientes generaciones. Siempre alabaremos al Señor y hablaremos de las grandes maravillas que ha hecho.

    5. El Señor le dio instrucciones a Jacob*; Dios le dio su enseñanza al pueblo de Israel*, y les ordenó a nuestros antepasados que se la enseñaran a sus descendientes.

    6. Así la conocerían las futuras generaciones, los hijos que habrían de nacer, y ellos a su vez se la enseñarían a sus hijos.

    7. Esas generaciones pondrán su confianza en Dios; nunca olvidarán lo que Dios hizo y obedecerán sus mandamientos.

    8. No se rebelarán contra Dios como lo hicieron sus antepasados, que no obedecieron a Dios, sino que fueron tercos y rebeldes.

    9. Los de la tribu de Efraín con sus expertos arqueros salieron huyendo el día de la batalla.

    10. Ellos no cumplieron su pacto con Dios, se negaron a seguir sus enseñanzas.

    11. Se olvidaron de las maravillas que Dios había hecho; las que él les había mostrado,

    12. los milagros que Dios hizo a la vista de sus antepasados en la tierra de Zoán, en Egipto.

    13. Dios abrió el Mar Rojo y le ayudó a la gente a cruzarlo mientras retenía las aguas como un dique.

    14. Todos los días Dios los guiaba con una nube y todas las noches los guiaba con la luz del fuego.

    15. En el desierto, Dios partió las rocas en dos, y de allí sacó agua para que ellos bebieran.

    16. El agua salía de la tierra y corría como un río.

    17. Sin embargo, ellos seguían pecando contra él; en medio del desierto se rebelaron contra el Dios Altísimo.

    18. Luego, decidieron poner a prueba a Dios y le pidieron comida por puro capricho.

    19. Ellos se quejaron de Dios y dijeron: «¿Será capaz Dios de darnos comida en el desierto?

    20. Él golpeó la tierra, y un río de agua salió de ella; veamos si ahora puede darnos comida, a ver si puede darnos carne para comer».

    21. Cuando el Señor escuchó eso, su enojo se encendió contra Jacob; su ira se acrecentó contra Israel

    22. porque ellos no confiaron en Dios, porque no creyeron que él podía salvarlos.

    23. Entonces Dios abrió el cielo

    24. e hizo que de él cayera maná* para que el pueblo comiera.

    25. El pueblo comió la comida de los ángeles. Dios les envió suficiente comida para que quedaran satisfechos.

    26. Luego, Dios hizo que soplara un fuerte viento del oriente y del sur,

    27. e hizo que sobre ellos lloviera carne; llovieron pájaros como la arena del mar.

    28. Dios hizo que cayeran en medio del campamento, alrededor de las carpas.

    29. Ellos comieron hasta quedar más que satisfechos, y así él les cumplió su capricho.

    30. Pero cuando todavía no acababan de hartarse, y con la comida todavía en su boca,

    31. Dios se enojó con ellos y mató a muchos. Hizo que murieran hasta los más jóvenes y saludables.

    32. Pero a pesar de eso, ellos seguían pecando y no creían en el gran poder de Dios.

    33. Entonces, Dios hizo que su vida acabara como un suspiro y con mucho sufrimiento.

    34. Cuando Dios mataba a unos, los otros corrían a él en busca de ayuda; ansiosos regresaban a Dios.

    35. Dijeron que recordarían que Dios era su roca*, que el Dios Altísimo era el que los salvaba.

    36. Pero ellos no fueron sinceros con Dios, le mintieron cuando le dijeron que lo amaban.

    37. Su corazón no era sincero; no estaban cumpliendo el pacto.

    38. Pero Dios tuvo misericordia de ellos, les perdonó sus pecados y no los destruyó. Una y otra vez, Dios contuvo su ira; no permitió que se apoderara de él.

    39. Dios recordó que ellos eran tan sólo seres humanos y los humanos son como el viento que sopla y se va para no volver.

    40. Esa gente se rebeló muchas veces contra Dios en el desierto, le dieron a Dios mucha tristeza.

    41. Pusieron a prueba una y otra vez la paciencia de Dios; afligían al santo Dios de Israel.

    42. Se olvidaron del poder de Dios, de todas las veces que él los salvó del peligro.

    43. Se olvidaron de los milagros que él hizo en los campos de Zoán, en Egipto.

    44. Dios convirtió en sangre los ríos egipcios, y los egipcios no pudieron beber de esa agua.

    45. Dios envió miles de insectos que picaban a la gente de Egipto; plagas que lo arruinaban todo.

    46. Dios envió plagas a sus cultivos para que acabaran con ellos.

    47. Dios hizo que cayeran fuertes tormentas sobre sus viñas para que se destruyeran. Hizo que lloviera agua helada sobre sus plantas;

    48. destruyó con granizo sus rebaños, y con rayos el ganado.

    49. Dios le mostró su ira a la gente de Egipto y envió a sus ángeles destructores.

    50. Dios demostró toda su ira contra esa gente; no los salvó de la muerte, sino que los hizo víctimas de la plaga.

    51. Dios acabó con la vida de todos los hijos mayores de las familias de Egipto. Acabó con la vida de cada primer hijo de la familia de Cama.

    52. Entonces, Dios guió a su pueblo por el desierto como a un rebaño de ovejas.

    53. Él llevó a su pueblo con seguridad para que no tuvieran nada que temer, pero ahogó a sus enemigos en el mar.

    54. Dios llevó a su pueblo a su tierra santa, al monte que él mismo conquistó con su poder.

    55. Dios expulsó de esa tierra a otras naciones y se la repartió por medida a su pueblo como posesión. De esa manera estableció las carpas de las tribus de Israel.

    56. Pero los israelitas siguieron rebelándose contra el Dios altísimo, poniéndolo a prueba y desobedeciendo sus mandatos.

    57. Los israelitas se voltearon como un bumerán y traicionaron a Dios; cambiaron de parecer al igual que sus antepasados.

    58. Lo ofendieron al construir altares para adorar a otros dioses. Despertaron la ira de Dios al hacer estatuas de dioses falsos.

    59. Dios se enteró de eso y se enojó bastante así que rechazó por completo a Israel.

    60. Él abandonó el lugar de adoración que había en Silób, que era su habitación entre los seres humanos.

    61. Permitió que los enemigos capturaran a su pueblo, símbolo de su poder y gloria.

    62. Dios mostró toda su ira contra su pueblo dejando que los mataran a espada.

    63. Los jóvenes fueron consumidos por el fuego y nunca pudieron casarse con sus novias.

    64. Los sacerdotes fueron muertos por la espada, y sus viudas no pudieron hacer duelo por ellos.

    65. Finalmente, nuestro Señor se levantó como despertando de un sueño profundo. Como soldado borracho salió gritando,

    66. forzó al enemigo a retroceder y lo venció. Venció a sus enemigos, causándoles para siempre una profunda humillación.

    67. Pero rechazó a la familia de José, no aceptó a la tribu de Efraín.

    68. En lugar de ellos eligió a la tribu de Judá y a su querido monte Sión*.

    69. Construyó su templo* sagrado en lo alto de ese monte, y lo afirmó para siempre al igual que la tierra.

    70. Dios eligió como su siervo a David, que era pastor de ovejas.

    71. Lo quitó de andar cuidando los rebaños y le encargó ser pastor de Jacob*, el pueblo de Dios, y de Israel, la posesión de Dios.

    72. Y David cuidó y dirigió con honestidad e inteligencia al pueblo de Dios.